Hay médicos navarros que trabajan por lo privado sin renunciar a la exclusividad
Esta tarde, a las 17.30, tenemos concertada una cita con el jefe de Ginecología del Hospital de Lizarra en su consulta privada. La reserva se ha hecho con el único fin de verificar que el contacto es real, de que no se trata de un anuncio desactualizado que continúa figurando en internet, pese a que el médico ha cesado esta segunda actividad. Es más, este trabajador de Osasunbidea figura pasando consulta en Iruñea y en Gasteiz.
Si se cruzan los nombres de los médicos de Osasunbidea con los de facultativos que trabajan en consultas privadas en comunidades limítrofes o en la propia Iruñea, las cuentas no dan. Existen irregularidades.
Según una lista actualizada a 17 de enero, hay 41 facultativos que han renunciado a la exclusividad para tener un segundo empleo en el sistema privado. Este número, 41, es el mismo que ha hecho público la consejera de Salud, Santos Indurain, en el Parlamento; es decir, el oficial.
El médico que ha hecho un hueco en su agenda para atendernos esta tarde no figura en esa lista. Entre los 41 médicos que no cobran esos, aproximadamente, 800 euros al mes no hay ningún ginecólogo que ejerza en el Hospital de Lizarra.
Hay tres ginecólogos que han renunciado a ese complemento, el más importante de su sueldo, para tener esta segunda actividad. Pero los tres trabajan en el Hospital Universitario de Iruñea.
Por otro lado, en esa lista aparecen únicamente tres jefes que han renunciado al complemento. Nuevamente, todos ejercen en la capital.
«Sí cobra exclusividad»
La última semana de enero, José Manuel García Arguiñano, jefe de Servicio Administrativo del Hospital García Orcoyen de Lizarra, confirmó a través de un correo electrónico que esta persona sigue percibiendo el complemento que le impide cerrar citas como la que hemos concertado para esta tarde. «La jefatura de Servicio de Obstetricia y Ginecología sí cobra exclusividad», afirmó García Arguiñano.
Que haya médicos en Nafarroa que perciban indebidamente el complemento de exclusividad ofrece una dimensión real de lo que significa la petición del Sindicato Médico de eliminarla. En parte es una demanda del colectivo; y por otra parte es el intento de regular las prácticas poco éticas de algunos facultativos.
El sindicato LAB, poseedor del correo que confirma que este médico percibe de forma aparentemente indebida este complemento, ha confirmado su compromiso de poner una denuncia formal por estos hechos ante la propia Administración y la Oficina Anticorrupción creada esta misma legislatura.
Que haya saltado el caso de este profesional y no de otro se debe a que adivinar su identidad ha sido más sencillo que en otros por el método del puro descarte, gracias a su especialidad, su cargo y a que trabaja en un hospital más pequeño.
Salud no ha publicado las identidades de esas 41 personas que ejercen una segunda actividad de modo legítimo, lo cual dificulta una debida fiscalizacion. Y además, evidencia que quien debe ejercerla no lo está haciendo con el debido celo.
El Sindicato Médico defiende que el fin de la exclusividad no dará lugar a malas práxis médicas, como el desvío de pacientes de lo público a lo privado. «Es el deber de la Administración controlar eso», aseguró en su entrevista a GARA Alberto Pérez, portavoz del SMN. Y sin embargo, la Adminsitración no parece capaz, o no quiere, controlarlo.
Un rastreo hacia atrás hace pensar que el citado ginecólogo lleva una segunda actividad, al menos, desde hace unos siete años. En caso de que no haya renunciado a ese complemento, serían decenas de miles de euros abonados de forma indebida.