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Chelsea Carmichael, la apuesta del festival de Gasteiz por el talento joven

El Teatro Principal acogió en la segunda jornada del Festival de Jazz de Gasteiz a la banda liderada por la saxofonista británica Chelsea Carmichael, que presentó su primer trabajo discográfico, ‘The River Doesn’t Like Stranger’.

Chelsea Carmichael durante la actuación en el Teatro Principal. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Tras participar en la edición anterior acompañando al tuba Theon Cross’, la saxofonista británica Chelsea Carmichael regresaba como cabeza de cartel para presentarnos su primer trabajo discográfico, ‘The River Doesn’t Like Stranger’, con colores de nu-jazz, influenciencias de free-jazz y un hipnótico sonido de club. 

El único concierto que el festival tenía programado ayer martes, calentando motores antes de que esta noche se abran las puertas de Mendizorrotza para acoger los conciertos de Maria Schneider y de el sexteto de Baldo Martínez, era el de la joven Chelsea Carmichael. A sus 31 años se presenta avalada por una gran experiencia como música de sesión, acompañando a músicos como Terence Blanchard y habiendo formado parte de la orquesta del popular Joss Holland entre otros, y con su primer álbum bajo el brazo como carta de presentación.

Acompañada por el baterista Oliver Sarkar, el contrabandista Mutale Chashi y el guitarrista Rob Luft dieron cuenta de gran parte de los temas incluidos en su disco. Con unos ritmos de influencia urbana que mezclaban todos los palos de la escena de baile underground, entre los que no faltaban los de influencia jamaicana como el reggae y el dub, el concierto se fue diluyendo entre los efectos de la guitarra y el saxofón que en muchos momentos tomaron mayor importancia que lo que las melodías, consiguiendo que en el desarrollo, al final nadie del público pueda recordar ni una pequeña idea musical, sino una pasta difusa de atmósfera hipnótica un tanto indefinida.

El concierto arrancaba a dúo con ‘There is a place’, un tema ambiental en el que la guitarra proponía un colchón armónico sobre el que la saxofonista de Manchester desarrollaba ideas melódicas libremente con su tenor, una serie de frases sugerentes en oleadas que hacían crecer y decrecer el tema hasta hacerlo desaparecer, deshaciéndose en un lejano eco.

Para el segundo tema, ‘There is you and you’, harían su aparición en escena el resto de la banda, con un largo y abierto solo de batería que resultó ser una manera de presentar de los músicos y parte de una sencilla y evidente estructura del show. El solo derivó en un trepidante ritmo de samba sobre el que la saxofonista desarrolló una improvisación antes de que se sumaran el bajo y la guitarra para desvelar así cual sería el sonido del cuarteto para el resto del concierto.

Un solo del contrabajista Mutale Chashi daría pie a ‘All we know’, completando la estructura de las presentaciones y agotando los recursos escénicos de la banda. El solo desembocaría en esta ocasión en un ritmo reggae que el batería mantendría a lo largo de todo el tema y sobre el cual el saxo iría presentando una sencilla melodía que aparecía y desaparecía hasta desembocar hipnóticamente en un solo de saxo, todo ello entremezclado con los efectos de guitarra que hacían de unión entre la base rítmica y la solista. Tras su solo, Carmichael, que iba alzando la mano para señalar a la banda la llegada de un cambio de situación musical, como si de Miles Davis se tratara, daba paso a un solo de guitarra que se repitió en todos los temas y terminó por no saberse cuando soleaba y cuando acompañaba, tal era la influencia de sus pedales de efectos en su manera de tocar. Seguirían en repertorio ‘Bone and Soil’, un tema con ritmo cercano al reggaeton y de los que proponían una de las melodías más claras de todo el repertorio.

Hiaro/Hadali nos devolvía otra vez al una atmósfera que recordaba al inicio del concierto, la guitarra creando un colchón atmosférico en una rueda de acordes sugerente sobre el que el saxofón trataba de crear una melodía cálida que nunca terminaba de resultar del todo concreta, y que una vez más volvía a hacer imposible fijar un recuerdo concreto.

Con el tema que da nombre al álbum, ‘The river doesn’t like strangers’, se enfilaba el final del concierto. Construido sobre pequeños y repetitivos motivos melódicos, que comenzaría muy sutilmente e iría creciendo paulatinamente en un viaje esotérico en el que las preguntas y respuestas entre la guitarra y el saxo derivarían en un caótico diálogo entre todos los instrumentos como el punto de máxima agitación de un colocón, terminaría el concierto con la vuelta a la calma tras la transposición sufrida.

El saludo de los músicos y el pactado bis arrancado por un público siempre complaciente pero un tanto frío, de vuelta al ritmo latino desdibujado y frenético con un tema imposible de recordar entre melodías cortas y motivos melódicos que fueron la tónica general de un concierto del que se podría decir que uno lo escucha agradablemente y sin sobresaltos pero que no se lleva mucho a su casa.

Esto es algo que va con los tiempos, muchas veces con la ausencia de un circuito real para este tipo de música y con la excesiva premura con la que los jóvenes músicos se convierten en líderes de sus propios proyectos. Se puede dominar el lenguaje de la música y el arte de la improvisación, pero para llegar a cerrar un buen disco y, tan importante, llegar ofrecer un buen concierto, hace falta algo más que se aprende con el tiempo y a la sombra de los maestros. Eso si se llega a aprender y si se posee el carácter suficiente. Muchos grandes músicos trabajaron toda su vida sin liderar nunca su propio proyecto. Que se lo pregunten al gran Ron Carter, por ejemplo.

Este miércoles, Maria Schneider

Nada de esto sucederá con una maestra como Maria Schneider, cuyos arreglos orquestales resonarán en el polideportivo de Mendizorrotza a partir de las 20.30 horas. La respetada directora comparte el cartel con el sexteto del contrabajista Baldo Martínez, el cual ofrecerá el jueves 6 por la mañana una master class integrada dentro de la programación del festival. Tampoco habrá lugar para las dudas con esas dos bestias de la composición y del piano, ya habituales por estos lares como son Moisés Sánchez y Marco Mezquida, y que harán las delicias del público en el Teatro Principal a partir de las 17:30 horas. Que continúe sonando el jazz en Gasteiz. Se auguran grandes momentos musicales en los próximos días.