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Pablo González, víctima de la «batalla por el relato» único en un mundo convulso

A punto de cumplirse un año del encarcelamiento del periodista vasco Pablo González en Polonia, diversas voces han reivindicado la libertad de información en un mundo convulso donde se laminan todos los derechos básicos y la búsqueda de la verdad es cada vez más difícil.

Iker Bizkarguenaga, periodista de NAIZ-GARA, durante su intervención en Leioa, junto a Ramón Zallo y el resto del panel. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

Periodismo, opacidad institucional y libertad de información en Europea han sido abordadas este viernes en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV-EHU, en Leioa, por diversas voces que, partiendo del caso del encarcelamiento arbitrario del periodista vasco Pablo González en Polonia, han profundizado en el acoso hacia los medios de comunicación en la búsqueda de la verdad.

Edith Rodríguez, vicepresidenta de Reporteros Sin Fronteras (RSF), ha destacado el hecho insólito de que González, un periodista europeo, lleve un año preso en otro Estado miembro de la UE. Antes, Oihana Goiriena ha expuesto la situación que vive su familia, especialmente sus tres hijos, que llevan un año sin hablar con su padre. «Nos dicen que nos van a habilitar una llamada por Skype, pero no llega. Su abogado Gonzalo Boyé tampoco ha estado con él», se ha quejado, ansiosa de que se produzcan movimientos.

Jon Kortazar, Nacho Calle, Esther Rebollo, Oihane Goiriena y Juan Teixeira, en uno de los paneles. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Se sienten indefensos y observan con incredulidad la posición del Ejecutivo español. «El Gobierno puso a Pablo asistencia consular, pero no puede incidir diplomáticamente todo lo que este caso exige. Desde Exteriores, nadie se ha puesto en contacto con nosotros», ha lamentado.

«En Reporteros Sin Fronteras recibimos denuncias de otros periodistas por registros que se habían llevado a cabo en Polonia antes de la detención de Pablo. El suyo no ha sido un caso único, aunque sí el más grave», ha enfatizado la vicepresidenta de RSF. «Teníamos que estar al lado de la verdad. No nos hemos movido un ápice de esta postura. Ya es hora de que muestren las pruebas que justifiquen por qué está en prisión», ha expuesto.

«En Polonia hay una intervención total del poder ejecutivo y legislativo sobre el judicial. Lo que el Gobierno polaco ha hecho ha sido seguir la estela de Hungría, donde se obvia todo lo que tiene que ver con el Derecho, incluidos los derechos humanos», ha alertado.

Inacción gubernamental

Rodríguez ha denunciado la «inacción» de las autoridades españolas. Más adelante, el catedrático de Comunicación Audiovisual Ramón Zallo ha criticado la falta de implicación de todas las instituciones, también del lehendakari Iñigo Urkullu.

El peso de esas gestiones también ha sido cuestionado, ya que el poder de presión de Bruselas sobre Varsovia parece débil. «Justo antes de la invasión rusa a Ucrania, los tribunales polacos decidieron que la doctrina del Tribunal Europeo de Luxemburgo no iba con ellos. En este contexto –ha añadido–, el control y las sanciones se complican».

«Polonia ocupa el puesto 66 en la clasificación mundial de libertad de expresión» en el ranking de esta ONG. Un Estado, el polaco, donde –según Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Complutense de Madrid– «hay una ruptura total de la separación de poderes».

Iker Bizkarguenaga, redactor de NAIZ-GARA, ha extendido los ataques a derechos básicos en el tiempo y en el ámbito geográfico, rememorando el cierre de medios en Euskal Herria alegando «razones de Estado» y la escasa respuesta de los propios profesionales a ese atropello. «No hay argumento que valide el cierre de medios de comunicación en Europa», ha zanjado.

Ha augurado que en un contexto internacional convulso, es previsible que cosas así sigan ocurriendo. «Las situaciones extraordinarias hacen tambalear todo lo que normalmente se presupone respecto a la libertad de prensa, libertad de información... Esas situaciones extraordinarias se están multiplicando», ha observado.

Bizkarguenaga no ha perdido la ocasión para citar los problemas que está habiendo para modificar la Ley Mordaza, a causa de la que se han abierto más de dos millones de expedientes de infracción en cinco años.

Para Rodríguez, el periodista vasco es víctima de la «batalla por el relato, en un conflicto donde la propaganda está en ambos bandos». González, «un periodista de la vieja escuela» en palabras del fotoperiodista Juan Teixeira, era un testigo incómodo en la búsqueda de la verdad. «Pablo –ha subrayado la vicepresidenta de RSF– resultaba incómodo porque su dominio del idioma le permitía comunicarse directamente con las fuentes».

En una visión más general, Rodríguez ha advertido de que se viven momento de desmantelamiento de los valores de las democracias liberales. «Estamos viviendo un acoso judicial a los periodistas», ha alertado, poniendo diferentes ejemplos en el Estado español por parte de políticos y grandes corporaciones. Una herramienta son las demandas en los tribunales que buscan intimidar a los medios de comunicación más modestos. «La idea no es encarcelar a periodistas, sino silenciar a los medios, tenerlos pagando abogados y midiendo sus palabras», ha explicado.

Cuarta prórroga de la prisión provisional

Por otra parte, los tribunales polacos han prolongado por cuarta vez la prisión provisional de Pablo González. Según ha informado esta tarde el diario “Público”, poco antes de que se cumpliera el año de encarcelamiento del periodista vasco, la Justicia polaca ha decidido mantenerlo en prisión hasta el próximo 24 de mayo.

Los abogados han anunciado que recurrirán esta decisión.