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La mala gestión sanitaria despierta a los sindicatos en Nafarroa

Los sindicatos mayoritarios en Función Pública y Osasunbidea celebraron ayer una huelga en toda la Administración. Protestan por las fórmulas de negociación de la dirección de Salud, que cierra acuerdos bilaterales con el Sindicato Médico al margen de la Mesa Sectorial y General.

Cabecera de la movilización en el Paseo Sarasate. (Iñigo URIZ | FOKU)

La máquina está sin engrasar después de tanto tiempo. Y hasta cierto punto, al arrancar sonó diferente. Los sindicatos en Nafarroa llevan tiempo dormidos, prácticamente dos legislaturas enteras. O desde aquellos recortes del año 2012, cuando la burbuja se desmoronó, arrastrando finalmente consigo al último gobierno de UPN y PSN.

El día arrancaba con servicios mínimos en los colegios que hacía tiempo que no se organizaban, con discusiones y debates que hacía tiempo que no se entablaban. Debatían los padres y madres que llevaban a sus hijos –o no­– a clase y debatieron los profesores. Lo mismo sucedía en las oficinas de cada uno de los distintos departamentos del Gobierno de Nafarroa, ámbito al que se circunscribían la protestas. Y, por supuesto, la discusión seguía en el Hospital Universitario que, en buena medida, es el origen de todo.

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A las 11.00 horas, salieron cerca de 500 trabajadores sanitarios –médicos, enfermeros, auxiliares– desde el edificio de Consultas camino al Palacio de Navarra. Marchaban muy disconformes. Tildaban de puro sabotaje la exigencia de servicios mínimos (del 100% en muchas áreas, incluida la Atención Primaria) que les habían fijado. Encabezaba la protesta una pancarta con el lema “En defensa de la Sanidad Pública. Condiciones dignas para todos”.

El detonante de la movilización es la torpeza con la que los gerentes de Salud Pública están llevando las negociaciones con el Sindicato Médico, buscando acuerdos bilaterales que incluyen subidas salariales de 400 euros al mes para los médicos, así como la eliminación (después ya muy tamizada) de la exclusividad y el control de sus agendas.

Estas negociaciones se están llevando cabo en el marco de la huelga indefinida que arrancó en solitario el Sindicato Médico (SMN) y que están centradas en las mejoras económicas para este estamento, bajo la premisa de que, sin una sustancial mejora de sueldo, no habrá médicos que quieran trabajar en Nafarroa en un contexto de escasez de facultativos en todas las Comunidades Autónomas.

Escalada del problema

Que el Gobierno se haya abierto a una subida salarial tan notable para un colectivo concreto –médicos– dejando al margen al resto de profesionales ha sido lo que ha acabado escalando el conflicto desde Osasunbidea a todo el conjunto de la Administración. De lo puramente sanitario saltó a la defensa de los servicios públicos, para los que los sindicatos demandan más personal y un plan de recuperación del 20% de poder adquisitivo perdido en la última década.

De este modo, cuando la columna que salió del hospital a mediodía embocó al fin la Plaza del Castillo y la Avenida Carlos III, le estaban esperando varios miles de huelguistas que les recibieron y apoyaron con aplausos.

Huelguistas en la Plaza del Castillo. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

«Hemos parado en todos los servicios públicos del Gobierno de Navarra y lo hemos hecho como protesta frente a un Gobierno que ha permitido el debilitamiento de sectores esenciales como la sanidad, la educación, el bienestar social y la cultura», manifestaron los convocantes a las puertas de la sede del Ejecutivo.

Una de las señas que más marcaron esta gran movilización de ayer es la de sus componentes. Que LAB, UGT, ELA, CCOO, Steilas y USAE (la central del colectivo de auxiliares) confluyan en una movilización de este calado no ha sido para nada habitual. O, al menos, no lo era una década atrás, que es el tiempo que hay que remontarse para encontrar movilizaciones que puedan tener cierto parecido.

