La negociación vuelve a El Cairo entre crecientes presiones a Israel
Los servicios secretos de EEUU, Egipto, Qatar e Israel retomaron en El Cairo las negociaciones para un alto el fuego en Gaza, que aún sigue lejos de un acuerdo frente a la urgencia de detener la operación israelí en Rafah, y pese a las crecientes presiones a las que Benjamin Netanyahu se resiste.
El presidente de Egipto, Abdelfatah al-Sissi, y el director de la CIA, William Burns, acordaron continuar la «coordinación intensiva» para alcanzar una tregua en la Franja de Gaza, en medio de reuniones de alto nivel en El Cairo para afianzar un acuerdo al que se sigue resistiendo Israel pese a la presión internacional.
Al-Sissi y Burns se reunieron con el jefe de la Inteligencia egipcia, Abas Kamel; con el primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abderrahman; y con el jefe de la Inteligencia qatarí, Abdala bin Mohamed al-Julaifi, para estudiar una posible tregua y un intercambio de prisioneros, pero cualquier conclusión parece lejana. La Casa Blanca se limitó a señalar que las conversaciones «han sido constructivas y avanzan en la dirección adecuada».
Representantes del Mossad y de la seguridad interna del Shin Bet israelíes participaron en las reuniones. Delegaciones de Hamas y de la Yihad Islámica Palestina se encuentran en El Cairo, pero no fueron parte de este diálogo.
La semana pasada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrió las expectativas de la proposición previa confeccionada en París, que gira en torno a un cese de los combates de entre dos o tres meses, durante los cuales se implementaría un acuerdo de intercambio de prisioneros. Netanyahu reiteró su voluntad de seguir la operación militar «hasta la victoria total».
Por su parte, Hamas planteó tres fases para ese intercambio y para preparar un alto el fuego permanente que debería implicar la retirada de las tropas israelíes de Gaza. La negociación se reanuda en un momento en el que aumentan los llamamientos a Israel para que detenga su ofensiva contra la superpoblada ciudad de Rafah, donde se hacinan cerca de 1,4 millones de palestinos.
Jordania, China y Alemania
Ayer se sumaron el rey de Jordania, Abdallah II, y China, que también pidió a Israel aque detenga su operación «lo más rápido posible».
Incluso la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, que siempre ha justificado y apoyado las matanzas, instó al Ejecutivo israelí a respetar el Derecho Internacional y pidió «corredores seguros» para facilitar el movimiento de los civiles, ya que «no pueden simplemente volatilizarse».
Sin embargo, no hay lugares seguros para la población acorralada en Rafah, después de haber padecido varios desplazamientos forzados de población. La ONU reiteró que no colaborará con otro más.
EEUU dice que se opone a una operación a gran escala y el presidente estadounidense, Joe Biden, pidió a Israel un plan «creíble» para salvar a los civiles de Rafah.
Pero, a la vez, Biden reclamaba a la Cámara de Representantes que aprobara urgentemente la partida de 95.000 millones de dólares en asistencia militar para Ucrania, Taiwán e Israel. Este proyecto también prohibe la financiación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Unrwa, clave para sostener la vida de la población en Gaza.
El presidente de EEUU, al que los solidarios con Palestina apelan ya «Genocidio Joe», llegó a hablar de «nuestra operación en Rafah» en uno de sus habituales lapsus.
Mientras, algunas familias palestinas comenzaron a desmantelar sus tiendas y recoger sus pertenencias para preparar otro éxodo sin destino.
«La mayoría de la población de Rafah ya ha huido de otras zonas de Gaza después de que las autoridades israelíes les ordenaran ‘evacuar’. No tienen a dónde ir para escapar del bombardeo y se enfrentan al riesgo real e inminente de genocidio», denunció Amnistía Internacional.
Tras los bombardeos del lunes que dejaron más de un centenar de muertos en Rafah, ayer Israel siguió atacando la ciudad con artillería. También mató a decenas de personas en Jan Yunis. El Gobierno gazatí contabilizó al menos 133 muertos y 162 heridos en 24 horas, lo que eleva el número de víctimas mortales a 28.473, además de otros 8.000 desaparecidos.
Entre los heridos ayer en Rafah se encuentran dos periodistas de Al-Jazeera, en un ataque deliberado con drones de las tropas israelíes. «No hay términos para esta guerra genocida. Todo el mundo es un objetivo», denunció la cadena.
Cisjordania
El Ejército israelí mató a un joven palestino de 20 años, al que alcanzó con varios disparos, incluido uno en la cabeza, durante una redada en Qalqilya, en Cisjordania. La presencia de tropas elevó el peligro hasta el punto de suspenderse las clases presenciales.