España deniega el asilo a una familia kurda que huyó de Irán por persecución política
Mohamed Rahmatinia, su hijo menor y su esposa embarazada llevan 11 días encerrados en dependencias policiales en el sótano de la T1 del Prat. La Audiencia Nacional española ha denegado las medidas cautelarísimas solicitadas para frenar la expulsión de esta familia iraní de origen kurdo.
El pasado 2 de septiembre, Mohamed Rahmatinia, de 26 años y origen kurdo, tomó un vuelo en el aeropuerto de Teherán junto a su esposa embarazada Zeinab y su hijo de siete años con destino al Estado español. La huida de Irán la planificaron solo unos días antes, después de que agentes de la Guardia Revolucionaria se personaran en el domicilio de su suegra, en Mahabad, en la región del Kurdistán iraní, preguntando por él. La visita de las fuerzas del cuerpo paramilitar encendió todas las alarmas y fue suficiente para que el joven decidiera escapar de Irán por temor a ser detenido y encarcelado por su actividad política en contra del régimen.
Hace once días que la familia se encuentra detenida en dos salas contiguas de las dependencias policiales en el aeropuerto del Prat de Barcelona. La mujer se encuentra embarazada de dos meses y su estado de salud no es muy bueno.
En una conversación telefónica mantenida con NAIZ esta madrugada, Mohamed Rahmatinia ha asegurado que su regreso a Irán supondrá su ingreso directo en la cárcel y el padecimiento de abusos y torturas a manos de las fuerzas revolucionarias.
Según su relato, en los últimos meses había intensificado su participación en las manifestaciones en contra del régimen y desde hace años mantiene vínculos con el Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), formación ilegalizada en Irán y con sede en Irak.
Los partidos kurdo-iraníes están perseguidos en la República Islámica y sus integrantes mantienen la actividad política en la clandestinidad, en contacto con la militancia al otro lado de la frontera.
El joven kurdo asegura que hace unos años ayudó a dos peshmergas (soldados kurdos) exiliados en Irak a cruzar la frontera hacia Irán para participar en operaciones de propaganda política. Fueron identificados por las fuerzas iraníes y los dos militantes kurdos perdieron la vida en un fuego cruzado. Él pudo escapar.
Ya trataron de huir de Irán en 2021
Esta no es la primera vez que Rahmatinia y su familia tratan de llegar a Europa. Según cuenta, lo intentaron por primera vez en 2021. Volaron de Irán a Turquía y de allí a Serbia, donde caminaron hasta Rumanía con la intención de llegar a Alemania, ya que allí viven sus padres y hermanos.
Él no pudo unirse a ellos cuando la familia abandonó Irán, porque estaba realizando el servicio militar. «Nos pasamos 50 días vagando por Europa y finalmente en Rumanía nos deportaron», narra.
«Cuando llegamos a Teherán, me detuvieron, y meses después me condenaron a quince años y seis meses de cárcel por mi actividad de oposición política, pero finalmente solo he cumplido seis meses en la prisión de Karaj (Irán), y el resto de la condena lo debía cumplir en libertad vigilada», señala.
Para poder salir de Irán el pasado 2 de septiembre, Mohamed Rahmatinia consiguió documentación fraudulenta con la que burló el control policial en el aeropuerto de Teherán y logró llegar a Catalunya.
A su llegada a Barcelona, la familia fue interrogada por agentes de la Policía Nacional, que el día 9 les notificaron la denegación de la petición de asilo.
NAIZ se ha puesto en contacto con el Grupo Operativo de Extranjeros de la Policía Nacional del aeropuerto del Prat para corroborar la inadmisión de la solicitud, pero el organismo ha declinado aportar ningún tipo de información.
Jordi Naya, de la cooperativa de abogados Arrels, dedicada a temas sociales y a asistir a personas en situación irregular, se ha ocupado del caso de Rahmatinia.
«La Sala Contencioso-Administrativa de la Audiencia Nacional ha denegado hoy las medidas cautelarísimas que solicitamos esta madrugada para que se reconsiderara su solicitud de asilo. Creemos que esta resolución es totalmente discutible porque la familia cumple los requisitos legales y existen temores fundados de recibir un trato inhumano y degradante en Irán», opina el letrado.
«Los solicitantes de asilo político muchas veces no pueden aportar pruebas de su situación de peligro en el país de origen, pero la condena que pesa sobre Mohamed y su actividad reciente de desobediencia civil en Irán era motivo suficiente para, como mínimo, admitir su petición de asilo», ha lamentado Naya. En las próximas horas, la familia será embarcada en un avión con destino a Irán.
Aniversario de la muerte de Mahsa Amini
La orden de expulsión de esta familia coincide con el aniversario de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, quien falleció el 16 de septiembre de 2022 en dependencias policiales en Teherán tras ser detenida por la llamada Policía de la Moral por llevar el velo mal puesto. La muerte de Amini desató una oleada de protestas únicas en la historia de la República Islámica que se extendieron por el conjunto del país y cristalizaron en el movimiento feminista ‘Mujer, Vida y Libertad’.
En los últimos doce meses no han cesado las protestas en Irán en contra de la obligatoriedad de llevar el velo, símbolo de la opresión de la mujer iraní, si bien el movimiento global e internacional persigue el derrocamiento de la República Islámica y el establecimiento de un Gobierno democrático. El régimen ha respondido con una represión brutal en las calles y a día de hoy las organizaciones de derechos humanos estiman que más de 600 personas han perdido la vida y miles han sido detenidas y torturadas.