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Presidenciales sin oposición en la autocracia centroasiática de Uzbekistán

El presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, busca eternizarse en el poder en unos comicios sin oposición real. Uzbekistán profundiza en la senda autócrata de las repúblicas centroasiáticas, liberales en lo económico y herederas de la vertical del poder oriental de la era soviética.

Paseantes en la capital uzbeka, Tashkent. (Vyacheslkav OSELEDKO )

Más de 19,5 millones de votantes uzbekos están llamados a las urnas este domingo en unas elecciones presidenciales anticipadas en las que el actual mandatario, Shavkat Mirziyoyev, es el claro favorito en una autocracia en la que no hay oposición real.

Mirziyoyev, a punto de cumplir 66 años y que lleva en el poder desde 2006, fue reelegido en 2021 con el 80,1 % de los votos y convocó en mayo pasado comicios presidenciales anticipados tras la reforma constitucional del pasado 30 de abril.

La reforma, aprobada por el 90,2 % de los votantes, modificaba dos tercios de la Constitución y, entre otras cosas, ampliaba el mandato presidencial de cinco a siete años, si bien con un límite de dos periodos.

Este último cambio no afectaba al jefe de Estado en ejercicio en el momento de adoptarse la nueva ley fundamental, por lo que Mirziyoyev, cuyo mandato expiraba en 2026, podía volver a presentarse y además podría permanecer en el poder hasta 2037.

Con la nueva Constitución, persisten aún muchas preocupaciones dentro y fuera del país sobre la falta de libertad de reunión, asociación y expresión, así como la nula independencia de la judicatura.

El presidente Mirziyoyev fue alabado en sus primeros años de mandato por la apertura económica uzbeka en clave liberal y por su compromiso para luchar contra la explotación infantil en la recogida del algodón uzbeko, apreciado en todo el mundo.

Uzbekistán, antigua república soviética de Asia Central, es gobernada de forma autárquica tras un proceso de transición, en todos los países de la región, en el que las élites locales comunistas se metamorfosearon para mantener el poder, en no pocos casos a través de dinastías familiares.

Cualquiera se opone

Ninguno de los cinco partidos registrados en Uzbekistán se atreve a oponerse abiertamente a las políticas y la agenda del presidente.

Mirziyoyev cuenta con el apoyo de dos partidos en estas elecciones: el Partido Liberal Democrático, que lo nominó, así como la fuerza Milliy Tiklanish (Renacimiento Nacional).

El Partido Popular Democrático de Uzbekistán designó candidato a su líder y primer vicepresidente de la Cámara Baja, Ulugbek Inoyatov; y el Partido Socialdemócrata Adolat (Justicia) eligió a la única mujer aspirante a presidenta, la primera vicepresidenta de la Corte Suprema, Robajon Majmudova.

Por último, el Partido Ecológico optó por la candidatura de Abdushukur Jamzaev, presidente del partido.