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Zizurkil homenajea a Joxe Arregi 42 años después de ser torturado hasta la muerte

Egiari Zor ha recordado que la muerte de Joxe Arregi es un crimen que sigue impune, pues solo dos de los más de 50 agentes involucrados fueron condenados a penas menores (tres y cuatro meses de prisión) para luego ser indultados. 

Homenaje de este mediodía en Zizurkil a cargo de Egiari Zor. (Jon URBE | FOKU)

El monolito en memoria de Joxe Arregi en su pueblo natal, Zizurkil, ha vuelto a ser decorado con claveles un año más. Egiari Zor ha querido recordar a Arregi y la deuda para con él y sus allegados que tiene el Estado español, causante de su muerte.

Arregi fue detenido en 1981 y trasladado hasta Carabanchel, donde murió. Los forenses que lo inspeccionaron –ha recordado Egiari Zor– documentaron y fotografiaron las marcas y moratones de las brutales palizas a las que fue sometido hasta que perdió la vida. 

Aunque su caso no es único y hay otros 13 militantes vascos que han muerto bajo custodia policial y se sabe que fueron objeto de torturas durante esos días, como el caso del navarro Mikel Zabalza en 1985, el fallecimiento de Arregi se considera como el «mejor documentado» de todos ellos. 

Desde Egiari Zor se ha recordado que casos como el del zizurkiltarra son excepcionales por su fatal desenlace, pero que forman parte de una lacra mucho más extensa, como fue la práctica sistemática de la tortura por parte las autoridades españolas.

«En Euskal Herria son al menos 5.379 los casos de tortura que ya están acreditados de manera oficial», ha remarcado Egiari Zor, citando el reciente informe sobre torturas en Nafarroa por parte del Instituto Vasco de Criminología que cifraba en el millar los casos registrados en Nafarroa desde 1960. 

Egiari Zor ha denunciado la impunidad del caso, donde solo dos policías de las decenas de implicados, acabaron siendo condenados. Fue una condena testimonial (tres y cuatro meses de prisión, respectivamente) que luego se transformó en indulto. Posteriormente, estos agentes fueron ascendidos.

«Es impensable que la tortura se haya perpetuado a lo largo del tiempo, que en el contexto del conflicto político la hayan sufrido distintas generaciones vascas, sin que esta formase parte de una estrategia de Estado bien diseñada. Era fundamental, por tanto, para que esta práctica ilegal se mantuviera durante décadas, garantizar que se pudiese actuar con impunidad», han denunciado.

Egiari Zor sostiene que no ha habido una declaración de reconocimiento pública de lo que ha supuesto la tortura. «Ningún partido político, ningún Gobierno ni Institución ni vasca ni estatal, ha realizado una declaración de reconocimiento del
daño causado», han afirmado para después urgir a que esta asunción de responsabilidades llegue cuanto antes.