Datos de seguimiento

Según el Gobierno navarro, que siempre acostumbra a dar cifras bajas, la huelga fue secundada por un 10,6% del personal del Servicio Navarro de Salud. De los 8.261 sanitarios, fueron llamados a mínimos 4.359 y no acudieron a su puesto de trabajo 417.

Para poner en contexto estas cifras, se las puede comparar con las que está obteniendo el Sindicato Médico con su huelga indefinida, que arrancó el 1 de febrero con el 9,4% y cuyo seguimiento ha caído a una tercera parte. Siempre según la misma fuente.

En el conjunto de la Administración el seguimiento resultó mayor. Según el parte actualizado a las 17.00 horas, 1.991 funcionarios fueron llamados a servicios mínimos y 2.262 personas hicieron huelga (14,23%). El grueso de huelguistas habría procedido de Educación, con un seguimiento superior al 17% (1.907 personas).

Hay que tener en cuenta en la comparativa que el Sindicato Médico y el sindicato corporativo de enfermería (Satse) no secundaban la jornada de huelga. El SMN, porque ya inició la suya propia (y, de hecho, había hecho un llamamiento a sus seguidores para romper la huelga ayer y reanudarla hoy) y el Satse, porque ha convocado una protesta para este sábado, centrada en sus objetivos propios, que se sustancian en mejoras salariales, como elevarles la categoría desde el grado B al A, principalmente.

Satse y SMN controlan 24 de los 64 delegados de Osasunbidea, frente a los 34 que pertenecen a las centrales que protagonizaron la huelga ayer.

Además del paro, por la tarde tuvo lugar una gran manifestación que arrancó en la antigua estación de autobuses, avanzando hasta Príncipe de Viana, desde donde dobló por Carlos III y Cortes de Navarra, hasta desembocar en el Paseo Sarasate. Según el recuento realizado por NAIZ, más de 4.000 personas tomaron parte en esta protesta.

Durante la marcha se corearon reivindicaciones propias del colectivo de funcionarios (‘IPC para no empobrecer’ o ‘Carrera profesional para todo el personal’) y otras en favor de los servicios públicos y, muy singularmente, de la sanidad.

Próximos pasos

El Gobierno y el Sindicato Médico han declarado esta semana que sus posturas están ya muy cerca. Apenas quedan «flecos» por atar. Sería este el segundo acuerdo que se cierra a dos con el mismo actor, después de que el director general de Salud, Carlos Artundo, ya validara otro pacto bilateral para detener la huelga de este mismo sindicato en 2019.

Por contra, el desencuentro con la mayoría sindical de Osasunbidea se volvió patente el martes, cuando LAB, UGT, USAE, ELA y CCOO acabaron plantando a los negociadores del Gobierno, después de que este confesara que no había estudiado la oferta que le habían planteado días atrás.

La siguiente cita clave llegará mañana, viernes, día para cuando está llamada la Mesa General de Función Pública, que es el ente que debería validar este tipo de acuerdos y, a su vez, también es el foro al que el Gobierno intenta esquivar con encuentros bilaterales con el Sindicato Médico.

Entre los sindicatos que ayer salieron a la calle cundía la sensación de que a ese encuentro el Gobierno quiere llevar el acuerdo cerrado con el SMN. Esto es, que no hay ya flecos que atar, sino que se usan como excusa en busca del mejor momento para hacer público el trato. Por eso los huelguistas ayer avisaron al Gobierno que hacer eso sería un error. Los sindicatos mayoritarios piden una «negociación real» en la mesa y no reunirse a que les cuenten lo que se negocia con terceros.

Mientras tanto, el Ejecutivo continúa con esta política de reuniones con sindicatos al margen de los cauces establecidos. Ayer, justo cuando sus compañeros iban a iniciar la protesta de la tarde, el sindicato Satse envió una nota de prensa a las agencias asegurando haber conseguido una serie de mejoras para el colectivo que representa, el de Enfermería. En la nota se alude a un encuentro con los responsables de Salud, donde habrían llevado un documento con 20 puntos y del que habrían salido con «buenas sensaciones».