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Osasuna aspira a ser el primero en tumbar a un Girona que todavía no ha perdido fuera

Después de caer de forma cruel en el Villamarín, Osasuna acomete otra misión de mucha enjundia al recibir al Girona –El Sadar, sábado, 14.00, DAZN–, colíder en Primera y que todavía no sabe lo que es caer lejos de su estadio.

Catena trata de controlar un balón ante la presencia de Darko en la última sesión de Tajonar. (C.A. OSASUNA)

Un rival invicto fuera de casa es lo que le aguarda a un Osasuna que no está siendo tan compacto como la campaña pasada en el aspecto defensivo y al que también le cuesta hacer gol.

Todo lo contrario que un Girona que quiere asaltar El Sadar para continuar subido a lo más alto y que iguala con el Atlético –este con un partido menos– como máximo realizador, al haber anotado nada menos que 25 dianas.

El encuentro es una reedición de la última jornada del curso anterior, en el que ambas escuadras se jugaban la clasificación europea y que cayó finalmente del lado rojillo gracias a dos goles de Budimir (2-1).

Cinco meses después, la situación es sensiblemente diferente. El conjunto catalán navega a toda máquina, codeándose con los grandes y ofreciendo un fútbol de muchos kilates, mientras el navarro no acaba de protagonizar una línea regular.

Disputados trece encuentros entre Liga y Conference, apenas un tercio se contabilizan por victorias y la mayoría de ellas se han producido lejos del estadio iruindarra, si bien la distancia sobre el dencenso –siete puntos– hace que no tenga que cundir el pánico.

Conseguir un triunfo frente al Girona, que en sus dos últimos compromisos ha ganado sobre la campana, supondría un notable espaldarazo para darle continuidad a una dinámica positiva casera y a otra ascendente en la clasificación.

El técnico rojillo, Jagoba Arrasate, solo cuenta con la ausencia del lesionado Juan Cruz, lo que casi le obliga a darle continuidad en el lateral zurdo a Rubén Peña, aunque no hay que olvidar que el de Berriatua es muy dado a sorprender con un once en el que podria darse algún movimiento inesperado.

Ya lo hizo al descanso del envite del Villamarín, donde no se le cayeron los anillos para reemplazar a dos pesos pesados como Moncayola y Chimy Ávila, por lo que podría incluir alguna novedad en el equipo inicial buscando la reacción del equipo.

Sí que cuenta con bastantes más bajas Míchel –David López, Juan Carlos Martín, Borja García, Toni Villa, Artero, Joel Roca y Jastin García–, aunque recupera a Eric García y Pablo Torre.

El Girona es la gran revelación de este inicio liguero por su estilo ofensivo y mentalidad ganadora –ha remontado en varias ocasiones–, con solo una derrota en su casillero y sin haber hincado aún la rodilla lejos de Montilivi.

Arrasate: «Va a por el rival y el partido»

De todas las virtudes de su inminente adversario, Arrasate ha destacado que el bloque gerundense va «a por el rival y el partido», independientemente de quién esté enfrente, buscando en todo momento «que pasen cosas».

«Encuentra el gol con mucha facilidad, porque ataca muy bien, más allá de tener buenos jugadores. Los automatismos son muy buenos y, a nivel defensivo, está claro que nos van a exigir», ha incidido.

Los halagos los ha hecho extensivos a su colega en el otro banquillo. Así, ha reconocido sentir «debilidad» por Míchel. «No ahora que gana siempre, sino de hace muchos años. Creo que ha mejorado ese estilo del año pasado, lo ha perfeccionado», ha valorado.

«Si están ahí, es por mérito propios, pero también por esa confianza de que las cosas les salen. No se ganan partidos por una varita mágica o por suerte. Empataron ante la Real y han ganado todos después, y sabemos lo complicado que es lejos de casa», ha añadido.

El antídoto para romper esa racha gerundense pasa por que «cuando no tienen balón, no están cómodos. Cuando lo tienen, pueden estar más o menos cómodos, pero tenemos que intentar que el esférico esté en esas situaciones donde no nos puedan hacer daño».

Arrasate se ha agarrado al objetivo de seguir la buena línea en El Sadar. «Hemos roto la mala racha de casa hace 15 días y mañana queremos ser nosotros mismos y ganar el partido».

«Me gustaría ver a un Osasuna reconocible, en el sentido de que, más allá que haya un rival enfrente, que no tengamos ese miedo de saltar a la presión, de tener el balón, que nos soltemos y que sea un partido de dos direcciones», ha solicitado a sus pupilos.

Por último, en lo que se refiere a la gestión de los últimos onces, el preparador vizcaino ha comentado que «ha cambiado y es diferente porque hasta enero estamos en una competición y tenemos 24 jugadores. Es más complicado para mí y para ellos. Sigo viendo a la gente entrenando bien y es una decisión mía».