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Presupuestos neoliberales, enmienda a la totalidad

En un «think tank» de Nueva York, el consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, cuestionó todos los presupuestos neoliberales que hasta ahora han sido dogma de fe. En su conferencia anunció que, en el actual contexto, las cuestiones de seguridad marcarán la política económica.

El consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan (Brendan SMIALOWSKI | AFP)

El consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, dio una interesante conferencia en Brookings Institución, un think tank de Nueva York. El título “La agenda económica internacional de la Administración Biden” y el cargo del conferenciante dan cuenta del peso que tendrán a partir de ahora las cuestiones de seguridad en la economía.

Empezó señalando que el orden económico internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial tenía grietas en sus cimientos y confesó que para enfrentar los desafíos actuales «hemos tenido que revisar algunas viejas suposiciones». Pasó a enumerar los que a su juicio son los cuatro principales desafíos.
 
La base industrial

En primer lugar, señaló que la «base industrial de EEUU ha sido vaciada», la inversión pública que había estimulado el proyecto estadounidense se ha desvanecido. Achacó ese cambio a las ideas neoliberales que defendían la reducción de impuestos, la desregulación, la privatización sobre la acción pública y la liberalización del comercio «como un fin en sí mismo». Puso en cuestión que el mercado asigne siempre el capital de manera productiva y eficiente. Apuntó, además, que esa política había traído una simplificación de la cadena de suministros y la deslocalización industrial, para concluir que la liberalización no ayudó a EEUU a exportar bienes, sino que «exportó empleo y capacidad industrial».
 
Y el tipo de crecimiento sí importa. Las reformas privilegiaron las finanzas mientras sectores esenciales como los semiconductores se atrofiaron. «La capacidad industrial es crucial para la capacidad de innovar de un país», indicó Sullivan. Una enmienda a la totalidad a los principales presupuestos del neoliberalismo.

Competencia geopolítica

El segundo desafío es adaptarse a un entorno definido por «la competencia geopolítica y de seguridad que tiene importantes impactos económicos». Dijo que la política internacional se había basado en la premisa de que la integración económica haría que las naciones fueran «más responsables y abiertas, y el orden global sería pacífico y cooperativo». Sin embargo, Sullivan consideró que las economías sin mercado se habían integrado en el orden económico internacional de manera que «planteaba desafíos» y puso a China como ejemplo. Acusó a su Gobierno de dar ayudas de Estado, aunque él también las acababa de reivindicar para revitalizar la base industrial.

Acusó al Gobierno chino de dar ayudas de Estado, aunque él también las acababa de reivindicar para revitalizar la base industrial de EEUU



Sostuvo que las vulnerabilidades de la cadena de suministro en equipos médicos, semiconductores y minerales críticos eran dependencias que podían explotarse para lograr una ventaja económica o geopolítica. Olvidó decir que estas vulnerabilidades se pueden explotar en los dos sentidos: en contra y a favor.

Crisis climática

Como tercer desafío situó la crisis climática y la urgente necesidad de una transición hacia una energía limpia, justa y eficiente. Recordó que Biden suele decir que «cuando oye clima, piensa en empleos». «Construir una economía de energía limpia en el siglo XXI es una de las oportunidades de crecimiento más importantes de este siglo», dijo Sullivan, que apuntó que EEUU necesita una estrategia de inversión práctica y útil para impulsar la innovación, reducir los costos y crear buenos empleos. De modo que la crisis climática se reduce a una cuestión energética que, además, se va a usar como eje de crecimiento económico.

Desigualdad

El cuarto desafío es «la desigualdad y su daño a la democracia». Un vínculo entre democracia y desiguadad que no es habitual. Manifestó que la creencia de que el crecimiento fruto de la expansión del comercio sería inclusivo se ha revelado falsa. Esas ganancias no llegaron a la mayoría de los trabajadores. «La clase media estadounidense perdió terreno, mientras que a los ricos les fue mejor que nunca», concluyó Sullivan.

Incidió, además, en que el problema han sido décadas de «políticas económicas de goteo»; políticas regresivas de recortes de impuestos, de reducción de la inversión pública, de concentración empresarial sin control y medidas activas para «socavar el movimiento laboral que fue el fundamento que construyó la clase media estadounidense». Más claro, imposible.  

Cómo afrontar los desafíos

Sullivan planteó, en primer lugar, la necesidad de restaurar una mentalidad económica que defienda la construcción que definió como la capacidad de producir e innovar, de entregar bienes públicos como una sólida infraestructura física y digital y energía limpia a escala. Habló de resiliencia y de inclusión para garantizar una clase media estadounidense fuerte y mayores oportunidades para los trabajadores de todo el mundo. «Y el primer paso es sentar una nueva base en casa con una estrategia industrial estadounidense moderna», dijo.

