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La mayoría sindical de Osasunbidea llama a la huelga «harta» de que solo se negocie con médicos

El diálogo a dos entre Salud y el Sindicato Médico se enquista tras el inicio de la huelga indefinida. Mientras, los sindicatos de clase confirman el paro del día 15, exigiendo al Departamento que vuelva a los cauces formales de negociación, en la Mesa Sectorial, poniendo fin ese diálogo a dos. 

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«El Gobierno ha logrado desmotivar totalmente a la plantilla de Salud, ha fulminado la Mesa General y la Mesa Sectorial y la negociación, y ha hartado a una representación sindical, que además de ninguneada se siente engañada», han proclamado los representantes de los sindicatos no gremiales de Osasunbidea. Estas centrales representan a la mayoría de los más de 13.000 trabajadores de la sanidad pública de Nafarroa. 

Con estas palabras y emplazando a que se abra un nuevo canal negociador de inmediato, LAB, SAE (auxiliares), UGT, ELA y CCOO formalizaban su jornada de paro del día 15. Sus reivindicaciones son las mismas que las de hace un año, revertir el deterioro de las condiciones laborales e inclusión en los Presupuestos de dotación suficiente como para sacar a Osasunbidea de la crisis en la que se ha sumido tras la pandemia, con unas listas de espera desconocidas. 

Estas centrales hablan de «traición de la confianza» por el esquema negociador que ha protagonizado el director general de Salud, Carlos Artundo. En 2019, con motivo de la anterior huelga de médicos, abrió la vía a cerrar acuerdos con el Sindicato Médico (SMN) al margen del resto. Y, después de escuchada la oferta de una subida salarial de 400 euros mensual (que el SMN no acepta porque quiere mil) en el contexto de huelga actual, el resto de sindicatos ha dicho que basta de acuerdos bilaterales, que el sueldo se negocia en la Mesa Sectorial de Salud, como está previsto en la ley, y en la Mesa General de Función Pública. 

En un primer momento, la intención de la mayoría sindical de Osasunbidea (cuentan con 34 de los 64 delegados) era ofrecer una rueda de prensa sin preguntas. Los equilibrios son delicados, pues aúnan a centrales que han mantenido posiciones distantes hasta la fecha.

LAB es el sindicato mayoritario en la sanidad pública navarra y lidera a este grupo (tiene 13 delegados, uno más que Satse y que el SMN), pero también está la UGT. Que el sindicato con mayor afinidad con el PSN se haya visto en la tesitura de ir a la huelga es un buen termómetro de la torpeza con la que se han llevado hasta la fecha las negociaciones. 

El nexo de unión entre todas estas centrales es reencauzar el proceso a los cauces ordinarios y cambiar el foco de lo que son puramente cuestiones salariales –que es donde hace hincapié el SMN– hacia medidas que eviten la sobrecarga de trabajo y, en definitiva, reviertan en una mejor atención a la ciudadanía, permitiendo superar la situación actual. Los portavoces de este grupo no quisieron trasladar sus demandas concretas, en tanto que su intención es darlas a conocer en primer lugar a la Consejería cuando se siente a la mesa de negociación. 

Diálogo sin avances

El Departamento de Salud sigue sin romper con su esquema de negociaciones paralelas. Mientras la mayoría de sindicatos le emplaza a que negocie con todas las centrales, volvió a reunirse con el SMN en busca de cerrar un acuerdo para desconvocar la huelga.

El encuentro solo sirvió para evidenciar lo lejos que se encuentran las posturas. El Gobierno dice que ha ofrecido al SMN las mejores condiciones laborales/asistenciales en lo que se refiere a tiempo de dedicación a cada paciente (12 minutos, cuando en otras CCAA hay 10 u 8). El SMN afirma que eso ya lo acordaron en 2019. 

El Gobierno, asimismo, mantiene esa subida salarial de 400 euros que, en buena medida, ha forzado al resto de sindicatos a movilizarse, ya que no han existido mejoras salariales de semejante calado en más de 13 años en toda la función pública.

Y, en último término, sigue el desacuerdo en torno al fin de la exclusividad. Hasta hace tan solo días era una de las cesiones clave del Gobierno hacia el SMN. Ahora esta eliminación de la exclusividad está tan matizada (no podrían ejercer como médicos en esa segunda actividad) que el Sindicato Médico entiende que se trata de un cambio inaceptable. 

El conflicto, de este modo, se muestra absolutamente enquistado, pues probablemente la oferta actual sea todo cuanto la Consejería les puede ofrecer y, además, se abre ahora un nuevo agente en la negociación que representa a más de la mitad de la plantilla, también a los médicos. 

Sobre cómo serán las negociaciones a partir de ahora, nadie lo tiene demasiado claro. Además de la mesa sectorial, hay dos comités de huelga. Y, eventualmente, se organizará un tercero cuando el Satse (sindicato corporativo de Enfermería y fisios) formalice los paros que adelantó el miércoles en un comunicado de prensa. 

Con la ley en la mano, se abren tres opciones: abrir un diálogo independiente con cada comité de huelga, tratar de reencauzarlo todo a la Mesa Sectorial, o, en tercer lugar, dialogar independientemente, pero aceptando que representantes sindicales acudan como oyentes a las negociaciones con el resto de actores.