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El cine vasco triunfa en la Berlinale

“20.000 especies de abejas” gana a la Mejor Interpretación Protagonista, al Premio del Público y al de los Exhibidores. La ópera prima de Estibaliz Urresola Solaguren se sitúa entre las más premiadas de la 73ª edición y redondea el carácter histórico del primer debut estatal en competir por el Oso.

Otero y Solaguren, a la salida de la gala de Berlín que ha dado un premio inesperado a la pequeña actriz de Basauri. (John MacDougall | AFP)

La producción vasca “20.000 especies de abejas” ha vivido una auténtica fiesta este sábado. Al mediodía conocíamos su triunfo en dos galardones paralelos: por un lado, el Premio del Público otorgado por el periódico Berliner Morgenpost a una película de Competición. La de Urresola merecía el reconocimiento «por el mensaje auténtico y fuerte» que lanza a la sociedad. Poco después se anunciaba el Premio Gilde de los Exhibidores alemanes, que la distingue «por su visión innovadora y su inspección del interior de una familia».

A “20.000 especies de abejas” le quedaba, sin embargo, una grata sorpresa por la noche. En la ceremonia de entrega de premios, la directora de casting Francine Maisler y la presidenta del jurado, Kristen Stewart, vaticinaban: «Es raro ver a alguien conjurar tantas emociones y mantenerse simple al mismo tiempo», advirtiendo que «el sistema está diseñado para menoscabar la inteligencia de las interpretaciones, sobre todo la de los niños» y aconsejando que «podemos mirar a juventud para recordar errores que no deben repetirse». En efecto, el premio a la Mejor Interpretación Protagonista era para Sofía Otero, por su papel debutante como Cocó, esa niña que no quiere que se la llame Aitor.

La niña no se ha olvidado de sus amamas e izekos, tampoco de Naizen, ante un público visíblemente tocado por la ternura

 

Otero ha dedicado el reconocimiento al equipo técnico y al jurado, y a una larga lista de nombres, entre ellos «a Naizen [la Asociación de Familias de Menores Transexuales vascos, quienes ayudaron con la documentación de la película], a mi padre –¡el Fernando Otero, el mejor del mundo!–, a mi madre, que la quiero con locura» a sus amamas e izekos «...y, y ya está», concluía, divertida, ante las risas de un público visíblemente tocado por la ternura.

La recogida se vivió como un momento especialmente carismático de la gala, aunque promete avivar la controversia entre los detractores de los premios interpretativos a menores no profesionales. Una situación parecida se repetía en el pasado Zinemaldia, cuando los jóvenes Carla Quílez y Paul Kircher ganaban ex aequo a Mejor Interpretación Protagonista.

Los tres galardones a la película, producida por Gariza Films e Inicia Films, ayudarán a una distribución ya motivada por las buenas críticas de la prensa internacional. ‘Variety’ la describe como «exitosa, gentil y humana” y ‘The Guardian’ la destaca por sus actuaciones, «muy generosas».

Luxbox, responsables de la distribución de grandes éxitos de Oliver Laxe, Bruno Dumont y Michel Franco, anunció hace unos días que se encargaría de las ventas en el extranjero. En el Estado español, la película podrá verse en el Festival de Málaga, antes de llegar a salas comerciales de la mano de BTeam, el 21 de abril.

El Oso de Oro es para “Sur l’Adamant”, de Nicolas Philibert

El onceavo documental del cineasta francés, reconocido por “Ser y tener” (2002) y “En todo momento” (2018), retrata la vida a bordo del Adamant, un centro de día ancorado en el Sena y destinado a fomentar la creatividad y la inclusión de personas con neurodiversidad.

El Oso de Oro de Philibert se sostiene como un fresco naturalista, por momentos profundamente lúcido

 

La película se sostiene como un fresco naturalista –por momentos, profundamente lúcido– de una comunidad abierta a desmantelar los rígidos límites entre pacientes y tutores, así como entre creación y cuidados. «¿Estáis locos, o qué?», bromeaba Nicolas Philibert al recoger el Oso, que dedicaba sobre todo a Linda De Zitter, cofundadora del centro.

Es tiempo de reivindicar la no ficción, o así parece después de que “La belleza y el dolor”, de Laura Poitras sobre Nan Goldin, triunfara en el pasado Festival de Venecia. «Que el documental sea considerado cine me emociona profundamente», concluía Philibert, que dedicó unas palabras a la necesidad de repensar la normalidad psiquiátrica: «Los locos son los que discriminan y estigmatizan». Tanto “La belleza y el dolor” como “Sur l’Adamant” tienen distribución en salas españolas de parte de Filmin.

Alemania juega en casa y gana

Aunque el resto del palmarés se ha entregado sin monopolios, cabe destacar un reparto proporcional al buen número de producciones alemanas en Competición. “Afire”, comedia romántica sobre la masculinidad tóxica y segunda parte de la trilogía de los elementos de Christian Petzold (“Ondina”), ganaba el Gran Premio del Jurado.

Merecía la estatuilla a Mejor Interpretación de Reparto la actriz trans Thea Ehre, por su papel como oscura neo-femme fatale en el thriller “Till the End of The Night” y, por último, el Mejor Guion era para Angela Schanelec por “Music”, fantástica revisión de la tragedia clásica.

Radu Jude, al entregar el premio, ha regalado una de las mejores declaraciones de la gala: «Los guiones nacieron para controlar la contabilidad», para tener por escrito cuánto dinero se necesitaba en cada película y, así, capar las ideas improductivas: «Este es uno de los guiones que se rebelan en contra de los números».

En la liga internacional brillaba el Premio del Jurado para “Mal viver”, primera parte del díptico melodramático de João Canijo, completado en Encounters por “Viver mal”. También la Mejor Dirección (por “Le grand chariot”) para Philippe Garrel, el último de los modernos franceses y, sin embargo, «el espíritu más joven de la Competición», según la actriz y miembro del jurado Golshifteh Farahani.

Por último, el premio a Contribución Artística Destacada ha sido a la directora de fotografía Hélène Louvart, por su hipnótico trabajo en “Disco Boy”. A Louvart la conocemos por los hits indies “Nunca, casi nunca, a veces, siempre” o “La hija oscura”. En una Berlinale de línea cinéfila especialmente dura, es difícil llevarse decepciones.