Esa estrategia industrial  debía identificar sectores específicos «fundamentales para el crecimiento económico, estratégicos desde una perspectiva de seguridad nacional». Añadió que, además, se trata de identificar dónde la industria privada por sí sola no está preparada para realizar las inversiones necesarias. A partir de ahí, despliegue de inversiones públicas para desbloquear «el poder y el ingenio de los mercados privados, el capitalismo y la competencia para sentar las bases para el crecimiento a largo plazo». «Se trata de atraer la inversión privada, no de reemplazarla», concluyó. Mucha estrategia para terminar diciendo que el Estado vuelve a ser un agente económico activo, pero no produciendo directamente, sino financiando al capital privado. Más transferencia de recursos públicos a manos privadas. Otra forma de seguir privatizando beneficios y socializando pérdidas.

Acuerdos con los socios

Dijo que «nuestro objetivo no es la autarquía», que de lo que se trata es de «asegurar resiliencia y seguridad en las cadenas de suministro». De ahí que el segundo paso de la estrategia sea «trabajar con nuestros socios para asegurarnos de que están desarrollando capacidades, resiliencia e inclusión. Queremos que se unan a nosotros. De hecho, necesitamos que se unan a nosotros».

«Permítanme también subrayar un punto crítico. Nuestra cooperación con los socios no se limita a las democracias industriales avanzadas», subrayó Sullivan.



Nuevas relaciones económicas internacionales

Por ello, como tercer paso de la estrategia propuso «avanzar hacia nuevas asociaciones económicas internacionales centradas en los desafíos centrales de nuestro tiempo». Si hasta ahora ha primado la reducción de aranceles, ahora la cuestión es «¿cómo encaja el comercio en nuestra política económica internacional? ¿Y qué problemas busca resolver?».

En este punto, Sullivan señaló que el objetivo sería «crear esas cadenas de suministro diversificadas y resistentes, movilizar la inversión pública y privada para una transición justa hacia una  energía limpia y un crecimiento económico sostenible, crear buenos empleos en toda la cadena, empleos de apoyo a las familias. Detener la carrera hacia la fiscalidad cero de las empresas. Mejorar la protección para el trabajo y el medio ambiente. Lucha contra la corrupción. Ese es un conjunto diferente de prioridades más allá de derribar aranceles». Todo indica que estos serán los criterios que utilizarán para dejar fuera a quien no les interese.

Y es que a continuación sostuvo que siguen comprometidos con la OMC y los valores compartidos sobre los que se construye: competencia justa, apertura, transparencia, Estado de derecho. Sin embargo, añadió que «los desafíos serios, en particular las prácticas y políticas económicas no comerciales, amenazan esos valores fundamentales». Y anunció que están trabajando con otros miembros de la OMC para reformar el sistema de comercio multilateral.

Movilizar inversiones hacia los países emergentes

En el cuarto paso Sullivan habló de movilizar billones de dólares en inversiones hacia las economías emergentes «con soluciones que esos países están diseñando por su cuenta, pero con capital habilitado por una marca diferente de la diplomacia estadounidense. Hemos lanzado un gran esfuerzo para hacer evolucionar los bancos multilaterales de desarrollo, para que estén a la altura de los desafíos de hoy».

Apuntó que han lanzado un gran proyecto para cerrar la brecha de infraestructura en los países de ingresos medios y bajos, la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global, PGII. Una copia de la Iniciativa Belt-Road china para asegurar esas cadenas de suministro que tanto les preocupan ahora.

Sullivan finalizó diciendo que de este modo «estamos protegiendo nuestras tecnologías fundamentales con un patio pequeño y una cerca alta»



Sullivan finalizó diciendo que, de este modo, «estamos protegiendo nuestras tecnologías fundamentales con un patio pequeño y una cerca alta». Y agregó: «Nuestra responsabilidad es marcar el comienzo de una nueva ola de la revolución digital que garantice que las tecnologías de próxima generación funcionen a favor, no en contra de nuestras democracias y nuestra seguridad».

Fin de la globalización

Barack Obama trató de perfeccionar la globalización neoliberal impulsando acuerdos de libre comercio. Donald Trump optó por abandonarlos y centrarse en los intereses del país, American first. Y a juzgar por las palabras de Sullivan, la Administración de Biden ha abandonado todos los principios neoliberales y continúa por el camino de su predecesor. El objetivo ya no es liberalizar –una política que da ventaja al más fuerte, en la actualidad China–, sino proteger aquello que le permita mantener su supremacía: «Patio pequeño con cerca alta».

El proyecto liberal ha abandonado cualquier pretensión de universalidad: ya no tiene el propósito de organizar el mundo. Precisamente cuando los problemas globales exigen soluciones generales, deserta para proteger sus intereses particulares, algo que provocará más inestabilidad y guerras. En el vacío que deja aparecerán otras alternativas.