El curso parlamentario de la CAV tendrá apenas cinco meses lectivos
Si como apuntó Urkullu las próximas elecciones se convocan para el 9 de junio, el Parlamento se disolverá el 17 de abril y entre vacaciones y otros aspectos, la Cámara contará con solo cinco meses para consumar sus trabajos y plasmar lo que este jueves se comprometa en el Pleno de Política General.
Si como aseguró el martes el portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria, en el Pleno de Política General que durante todo el día se celebrará hoy en el Parlamento de Gasteiz el lehendakari trasladará su compromiso con un autogobierno «más cercano y amplio» que permita «una mayor gobernanza» y que «facilite la proyección internacional de Euskadi», Iñigo Urkullu tendrá que darse prisa, puesto que no contará con mucho tiempo para ello.
Este es el último curso parlamentario de esta legislatura. Las ultimas elecciones autonómicas tuvieron lugar el 12 de julio de 2020 y el plazo legal para la celebración de las próximas podría teóricamente extenderse hasta agosto de 2024. Fecha que parece improbable y, recientemente, el propio lehendakari ya dudó de volver a llamar a las urnas en un mes de julio.
La fecha que Urkullu anticipó como más probable es la del 9 de junio, coincidiendo con las elecciones al Parlamento Europeo. Si eso es así, la ley dicta que el lehendakari, «bajo su exclusiva responsabilidad y previa deliberación del Gobierno», debería disolver el Parlamento en el Consejo del 16 de abril, lo que entraría en vigor con el BOPV del día 17.
Teniendo en cuenta que enero es ordinariamente inhábil según el Reglamento del Parlamento –aunque puede haber sesiones extraordinarias– y que el 25 de marzo comienza la Semana Santa y el de 1 de abril la de Pascua, quince días con escasa actividad oficial, todo hace prever que en el actual curso parlamentario los meses verdaderamente operativos van a ser aproximadamente cinco. Poco tiempo pues para muchas tareas pendientes.
¿Ampliar el autogobierno?
Si el lehendakari, finalmente, se compromete a impulsar un autogobierno «más cercano y amplio» habrá de explicar con qué fórmula, puesto que el debate sobre esta materia ha estado totalmente paralizado durante esta legislatura, en la que ni siquiera se ha formalizado una Ponencia de Autogobierno, lo que también requiere un trámite a través del registro y aprobación de una proposición no de ley.
Además, la materia es motivo de controversia entre los dos socios de Gobierno, PNV y PSE, y más lo va a ser en periodo preelectoral, como Eneko Andueza dejó claro también el martes ante la reunión conjunta de la dirección y el grupo parlamentario de su partido.
¿Alguna autocrítica?
El anticipo de las claves de su discurso, que el lehendakari remitió a los grupos parlamentario, hacía un balance muy positivo del grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos con el Parlamento. Y en esos siete folios no tuvo lugar para la autocrítica.
Será difícil que pueda evitar referirse –bien por voluntad propia o forzado por la oposición–, por ejemplo, a la situación de Osakidetza. El lehendakari ha venido denunciando una sobreactuación en las críticas por parte de la oposición, y últimamente ha hablado de una especie de confabulación entre el sindicalismo de contrapoder de ELA y la agitación callejera provocada por el ‘Socialismo Radical Vasco’ (EH Bildu) con el objetivo de desgastar a su Gobierno.
Pero el lehendakari llega a este Pleno de Política General en una coyuntura donde le va a resultar difícil sostener esa teoría de la conspiración.
Por un lado, el Sindicato Médico de Euskadi (que tiene un carácter más corporativo que de clase) denunció ayer que el servicio de Emergencias de Osakidetza ha pasado un verano «infernal», el «peor con diferencia en los últimos años», debido a la falta de médicos.
Por otro, el inicio del curso escolar se ha visto entorpecido por la falta de transporte para el alumnado, y aunque el Gobierno pueda tener razón al denunciar la actitud hasta delictiva de las empresas, no es menos cierto que, como denuncian asociaciones de padres y madres, Lakua ha incurrido en una innegable falta de previsión que lo que debe ser un «servicio esencial».
Crítica y propuestas
Por otra parte, en el pleno de hoy asistiremos al estreno como portavoz de EH Bildu de Nerea Kortajarena, que sustituye a Maddalen Iriarte, que se presentó a las elecciones de Gipuzkoa y ganó. Según fuentes consultadas, en su discurso combinará la crítica a la gestión del Gobierno, con propuestas de futuro.
EH Bildu entiende que un repaso al mandato de Urkullu, área por área, muestra su desconexión con las necesidades y aspiraciones de la gente. Pero además de ese balance crítico o diagnóstico de situación, la izquierda independentista va a poner sobre la mesa la necesidad de dar un salto desde un modelo de gobernanza colaborativa, en lo que son los retos o áreas estratégicas para el país (transición energética, sanidad, demografía…) y también en la necesidad de avanzar en la cuestión nacional.
Politólogos y periodistas han venido anunciando ya que estarán atentos al «tono» del debate que en este pleno mantendrán el lehendakari y su partido, el PNV, con la principal fuerza de la oposición, EH Bildu, lo que consideran que puede anticipar el desarrollo de lo que queda de legislatura hasta las elecciones autonómicas, en un contexto marcado por las subidas y bajadas cosechadas en los comicios de mayo y julio.