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La huelga de intérpretes coloca al borde del colapso a Hollywood

Fran Drescher, presidenta del sindicato de actores de Estados Unidos, confirmó el anuncio de la huelga que llevará a 160.000 artistas a sumarse a las protestas acometidas por los guionistas. Entre sus exigencias figuran el pago justo de los derechos residuales por las reproducciones en streaming.

La actriz y presidenta del sindicato de actores, Fran Drescher, anunció oficialmente el inicio de la huelga. (CHRIS DELMAS | AFP)

​El pasado 13 de julio, Londres prologó la gran tormenta que se cierne sobre Hollywood. Durante la presentación del estreno europeo de uno de los títulos más esperados del año, ‘Oppenheimer’, los presentes en la sala quedaron sorprendidos cuando su reparto –encabezado por Gillian Murphy y Emily Blunt– no había acudido a la cita y tan solo se se encontraba su director, Christopher Nolan.

Sobre el escenario, Nolan explicó que los actores no iban a intervenir en la promoción debido al inicio de la huelga.

Esta huelga de actores representa un momento histórico para las relaciones laborales en la meca del cine. La unión formada por el sindicato de actores (SAG) y la Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (AFTRASAG-AFTRA, no había tomado una decisión similar desde 1980 y hay que remontarse hasta 1960 para la última vez que guionistas (WGA) e intérpretes decidieron convocar una huelga conjunta.

El eco de esta gran protesta también alcanza a otros profesionales como maquilladores, responsables de vestuario y personal logístico, entre otros.

La presidenta de SAG-AFTRA, Fran Drescher, la que fuera protagonista de series tan conocidas como ‘La niñera’, reveló que la actitud de la AMPTP fue «insultante e irrespetuosa con nuestras enormes contribuciones a esta industria».

Derechos residuales

Esta huelga, de carácter indefinida, viene motivada por la falta de acuerdo con los grandes estudios de cine y televisión para suscribir un nuevo convenio colectivo.

Entre los principales puntos de desacuerdo entre los actores, guionistas y la Industria figuran apartados como los llamados ‘derechos residuales’. SAG-AFTRA y el Sindicato de Guionistas (WGA) están buscando aumentar las tarifas de los derechos residuales para los contenidos transmitidos en plataformas de streaming y que estén sujetos al número real de reproducciones acumuladas.

También plantean la necesidad de una tercera empresa independiente para recopilar y compartir de manera transparente los datos de audiencia.

El sindicato de actores también ha querido expresar su preocupación sobre el uso de la inteligencia artificial en la industria del entretenimiento y busca protección contra la explotación de su identidad y talento sin consentimiento ni remuneración.

Por su parte, los grandes estudios y plataformas de streaming argumentan que actualmente no son rentables y han propuesto aumentos en los derechos residuales y soluciones innovadoras de IA para proteger las imágenes digitales de los actores.

A estos desacuerdos también se suman factores como la inflación, el estancamiento salarial y los impactos de la pandemia de Covid han contribuido al aumento de la sindicalización en Estados Unidos.

Retrasos, cancelaciones y otros miedos

Hasta el momento se desconoce la proyección que puede llegar a tener la huelga y a cuántos títulos audiovisuales actualmente en rodaje o proceso de producción puede perjudicar.

Eso sí, los más de dos meses que abarca ya la huelga de guionistas ha puesto en jaque a series de la talla de ‘Stranger Things’, ‘Cobra Kai’ o ‘Abbott Elementary’, así como películas tan conocidas como ‘Gladiator 2’ y la segunda parte de la nueva entrega de ‘Mission imposible’.

En lo concerniente a los eventos relacionados con los galardones cinematográficos, tan solo se sabe que los Emmy, que anunciaron sus nominaciones el pasado 12 de julio, se está planteando posponer su 75ª edición y trasladarla de setiembre a noviembre o incluso hasta enero.

Finalmente y sobre los Óscar, tan solo se puede confirmar que el plazo para recibir candidaturas se cierra en noviembre y queda un margen de tiempo para evitar una temida cancelación o un cambio en sus fechas.