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Llega la investidura más extraña, con un Feijóo en modo opositor y derrotista

El primer pleno con un candidato del PP desde 2016 comenzará este martes al mediodía y tendrá su primera votación el miércoles y la segunda, el viernes. El propio líder gallego ha admitido que será fallida y se espera una fuerte arenga contra la amnistía y los socios de Pedro Sánchez.

Alberto Núñez Feijóo, en el acto del PP en Madrid el domingo. (Jesús HELLÍN | EUROPA PRESS)

El Estado español sigue rompiendo techos de cristal. De la última sesión en la que por primera vez en casi cinco décadas desde la muerte del dictador se aprobara la utilización de las lenguas cooficiales libremente en el hemiciclo, ahora el nuevo pleno tendrá otra extrañeza de la historia: el candidato a presidente del Gobierno que quiere liderar la oposición.
    
El pleno de investidura llega menos de 48 horas después de la masiva manifestación del Partido Popular en contra de la presunta amnistía que planea el PSOE, algo todavía no aclarado y cuyo alcance legal se desconoce. Igualmente, Isabel Díaz Ayuso, José María Aznar, Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo quisieron acelerar la estrategia de desgaste contra lo que ellos denominan «el sanchismo», con la mirada puesta en una eventual repetición electoral o en el arrinconamiento de un posible Gobierno plurinacional que tendrá los números parlamentarios muy ajustados.

Pero el expresidente de la Xunta de Galicia quiso tener su momento y pidió a Felipe VI que lo designara candidato. Con el fantasma de Rajoy y su petición en sentido contrario al rey hace siete años (el último candidato a investidura que tuvo el PP) y con el ejemplo de Arrimadas en 2017 en Catalunya, Génova consideró que lo mejor era ir al hemiciclo y probar suerte. Entabló unas negociaciones edulcoradas y si bien comenzó conversaciones con Junts (el verdadero king maker de esta ocasión), luego se asustó por el impacto mediático de tener una reunión formal con quien demandaba una amnistía y la canceló.

Los tiras y aflojas de Feijóo se resumen en la indecisión sobre las conversaciones con Junts
    

El camino de Feijóo viene sufriendo tiras y aflojas. Ya en la segunda semana de septiembre, sin darse a sí mismo mucho tiempo para negociar (cuenta solo con los avales seguros de Vox y UPN y muy posiblemente Coalición Canaria), dijo ante la Junta Directiva Nacional de su partido: «No tengo muchas esperanzas, pero es mi obligación intentarlo». Sin embargo, se plantó más como opositor que como candidato, aunque le pidió a la presidenta del Congreso un buen tiempo hasta tener su pleno.
    
Los tirones entre los extremos del PP vienen haciéndose evidentes. Los pragmáticos que no quieren una batalla cultural, que en la Ejecutiva están representados por Elías Bendodo (exportavoz interno de Soraya Sáenz de Santamaría), un hombre cercano al presidente andaluz, frente a los que sí la desean y presionan desde fuera, encabezados por Ayuso, Aznar y algunos importantes voceros conservadores en los medios.
    
Los segundos salieron en tromba a cuestionar la estrategia por lo de las lenguas cooficiales, con el discurso bilingüe de Borja Sémper como guinda del pastel, mientras que los primeros apoyaban las negociaciones con el PNV y Junts y el desmarque con Vox. La tensión promete ir a más.

La hoja de ruta

El pleno está convocado para las 12.00 del mediodía de este martes y por la tarde se pondrá un paréntesis hasta las 9.00 del miércoles. El único con tiempo sin limitaciones es Feijóo, en tanto los grupos parlamentarios dispondrán de 30 minutos cada uno y diez de réplica (pueden no usarlos todos, claro). Intervendrán de mayor a menor, como es norma.
    
Al finalizar la sesión del miércoles será la primera votación, que exige una mayoría absoluta (176 escaños). Por reglamento, la segunda votación se realiza dos días después (el viernes) y el candidato puede ganarla con mayoría simple. Allí son importantes las abstenciones porque no hay un mínimo de apoyos a obtener.
    
Un detalle curioso: Francina Armengol ha citado a las 12.00 de este martes para que comience el debate, cuando la tradición suele ser a las 9.00 (así lo fue en la última, por ejemplo, el 4 de enero de 2020). No es osado pensar que es parte de la táctica de desgaste del PSOE: como esta legislatura hay menos grupos, el debate podía encajar en un día entero y maratónico, pero finalmente se aseguran que haya tres jornadas donde se haga palpable el fracaso de Feijóo en sumar voluntades y su unión con Vox.

Page pidió al PP que no pierdan tiempo en buscar en él un lobbista para operar un «tamayazo»
    

También en el flanco del PSOE hay grietas internas, especialmente en torno a la posible amnistía a los encausados del ‘procés’, más aún desde que el líder de ERC, Oriol Junqueras, dijera que esa medida ya es «un acuerdo existente». El PP comunicó la semana pasada que Feijóo llamó por teléfono al barón Emiliano García-Page, opositor interno de Sánchez. El presidente de Castilla-La Mancha se ocupó de decir públicamente que no pierdan tiempo buscando en él un lobbista para operar un «tamayazo». «El que esté jugando a que la falta de votos del PP se lo compensen tránsfugas del PSOE, puede que los encuentren, pero desde luego no será porque yo los busque ni yo los ampare», afirmó.
    
Su «puede que los encuentren» tuvo mucho eco mediático, más cuando todo el campo conservador español está activado para conseguir la proeza: siete abstenciones de socialistas el viernes para que gobierne Feijóo. El fuego amigo de Felipe González y Alfonso Guerra, con frases machistas incluidas, no ayudan a quienes tienen una pizca de duda de la lealtad de los 122 diputados del PSOE.