Cambios profundos, nuevo ciclo político, memoria y dosis homeopáticas de nostalgia
El que comienza mañana va a ser un año especial para la comunidad de GARA. Hace 25 años que nacimos por segunda vez. Como bien saben nuestros lectores y lectoras, no fue un accidente del que nos libramos por suerte, ni tuvimos una epifanía. Nacimos tras el cierre ilegal de ‘Egin’ a manos del juez Baltasar Garzón. Por eso, GARA se fundó en 1999, pero vamos a ampliar la celebración hasta 1977, año del nacimiento de nuestro precursor y de la prensa independiente en Euskal Herria. En 2023 hemos cerrado definitivamente el caso del expolio, que ha condicionado toda nuestra existencia. Entre todos y todas, sin más ayuda que la de la ciudadanía y las empresas vascas que creen en la libertad de expresión y en la pluralidad, hemos pagado más de 3 millones de euros. Desde la independencia que nos da este esfuerzo colectivo, queremos reivindicar el periodismo pensado desde y para el país.
Como nos recuerdan en el 50 aniversario de la muerte de Salvador Allende, «un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro». Desde esa perspectiva, en 2024 vamos a sacar adelante un experimento social inaudito. Vamos a generar un diario colectivo de la memoria del país que contemple lo que nos ha pasado desde la muerte de Franco hasta nuestros días. Los y las suscriptoras –así como las instituciones y las entidades políticas, sociales, culturales y deportivas del país– van a poder aportar sus recuerdos a este ejercicio comunitario de memoria. Desde el 1 de enero de 2024, día a día, vamos a echar la vista atrás para relatar lo que hemos vivido, pensado y sentido en estas décadas. Lo mismo sea el día que nacieron nuestras hijas e hijos, el día que nuestro equipo ganó una liga o cualquiera de las vivencias de lucha o de liberación que hemos llevado a cabo, queremos hacer un relato coherente. Nuestra narración será parcial por definición, pero sin ella es imposible entender el país. Este relato debe ser tenido en cuenta de cara al futuro.
Ojo, no queremos hacer un ejercicio de nostalgia. Muchas personas no estaban aquí cuando pasaron los sucesos que vamos a recordar. Muchos de los protagonistas ya no están entre nosotras. Hay ideas actuales que ya se han debatido antes. Para entender nuestro pensamiento actual hay que recurrir a nuestra historia de las ideas, atender a las genealogías, ver qué nos pasó y cómo lo vivimos, para entender por qué somos así. Eso nos dará opciones de repensar nuestras ideas y proyectos de porvenir.
El diario-cuaderno que recibieron los y las suscriptoras en 2021 se va a llenar de citas, de recortes, de dibujos y de recuerdos. En su versión digital, vamos a subir imágenes y frases que aporten memoria. Artefaktua 1977-2024 es un juego muy serio, cuyo avance dependerá de que le demos un sentido personal y colectivo. Es un arma contra la desmemoria.
En todo caso, no cabe abstraerse de la realidad. Esto es un medio de comunicación y nuestro ejercicio transcurrirá en medio de una crisis civilizatoria. La emergencia climática es su principal riesgo, sin perder de vista avances tecnológicos sin control y bríos bélicos renovados que amenazan a la vida humana. Por primera vez en la historia, estamos asistiendo a un genocidio en directo. Hay que hacer lo que esté en nuestras manos para pararlo.
Desde el periódico no paramos de pensar cómo aportar al entendimiento, a una sociedad que necesita comprender sus retos, evaluar las opciones y tomar decisiones. Nuestra aportación siempre será desde el punto de vista de la supervivencia y el desarrollo de nuestra nación, en base a una relación libre, solidaria y de respeto con el resto de pueblos y culturas, y desde la garantía de los derechos de toda su ciudadanía.
Precisamente, en Euskal Herria este puede ser un año interesante desde el punto de vista político. Es año electoral, y estamos inmersas en un cambio de ciclo que marcará nuevos consensos y renovados conflictos. Como se ha comprobado, hay que hacer realidad los cambios posibles, para poder concentrarse en los que llaman imposibles. Es hora de construir algo nuevo. También pueden darse cambios en la hegemonía y en algunos liderazgos. En todo caso, no es realista pensar que esos cambios serán por sustitución, es más probable que sean por relevo. Por eso, como mínimo, 2024 será un año para diseñar transiciones. Esas que, si atendemos a la hemeroteca, nunca salen como se ha diseñado.
El periodismo político, riguroso y profesional es un instrumento indispensable para afrontar esta realidad cambiante, para elevar el nivel del debate público y mejorar la cultura democrática, para prepararse para el futuro sin ignorar el pasado. Gracias a una comunidad comprometida y crítica, llevamos 25 años en esa pelea, adaptándonos a los cambios y experimentando. Esperamos seguir otro tanto trabajando al servicio del país y de sus habitantes.