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La Diputación entra en campaña licitando la redacción del proyecto de la variante de Errekalde

Tras años de promesas y anuncios en los últimos compases de la legislatura, el Gobierno de Unai Rementeria entra en campaña con la aprobación este martes de la licitación de la redacción del proyecto constructivo de la variante de Errekalde. Lo ha avanzado la candidata del PNV Elixabete Etxanobe.

Concentración vecinal en 2013 en Sabino Arana reivindicando el derribo del viaducto de Errekalde. (Jon Hernaez | FOKU)

En plena campaña electoral, el Consejo de Gobierno de la Diputación de Bizkaia aprobará este martes la licitación de la redacción del proyecto constructivo de la variante de Errekalde, primer paso del complejo plan que permitirá el derribo del viaducto de la A-8 a su paso por este populoso barrio bilbaino. Este nuevo vial, que tendrá una longitud aproximada de 2.230 metros, hará posible que la vieja reivindicación vecinal pueda ser realidad a partir de 2032.

El anuncio lo ha realizado este lunes de modo sorpresivo la diputada foral de Administración Pública y Relaciones Institucionales y candidata del PNV a diputada general, Elixabete Etxanobe. En un acto electoral en Markina-Xemein, ha dado a conocer la iniciativa y ha añadido que «lo ponemos en marcha con un presupuesto de 5,8 millones de euros».

La candidata jeltzale ha afirmado que se compromete a «avanzar para poder derribar cuanto antes» esa barrera que «supone el tramo de la autopista A-8 a su paso por Rekalde» y ha indicado que van a diseñar una infraestructura que libere del tráfico los barrios de Errekalde, Betolaza y Uretamendi.

No es la primera licitación de un proyecto estratégico que una institución gobernada por el PNV aprueba a las puertas de las elecciones municipales y forales. A 25 días de la cita con las urnas, el Gobierno de Juan Mari Aburto refrendó la licitación del concurso de ideas para diseñar una de las últimas grandes operaciones urbanísticas en Bilbo, la de Punta Zorrotza.

Según se recoge en el Plan General de Ordenación Urbana aprobado en febrero de 2022 por el Consistorio bilbaino, supondrá excavar un nuevo túnel bajo el Pagasarri que evite el paso actual de la autopista por medio del barrio de Errekalde y dé continuidad a la autovía actual entre la zona del polideportivo de El Fango y el viaducto de Masustegi, sobre Basurto.

Tramitación y obra compleja

Se trata, así lo han reconocido responsables forales, de una tramitación administrativa «muy compleja». La propia redacción del proyecto constructivo puede prolongarse, según la Diputación, cerca de tres años, por lo que las obras de la variante no arrancarán hasta 2028. Por tanto, para antes de 2032, no será posible la demolición del viaducto que ha condicionado a Errekalde desde 1975.

Hasta ahora, al menos públicamente, este y otros proyectos han sido relegados por el PNV, que ha dado prioridad al subfluvial de Getxo a Portugalete. Esta actitud, por cierto, ha molestado a su socio en el Gobierno, ya que el PSE se ha posicionado a favor de acelerar esta variante y finalizar la de Ermua.

En los presupuestos, se destinó 150.000 euros para licitar la redacción del proyecto constructivo de la variante de Errekalde, una partida modesta frente a un gasto de 233 millones de euros para este ejercicio, un 14% más que el año anterior, cuyos proyectos estratégicos son el cubrimiento de La Avanzada, la variante de Markina-Xemein, el bulevar de la Ría y el puente móvil entre Erandio y Barakaldo.

Hasta ahora, ante la insistencia de las asociaciones vecinales y del resto de partidos, los jeltzales han ido anunciando diferentes iniciativas, aunque no se había concretado ninguna.

Las Juntas Generales de Bizkaia aprobaron en junio de 2022 una enmienda transaccional acordada entre los partidos que apoyan el Gobierno de Unai Rementeria y EH Bildu, a la que se sumó Elkarrekin Bizkaia, para incorporar en el presupuesto de 2023 una partida, dentro de una dotación plurianual, para avanzar en la licitación y redacción del proyecto de construcción de la variante de Errekalde una vez que la Diputación contaba con una «hoja de ruta» para cumplir con la promesa de que el viaducto se va a derribar.