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Más de 100.000 trabajadores secundaron alguna huelga el pasado año en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa

Según datos del Consejo Vasco de Relaciones Laborales, 106.998 trabajadores participaron en alguna huelga el pasado curso. Desde CCOO Euskadi culpan a la inflación y al «bloqueo» de la patronal.

Imagen de archivo de la huelga en el sector del Metal de Bizkaia. (Oskar MATXIN | FOKU)

La CAV contabilizó el pasado año un total de 342 huelgas, con 106.998 participantes. Esto supone un aumento de la movilización sindical, al multiplicarse por siete el número de trabajadores que secundaron algún paro respecto a 2021.

Según datos del Consejo Vasco de Relaciones Laborales, la cifra supone un récord absoluto desde 2008. Solo en 2017, con 59.505 huelguistas, y en 2019, con 79.860 manifestantes, se superó la barrera de los 50.000 trabajadores que siguieron algún paro.

Por herrialdes, en Araba se registraron en el pasado ejercicio un total de 52 paros (un 62,5% más que un año antes), con 15.835 participantes (+514%) y 43.819 jornadas perdidas (-55%). En Bizkaia se secundaron 166 huelgas (+8,5%), con 81.547 participantes (+683%), y 307.017 jornadas perdidas (+685%). Por último, en Gipuzkoa fueron 124 los paros desarrollados, que conllevaron 33.623 jornadas perdidas (+576%), al ser secundados por 9.616 empleados (+417% en relación al año anterior).

Inflación y «bloqueo» de la patronal

A la vista de estos datos, el secretario de Acción Sindical de CCOO Euskadi, Francisco Osuna, ha explicado que la movilización aumentó porque se han producido «grandes conflictos que, además, han movilizado a muchísima gente», poniendo como ejemplos el del Servicio de Ayuda a Domicilio de Bizkaia, resuelto recientemente; el de Bizkaibus, también solventado recientemente; así como el conflicto del Metal de Araba, que según ha recordado, se prolongó durante «mucho tiempo» y con «muchas movilizaciones convocadas por todos los sindicatos».

En declaraciones a Europa Press, Osuna ha aludido, igualmente, al conflicto del Metal de Bizkaia o el de Intervención Social, y ha reconocido que se han producido una serie de conflictos laborales que han hecho que «aumentaran muchísimo las movilizaciones durante el año 2022».

No obstante, ha apuntado que ese aumento de las movilizaciones era algo que la central sindical ya preveía a finales de 2021, debido a la situación de la inflación y todos los escenarios abiertos en las distintas mesas. En ese sentido, ha considerado que el aumento de los precios y el «bloqueo» de las patronales a «garantizar en la negociación colectiva un poder adquisitivo a los trabajadores vía negociación» provocó el incremento de la conflictividad.

Respecto a 2023, Osauna ha advertido de que «si la inflación baja» y se cierran acuerdos como ha sucedido en 2022, se «tranquilizará mucho el escenario». No obstante, ha recordado que «quedaría por cerrar la negociación es el convenio de Metal de Gipuzkoa, que arrastra a muchísimos trabajadores» y que es «el único que tiene un escenario abierto de negociación». Ha destacado que «si no se llega a buen puerto» con un acuerdo, y la oferta «no es asumible, habrá movilizaciones».