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Basque Culinary Center suma un impacto económico de 228 millones desde 2012

Basque Culinary Center ha presentado por tercera vez los datos sobre su evolución, como ya hizo en 2015 y 2019. En la actualidad ofrece empleo a 164 personas. En el último ejercicio completo, el de 2022, el retorno a las administraciones, vía impuestos y cotizaciones, ascendió a 6,6 millones.

Joxe Mari Aizega, director del BCC, y Miren Fernández Gaztelu, de Ikertalde. (Iñigo URIZ | FOKU)

Basque Culinary Center (BCC) ha dado a conocer este jueves por tercera vez desde su nacimiento un informe de impacto socioecónomico en el que se ponen negro sobre blanco las cifras que genera esta institución. El documento ha sido presentado por Joxe Mari Aizega, director de BCC, y Miren Fernández Gaztelu, de la consultora Ikertalde, firma que se ha encargado de analizar los números.    

Aizega ha recordado que 2012 fue «el primer año de actividad completa» de esta fundación, que surgió con el objetivo de «desarrollar el potencial económico y social de la gastronomía». Desde entonces se habían presentado sendos informes económicos en 2015 y 2019, y este de 2023 es el tercero, en lo que el director del BCC ha definido como un ejercicio de «transparencia». 

En la exposición técnica, Fernández Gaztelu ha destacado que en este periodo de algo más de una década «el impacto económico generado por el BCC se cifra en 228 millones de euros, con una aportación al PIB próxima a los 125 millones y un retorno para las administraciones públicas, vía cotizaciones e impuestos, de 39 millones de euros».

Respecto a los datos del último ejercicio completo, el del año 2022, ha remarcado el crecimiento respecto al año 2018, recogido en el anterior informe. Así, el impacto económico fue de 35,6 millones (+46%), la aportación al PIB de 19,5 millones (+47%) y el retorno a las administraciones de 6,6 millones (+54).

Empleo y nuevos proyectos

En el documento se recoge asimismo el papel de Basque Culinary Center como generador de empleo, con 164 personas trabajando como docentes, investigadoras, profesionales de la restauración, comunicación y marketing, administración… Miren Fernández Gaztelu ha resaltado tanto la juventud de la plantilla, con una media de edad de 37 años, como su alto grado de feminización (58%).

BCC mantiene cuatro ámbitos de actividad que contemplan diferentes planes de expansión, con la puesta en marcha de los proyectos GOe (Gastronomy Open Ecosystem) y EDA (Drinks & Wine Campus) como retos más cercanos. El primero lleva varios meses en el ojo del huracán debido principalmente al emplazamiento elegido, en el parque de Manteo del barrio donostiarra de Gros.

Joxe Mari Aizega ha apuntado que cifras como las publicadas hoy sirven para que la ciudadanía tenga datos que pueda contrastar cuando se critica la inversión pública que se hace en este tipo de nuevas instalaciones. Por ejemplo, los terrenos para el edificio de Manteo han sido cedidos por el Ayuntamiento, y el presupuesto de construcción ronda los 26 millones de euros, de los cuales el Gobierno de Lakua pone 18, la Diputación de Gipuzkoa 6 y el propio Culinary Center 2.

En cuanto a EDA, centrado en el mundo de la bebida, el director del BCC ha explicado que tendrá un doble emplazamiento. Ya se ha anunciado que una de sus sedes estará en Guardia (Errioxa) mientras que la segunda estará en Gasteiz y su lugar exacto será presentado próximamente.

Cuatro pilares

Miren Fernández Gaztelu ha repasado los cuatro pilares en los que se sustenta la actividad del BCC. La formación académica supone el 57% de los ingresos. En el curso 2022-2023 hubo 463 alumnos y alumnas en el día a día, el 30% procedente de fuera del Estado español, mientras que 355 asistieron a diferentes masters y programas de especialización. A estas cifras hay que sumar otras 3.538 personas que tomaron parte en actividades de formación abiertas a la ciudadanía, bien presencialmente o bien online.

El segundo pilar es la «promoción de la gastronomía», con 167 actividades organizadas en 2022, entre los cuales ha destacado la concesión del premio Basque Culinary World Price, con «un impacto mediático por valor de 19,1 millones en 2022, proyección en los cinco continentes y el refuerzo de su posicionamiento como Nóbel de la Gastronomía».

Como tercer punto ha citado la participación de BCC en proyectos de innovación tecnológica, con un equipo de 36 personas que trabajan en torno a una cartera de 90 proyectos, una decena de ellos a nivel europeo.

Finalmente, el cuarto pilar –el que vive un mayor crecimiento– es el de acompañamiento y asesoría para proyectos empresariales. BCC cuenta con un programa específico para impulsar startups –empresas de nueva creación– que solo el año pasado acompañó a un centenar de proyectos de emprendimiento.

Antes de darlos a conocer a los medios, Aizega ha presentado estos datos a los integrantes del Patronato del BCC, máximo órgano de la Fundación y que se ha reunido esta mañana. «En una Fundación que partió de cero alcanzar en diez años un impacto de 228 millones me parece increíble. Y además somos una tarjeta de presentación de Euskadi ante el mundo», ha reivindicado.