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Javier Milei y Pedro Sánchez exponen sus modelos contrapuestos en Davos

La tercera jornada de debates en Davos permitió a los asistentes al Foro Económico Mundial contrastar dos modelos políticos y económicos, el ultraliberal representado por el presidente argentino, Javier Milei, y el socialdemócrata de su homólogo español, Pedro Sánchez.

Combo de fotografías de Javier Milei y Pedro Sánchez. (AFP)

El presidente argentino, Javier Milei, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, intervinieron en la tercera jornada de debates del foro de Davos uno después del otro y ambos aprovecharon sus discursos para exponer sus recetas para lograr la prosperidad económica e interpelaron directamente a los empresarios.

Milei era uno de los más esperados y no defraudó a nadie. Como si de una cátedra de la Escuela Austríaca de Economía se tratase, el mandatario argentino desgranó las supuestas bondades del capitalismo a ultranza e, incluso, denominó «héroes» y «benefactores sociales» a los empresarios que escuchaban su intervención, además de afirmar que el «Estado no es la solución», sino «el problema mismo».

Abrió su discurso proclamando que «Occidente está en peligro» para, inmediatamente, advertir de las graves políticas del «socialismo empobrecedor», que apuestan por las «experiencias colectivistas» y avanzan sobre el «capitalismo de libre empresa», que defendió como «la única herramienta para terminar con el hambre» frente a los que «demonizan» un sistema que ha sacado de la pobreza, según él, al 90% de la población mundial y «rápido». Y rechazó que pueda haber «fallos del mercado» ya que, en su opinión, solo pueden existir si el Estado interviene.

Dijo también que la «justicia social no es justa y no aporta al bienestar general». Es más, añadió, «es intrínsecamente violenta» porque los impuestos con que se financia se cobran de manera coactiva, según su criterio.

En su dura intervención, Milei también atacó las agendas del feminismo y del medioambiente que, según dijo, el socialismo ha conseguido colar en los organismos internacionales.

«La primera de estas nuevas batallas fue la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer. El libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos», indicó el economista ultraliberal, quien concluyó que «en lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico».

Asimismo, puso en duda las «ideas nocivas» de quienes «sostienen que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso llegando a abogar por el control poblacional o en la agenda sangrienta del aborto».

Sánchez a los empresarios: «Somos aliados, no rivales»

Tras el dirigente argentino, Pedro Sánchez instó a los empresarios a implicarse en mejorar la vida de los ciudadanos colaborando con las políticas sociales de su Gobierno, y recordó que el auge de la ultraderecha en todo el mundo no es más que un síntoma de problemas más profundos, entre ellos la erosión de las clases medias y trabajadoras «que sufrieron con las crisis financieras de 2008 y 2012 y que ahora se angustian ante un futuro marcado por la incertidumbre mientras siguen perdiendo poder adquisitivo».

«Debemos ser audaces y definir un nuevo paradigma de prosperidad. Una nueva ortodoxia económica y social que aproveche los conocimientos y las nuevas herramientas de que disponemos para conjugar el crecimiento económico con la sostenibilidad medioambiental y la prosperidad para todos», afirmó.

Defendió que ese es el proyecto que está impulsando su Gobierno, «demostrando que es posible crear riqueza y mejorar al mismo tiempo las condiciones de los trabajadores», con medidas como la puesta en marcha de políticas sociales y decisiones como la subida del salario mínimo, de la que recela la patronal y que ha permitido una subida del 54 % en los últimos años, la reducción de la temporalidad, la desigualdad y la pobreza y «la creación de más de dos millones de empleos».

Sánchez pidió a los empresarios no se dejen llevar por quienes cree que intentan hacerles rivales, algunos medios de comunicación y partidos políticos «radicales». «No caigan en su trampa, somos aliados, no rivales», les advirtió, para garantizarles a renglón seguido que su Gobierno es aliado de ellos.

Por eso les reclamó que actúen con responsabilidad, piensen a largo plazo y se impliquen en mejorar la vida de los ciudadanos colaborando con las políticas sociales que impulsa su Ejecutivo. Si se comprometen, «intentan prosperar mediante la innovación, el talento y la estabilidad institucional y buscan enriquecerse generando valor y pagando los impuestos que les corresponden», les prometió lo que va a ser España para ellos: «Un paraíso».