INFO
Interview
Sergio Herrera
Portero de Osasuna

«Confío mucho en este vestuario, se va a partir la cara por el equipo»

Tras siete campañas como rojillo, Sergio Herrera se ha ganado galones en el vestuario. Tercer capitán –solo por detrás de los García–, tiene agallas para dar la cara precisamente cuando Osasuna no pasa por su mejor momento deportivo.

Sergio Herrera posa en las instalaciones de Tajonar, a la finalización del entrenamiento del viernes. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Aunque autocrítico por la imagen y resultados de la escuadra navarra en este comienzo de temporada, el guardameta rojillo tiene plena confianza en sus compañeros por la experiencia que se acumula en el vestuario, especialmente para salir de situaciones similares que ya se han vivido con antelación en el vestuario de Osasuna.

¿Qué le pasa al equipo?

Aunque tenemos mucho margen de mejora por delante, creo que no estamos en una situación realmente alarmante. Es cierto que en determinados partidos no hemos dado una buena imagen, como en el Bernabéu o el otro día frente al Girona en los últimos veinte minutos, pero en otros que acabamos perdiendo, como ante el Barcelona y Atlético, sí que se vio a un equipo más reconocible.

El míster habló de recuperar la seguridad defensiva en todas las líneas. Se han encajado muchos goles.

Son goles que, además, nos los han hecho fácil, con pocos rivales ofensivos en nuestra área, porque no hemos ajustado bien. No hemos defendido bien algunos centros laterales y el último día el equipo dejó la sensación como de que ya había perdido cuando nos empató el Girona. Somos maduros, nos hemos dado cuenta de ello y vamos a buscar la solución correcta para que no se vuelva a repetir.

Desde la portería, ¿se podría haber aportado más?

Bueno, los porteros siempre estamos en el ojo del huracán, para lo bueno y para lo malo, pero sobre todo cuando se encajan goles. En el análisis que realizamos de esas jugadas, hemos concluido que se deben a todo un cúmulo de errores que se pueden y deben corregir. Creo que estamos en el camino de hacerlo.

Y también da la sensación de que al equipo le falta consistencia en los momentos decisivos, algo de lo que el año pasado andaba sobrado.

Sí, insisto en que nos ocurrió contra el Girona, quedó la sensación de que el equipo bajó los brazos y en casa tiene que ser todo lo contrario. Equipo y afición tenemos que ir de la mano en los momentos difíciles, porque estamos capacitados para darle la vuelta a la situación, como también se vio en ese mismo partido, remontándole al líder.

Lo que nadie puede negar es que este inicio liguero, especialmente en casa, ha sido muy exigente. ¿Hasta qué punto ha afectado eso?

A mí juicio, bastante. Quitando alguno que otro, prácticamente hemos jugado con todos los rivales de arriba. No estamos acostumbrados a un inicio tan fuerte, con adversarios tan buenos. De hecho, con aquellos equipos que podemos considerar de nuestra liga sí que hemos respondido, hablo de Celta, Valencia, Alavés y Granada, por ejemplo, ante los que, igual en algunos partidos no jugando muy bien, hemos conseguido los tres puntos, que es lo más importante.

«Emocionalmente, hemos pasado mucho en poco tiempo, fue una pena no estar en la fase de grupos de la Conference»

Y en ese comienzo de campaña atípico, ¿qué parte de culpa le adjudica a la eliminación de la Conference?

Te marca, emocionalmente hemos pasado mucho en poco tiempo. Fue una auténtica pena no poder estar en la fase de grupos, había plantilla para disputar competición europea y nos dolió mucho, sobre todo por la afición, después de las experiencias de Sevilla y Brujas. Igual hemos arrastrado esas malas sensaciones, pero creo que el equipo va a ir mejorando con el paso de los partidos, tenemos argumentos en el vestuario y banquillo para poder salir adelante.

¿Es esa la mejor baza, que ya se ha pasado por situaciones similares y se ha sabido superarlas?

Haberlo vivido y saber cuál es la solución es importante, la experiencia es un grado, pero no sirve de mucho si no nos ponemos en acción. No va a ser nuestro caso, confío mucho en este vestuario, que está formado por gente humilde, que se va a partir la cara por el equipo y que se va a casa jodida cuando pierde. Luego estaremos más o menos acertados, pero a mí es lo que me vale. Que el equipo siga teniendo el miedo a no cumplir con los objetivos y con la afición creo que es bueno porque eso nos mantiene alerta y supone un punto de maduración.

Y el que haya un cierto colchón de seis puntos sobre el descenso, ¿ayuda a que no haya que ponerse excesivamente nerviosos?

Es cierto que ayuda, pero no para que nos confiemos. El objetivo prioritario de Osasuna siempre es la permanencia y ahora mismo tenemos a varios equipos por detrás nuestra con bastante mayor presupuesto económico. No quiero decir con eso que no tengamos que ser ambiciosos, consigamos primero la meta que perseguimos y luego ya hablaremos de otros retos.

¿El entorno rojillo tiene que concienciarse que no siempre se va a poder comer el caviar del año pasado?

