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Testimonios y reflexiones en el momento oportuno

‘ARNASA BETEAN, EMAKUME ZINEGILEAK’
Euskal Herria, 2023. 75'. Dirección y guion:  Bertha Gaztelumendi, Rosa Zufia. Participantes:  Erea López, Lara Larrañaga, Ainhoa Incognito. Música: Olatz Salvador, Borja Antón. Fotografía: Rubén Crespo.

El mar asume una fuerte carga simbólica en este documental. (TENTAZIOA PRODUKZIOAK)

‘Arnasa betean, emakume zinegileak’ asoma en la pantalla en el momento preciso, en unos tiempos en los que las mujeres cineastas han adquirido en nuestra filmografía una importancia determinante.

El documental no se descubre solo como una reivindicación del papel de la mujer detrás de la cámara, que también, sino como un testimonio de lo evidente; una reflexión profunda en torno a unas miradas fílmicas que eran muy necesarias.

El punto de partida es puro simbolismo, mientras tres jóvenes se dirigen a una playa, estas se entrecruzan con el equipo de rodaje capitaneado por Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufia. De esta manera, el mar o, de manera genérica, el agua, vuelven a servir como llave para entrar en unos mundos tan íntimos como personales y asociados a las mujeres.

Una zambullida en las entrañas de un espacio en el que ellas, bajo el agua y sin servirse de oxígeno o cualquier otro artificio, se encuentran con un entorno que hacen propio.

Tras las primeras reflexiones sobre lo que simboliza el mar para algunas directoras, la película profundiza –a pleno pulmón– por los testimonios de cineastas como María Elorza, Maider Oleaga, Arantxa Echevarria, Mireia Gabilondo, Lara Izagirre, Alauda Ruiz de Azúa, Ana Díez, Esti Urresola, Leire Apellaniz, Iratxe Fresneda, Helena Taberna, Isabel Herguera, Bego Vicario, Izibene Oñederra, Ana Murugarren, Marina Lameiro, Arantza Santesteban, Maddi Barber y Maite Ruiz de Austri.

Una caleidoscópica mirada en torno a su obra, lo que supone ser cineasta y, sobre todo, una reflexión compartida por autoras de diferentes generaciones que dialogan sobre lo que significa para ellas el cine, la ruta recorrida durante tantos años de sombras y, lo más importante, la necesidad de no estancarse, de abordar cualquier tipo de vía temática o creativa que las aleje de la definición fácil con las que se tiende a definir un modelo de cine realizado por mujeres.