INFO

Pink Floyd e inteligencia artificial, un experimento revolucionario en el campo de la audición

La Universidad de Berkeley ha presentado los resultados de un experimento que podría tener aplicaciones científicas revolucionarias relativas a la recuperación del sentido auditivo y cuya base ha sido una interpretación de ‘Another Brick in the Wall’ de Pink Floyd mediante inteligencia artificial.


La inteligencia artificial permitió elaborar una interpretación del mítico tema ‘Another Brick in the Wall, Part 1’ de Pink Floyd analizando la actividad cerebral de diferentes personas mientras escuchaban esta canción.

Los científicos lograron traducir el murmullo de las señales eléctricas que eran emitidos mediante sonidos y que se asemejan al clásico de la banda británica.

Dirigida por Robert Knight de la Universidad de California, Berkeley, dicha investigación tuvo como objetivo estudiar grabaciones cerebrales de 29 personas, los cuales tenían implantados quirúrgicamente una serie de electrodos en la superficie de sus cerebros para tratar la epilepsia.

Mientras se sucedían las melodías de Pink Floyd, su actividad cerebral reflejaba un retrato nítido de cómo procesaban el tono, la melodía, la armonía y el ritmo de la canción.

Este logro ha sido considerado como «muy notable» no solo por lo asombroso que resulta, sino porque puede tener aplicaciones científicas, sobre todo en lo relativo a mejorar nuestro entendimiento de la percepción auditiva y, sobre todo, podría contribuir a lograr que personas con problemas auditivos recuperen el sentido del oído.

El equipo de científicos entrenó una inteligencia artificial para discernir la relación entre la actividad cerebral y los elementos musicales de la canción. La tarea de dicha herramienta fue predecir un segmento de 15 segundos de la canción basándose únicamente en las señales cerebrales de quienes participaron en la experiencia.

Beneficios científicos y una serie de cuestiones éticas y legales

Entre los datos más sorprendentes de esta investigación figura que el fragmento generado por la IA tenía un 43% de similitud con el segmento de canción real.

Otro descubrimiento significativo fue la identificación del giro temporal superior, una región del cerebro que procesó el ritmo de la guitarra de David Gilmour.

Además, el estudio reforzó hallazgos anteriores que han confirmado que el hemisferio derecho del cerebro tiene un papel más determinante en el procesamiento musical que el izquierdo.

El responsable de esta investigación explicó que, a partir de los datos obtenidos, se vislumbra un futuro en el que esta comprensión podría revolucionar dispositivos diseñados para individuos con impedimentos del habla y «para quienes padecen la esclerosis lateral amiotrófica o afasia, aspiramos a un dispositivo que facilite la comunicación de una manera genuinamente humana. Comprender cómo el cerebro interpreta elementos musicales, incluido el tono y la emoción, podría hacer que estos dispositivos sean menos mecánicos».

Por su parte, Ludovic Bellier, integrante del equipo liderado por Knight, especuló sobre el potencial de la inteligencia artificial en la composición musical y sugirió que si la IA puede reconstruir música a partir de nuestra imaginación, pronto podría desempeñar un papel en la creación musical. Sin embargo, como con todas las innovaciones revolucionarias, hay implicaciones legales y éticas a considerar.