Es entendible que la afición quiera repetir experiencias como la de Sevilla y Brujas, pero sería un pensamiento erróneo creer que Osasuna siempre puede estar ahí, peleando por un título y una competición continental. Hay muchos ejemplos de equipos que el mismo año que han jugado torneos europeos también han bajado. La meta es mantener la categoría y eso lo tenemos muy claro en el vestuario, aunque comprendo que resulta duro volver a tu realidad, aunque repito que eso no significa que no seamos ambiciosos.

Sergio Herrera se ha asentado como titular en estas últimas jornadas. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Hoy hay que medirse a Las Palmas, que acumula cuatro victorias en sus últimos cinco encuentros, viene de ganar al Atlético y es el segundo equipo que menos ha encajado. Un poco sí que asusta.

Los datos están ahí, es un equipo que viene de una buena dinámica y que hace muchas cosas bien. Por eso, nosotros también lo vamos a tener que hacer igual de bien, e incluso mejor, realizar un partido muy serio para conseguir la victoria, pero sin que las ganas de ganar se vuelvan en nuestra contra.

¿Cómo se afronta un partido de estas características?

Hay que vivirlo como si fuera una final, salir con todo, pero sin que esas ganas que he comentado lleven a cometer errores, a ser un equipo desordenado. Tenemos que aprender de partidos de años anteriores, en los que nos pusimos por detrás y, por el afán de empatar y remontar, acabamos encajando alguna goleada. Creo que en ese aspecto el equipo ha madurado, sabemos que en 90 minutos en El Sadar vamos a disponer de nuestras ocasiones, que podemos ponernos por delante en una jugada de estrategia y que ahora, además, disponemos de un Budimir que está en racha y lo mete todo.

En el plano personal, la temporada no le puede ir mejor, se ha ganado la titularidad bajo palos.

Los dos porteros de la primera plantilla somos muy válidos para jugar, ya lo demostramos la campaña pasada. Ahora me toca a mí disponer de más continuidad, pero no me puedo relajar, sé que esto puede cambiar de un día para otro y Jagoba (Arrasate) ya me lo ha demostrado muchas veces, estoy alerta. Tengo que dar lo mejor de mí para seguir convenciendo al míster y es normal también que el entrenador busque cambios cuando el equipo pasa por una mala dinámica.

Una situación diferente a la del año pasado, en la que paradójicamente jugó menos en Liga y lo hizo todo en Copa, un torneo que a la postre resultó un buen escaparate y un exitazo.

Cuando se tomó la decisión de que Aitor fuese el portero de la Liga y yo el de la Copa, que se puede entender como un torneo menos importante, pues tienes dos opciones: frustrarte o seguir currando y demostrar. Aposté por lo segundo y sí, la verdad, es que fue todo un escaparate, se vivieron muchas cosas positivas, aunque no se ganase, y creo que ahora mismo me está sirviendo esta temporada para poder ser titular de momento.

«En este club he pasado por buenos y malos momentos, pero siempre he tenido mi cuota de protagonismo»

El puesto de portero siempre ha sido especial, para lo bueno y para lo malo. Los aciertos y los errores siempre se magnifican. ¿Hace falta ser más fuerte mentalmente que un jugador de campo para asimilar halagos o críticas?

Yo lo llamaría estabilidad emocional. En este club he pasado por todo, buenos y malos momentos, lesiones graves, pero siempre he acabado teniendo mi cuota de protagonismo y jugando una serie de partidos por temporada. Me han educado así, que no hay que bajar los brazos, ni tirar la toalla, hay que seguir trabajando y no rendirte. Resulta difícil de gestionar cuando has cometido algún error y has perjudicado a tu equipo o decepcionado a la afición. Soy una persona que se fustiga mucho con los fallos y le doy muchas vueltas para regresar al tajo al comienzo de la semana y prepararte mejor.

Hablando de entrenar, ¿cómo es el día a día con Aitor y la lucha por el puesto?

Tengo una relación muy buena, tanto dentro como fuera del campo. El año pasado fue un claro ejemplo de que ambos podemos dar un gran rendimiento, aunque no hubiéramos dispuesto de continuidad, que considero que es un mito. Ahora le toca a él esperar en el banquillo a su oportunidad, como persona ambiciosa y gran portero que es.

Si cumple con su actual contrato, va a estar casi una década en Osasuna, pero todos los veranos se oyen cantos de sirena. ¿Ha estado cerca de salir o su idea ha sido siempre cumplir dicho compromiso?

Sinceramente, cuando más cerca estuve de salir fue en el verano de 2021, coincidiendo con el interés que hubo por parte del Atlético de Madrid. Sin embargo, Osasuna deseaba que continuase, pidió la cláusula y ahí se acabó todo, renové el contrato y lo amplié por más años. A día de hoy, mi único interés es que Sergio Herrera sea recordado en la historia de este club, algo que siempre es bonito. Al final, los futbolistas vamos de un lado a otro, somos mercancía y se nos olvida, echar raíces en un sitio y sentirte identificado con su filosofía es importante.

¿Cómo y dónde le gustaría finalizar su carrera deportiva?

Bueno, soy de Miranda y lógicamente me tira el Mirandés, donde nunca he jugado. Es algo que me motiva, pero creo que todavía me queda mucho tiempo y partidos por delante. Cuando llegue el momento, me sentaré a pensar qué es lo mejor y tomaré una decisión.