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Las protestas fuerzan al Parlamento búlgaro a una sesión especial sobre violencia machista

Las gravísimas lesiones causadas por un joven de 26 años que ha quedado libre a su exnovia han desatado una ola de indignación que ha llevado a la Cámara búlgara a debatir una serie de modificaciones para endurecer el código penal y la ley de protección de violencia doméstica.

Movilización contra la violencia machista en las calles de Sofia. (Nikolay DOYCHINOV | AFP)

El Parlamento de Bulgaria ha interrumpido excepcionalmente su receso estival para celebrar una sesión extraordinaria con el fin de endurecer las penas por agresión, después de que un caso de brutal violencia machista desatara una ola de indignación en el país.

Los diputados debaten unas enmiendas al código penal y a la ley de protección de violencia doméstica, entre las que destaca la eliminación de la posibilidad de dejar en libertad condicional a las personas que inflijan daños físicos a sus víctimas.

Reaccionan así a las protestas desatadas la semana pasada después de que un juez dejara en libertad al agresor de una mujer de 18 años, su exnovia, que sufrió 21 cortes profundos con un bisturí en los pechos y en otras zonas del cuerpo, además de fracturas en la nariz y mandíbula, en un ataque que la dejó con una conmoción cerebral y hematomas.

El agresor, un portero de discoteca de 26 años, también le cortó el pelo de forma tan brutal que le causó heridas sangrantes en el cuero cabelludo. Fue liberado después de que su delito fuera clasificado como «daño corporal leve» ya que, según la ley búlgara, la vida de la mujer no estuvo en peligro.

Fue este dictamen el que desató fuertes protestas en la capital Sofía y otras ciudades búlgaras, destapando una crisis en el país, que aún no ha ratificado el Convenio de Estambul, un tratado internacional contra la violencia hacia las mujeres y niñas.

Las enmiendas de la ley para reducir la impunidad de los agresores, así como para subir de 6 a 8 años las penas de cárcel por ataques físicos, han sido propuestas por los partidos que integran la coalición del Gobierno búlgaro, el reformista PP-BD y el conservador GERB.

Cuentan también con el apoyo de los diputados del Movimiento por los Derechos y Libertades, frente a las resistencias de los socialistas y ultranacionalistas, que se han posicionado en contra de lo que llaman «ideologías de género», razón por la que también están en contra del Convenio de Estambul.

Además de endurecer las penas por ataques físicos, el Parlamento debate una propuesta para incluir el término de «relación íntima» en la ley contra la violencia doméstica con el fin, de que ésta proteja no solo a matrimonios y parejas que residen bajo el mismo techo, como ocurre actualmente, sino también a las que no comparten vivienda.