La Real brilla en Da Luz y advierte al Inter de que peleará por el liderato del grupo
Un solitario gol de Brais Méndez a pase de Barrenetxea basta a los donostiarras para imponerse en el campo del Benfica, en un encuentro en el que los donostiarras han vuelto a minimizar a un rival impotente (0-1). La Real suma 7 puntos en tres jornadas, igual que un Inter que también ha ganado.
Fuera dudas. La Real no solo no se va a conformar con pelear por la tercera plaza e ir a la Europa League, ni siquiera con la segunda para continuar en la Champions. Esta Real ha dado un golpe sobre la mesa para avisar de que su objetivo es el liderato del grupo, y que si el Inter lo quiere va a tener que sudar mucho y fallar muy poco. Los donostiarras han dado hoy un nuevo recital, esta vez en otro campo tan complicado como el del Benfica, y con un solitario gol de Brais Méndez se mantienen en lo alto de la tabla.
Imanol esta vez no ha sorprendido a nadie y ha puesto en liza el once que ahora mismo la afición realzale recita de memoria, con Remiro bajo los palos, Traoré, Zubeldia, Le Normand y Aihen en la zaga, Zubimendi, Merino y Brais en la sala de máquinas, Barrenetxea y Kubo como estiletes en las bandas y Oyarzabal en punta.
Por su parte, en el Benfica Bah ha sido el único de los tres tocados que ha entrado en el once de Roger Schmidt, ya que Kokçu se ha quedado en el banquillo y el argentino Di Maria ni siquiera se ha vestido.
Ha salido mandona la Real, y su dominio lo ha cristalizado Kubo con un disparo al lateral exterior de la red. El Benfica ha respondido con una larga posesión que ha concluido en la red de Remiro, pero la jugada ha sido anulada por fuera de juego.
Pasado el ecuador de la primera parte lo ha intentado Aihen con su pierna menos buena. La Real era más que su anfitrión y por la tele se escuchaban con claridad los cánticos de «la banda de Anoeta», con alrededor de 3.500 blanquiazules en las gradas de Da Luz.
Brais marcaba de cabeza pero en claro fuera de juego y Kubo volvía a disparar fuera. En la portería de las águilas lisboetas se colgaba el cartel de ‘peligro’. En dos jugadas seguidas la Real ha pedido penalti por manos, un centro de Traoré –no lo era– y un remate de Kubo que sí parecía pitable. El partido tenía un solo color y Barrenetxea ha probado suerte antes del descanso con un disparo que se ha marchado fuera por poco.
La grada, el mejor termómetro
Ambas escuadras se han retirado a vestuarios sin goles, pero el sonido ambiente describía lo ocurrido durante esos 45 minutos. Se escuchaban pitos de la afición local y el «Erreala ale, Erreala ale» de los visitantes. Solo faltaba un poco más de colmillo en los veinte últimos metros para llevarse el premio gordo.
Este ha llegado pasado el cuarto de hora de la reanudación, cuando Barrenetxea ha escapado de la defensa para ceder atrás a la llegada de Brais, que está viendo la portería más grande que la bahía (0-1, 62’). Los minutos siguientes han sido poesía, con un rival sometido ante una Real imperial, y solo el larguero ha evitado que un disparo de Kubo fuera el 0-2.
Con todo perdido, el Benfica se ha volcado arriba con el machete en la boca. El duelo se ha trabado, han llegado las amarillas a Aritz –que había salido por Traoré– y Merino, y parecía que la victoria se podía complicar. Pero entonces ha aparecido un Remiro inédito hasta ese momento para recordar que está en un momento de forma excelso.
En el otro encuentro del grupo, el Inter de Milán se ha impuesto por 2-1 al Salzburgo. El veterano Alexis Sánchez ha adelantado a los italianos en la primera mitad, y ya tras el descanso el israelí Oscar Gloukh ha empatado tras una gran jugada colectiva y el turco Hakan Çalhanoğlu ha decantado el partido desde los once metros merced a un riguroso penalti.
En la clasificación, Real e Inter comparten liderato con 7 puntos. El Salzburgo suma 3 y el Benfica, que visitará Anoeta dentro de dos semanas, dice prácticamente adiós a la Champions y sus esperanzas pasan por conseguir la plaza para la Europa League.