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Condenado a 6 años de cárcel tras admitir que mató de una paliza a un hombre en Donostia

El hombre acusado de matar de una brutal paliza a otro en junio de 2021 en el barrio de Altza ha sido condenado a seis años de cárcel como autor de un delito de homicidio, tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, por lo que no se celebrará el juicio con jurado previsto.

Uno de los accesos a la zona de huertas de Lau Haizeta, en Altza. (GOOGLE MAPS)

El hombre acusado de matar de una brutal paliza a otro varón en junio de 2021 en el barrio donostiarra de Altza ha sido condenado este viernes a seis años de cárcel como autor de un delito de homicidio, tras reconocer los hechos y alcanzar un acuerdo con la Fiscalía.

Además de admitir lo sucedido, el inculpado, que ha pedido perdón a la familia de la víctima y se ha mostrado arrepentido, ha consignado en la cuenta del juzgado 25.000 euros como parte de los 59.000 con los que deberá compensar a los allegados del fallecido.

Esta circunstancia ha permitido a la Fiscalía aplicarle la atenuante de reparación del daño causado junto a otra segunda atenuante de intoxicación por consumo de estupefacientes asociado a trastorno mental y rebajar su petición de condena inicial desde los doce hasta los seis años de prisión a los que finalmente ha sido condenado. El inculpado deberá permanecer otros cinco años en situación de libertad vigilada, una vez cumplida la pena de cárcel.

En un primer momento, estaba previsto que esta vista oral fuera enjuiciada entre hoy y el día 26 de febrero en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa por un tribunal del jurado, cuya constitución había sido marcada para este mismo viernes por la mañana. Finalmente, el jurado no ha llegado a constituirse al haberse cerrado el acuerdo.

El suceso tuvo lugar el 26 de junio de 2021, cuando el inculpado, que por entonces tenía 32 años, coincidió en la zona de Larratxo con la víctima, de 50, a la que conocía «desde hacía tiempo».

Según el escrito de la Fiscalía, ambos pasaron juntos aquella tarde, durante la que tomaron «diversas consumiciones» en distintos bares de la zona y permanecieron un tiempo en las máquinas recreativas de un salón de juegos.

También llevaron a cabo presuntamente «consumos de diversas sustancias estupefacientes» hasta que, en un momento dado, el imputado logró «un premio en una de las máquinas recreativas».

El procesado destinó parte de este dinero a «la adquisición de una cantidad de heroína», tras lo que ambos hombres se dirigieron a una zona de huertas en la zona de Lau Haizeta, en la que había una serie de caravanas utilizadas «ocasionalmente como vivienda» y donde residía «un conocido común».

El texto del Ministerio Público concreta que, una vez en este lugar, los dos varones «comenzaron a consumir heroína en el interior de una de estas caravanas», hasta que el acusado «comenzó a albergar sospechas» de que la víctima podría «haberse apoderado de parte de la droga o del dinero» del premio de las tragaperras, lo que dio lugar a una discusión entre ambos.



Daños en el cerebro



En este contexto, el inculpado, presuntamente comenzó a golpear «sin cesar» a la víctima «de forma brutal y repetida», primero en el interior de la caravana y luego en el exterior, hasta que finalmente el hombre más mayor «cayó al suelo», donde quedó tendido.

A raíz de los golpes, la víctima sufrió múltiples heridas en las extremidades y en diferentes partes del cuerpo, entre ellas distintas fracturas en la parrilla costal, así como un severo traumatismo craneofacial con «hemorragia subaracnoidea cerebelosa y protuberancial» que le produjeron «una hemorragia profusa con shock hipovolémico» y «daño encefálico agudo traumático», que finalmente le ocasionaron la muerte.


Según informó en su momento el Departamento de Seguridad, transcurrido un tiempo, terceras personas alertaron a la Ertzaintza de que había una persona tendida en el suelo, por lo que una patrulla de seguridad ciudadana acudió al lugar y comprobó que el hombre «carecía de signos vitales» y que el cadáver presentaba «claros indicios de criminalidad».

Además, en la zona había un importante reguero de sangre y en el interior de una de las autocaravanas los agentes localizaron al acusado, que tenía restos de sangre en su vestimenta.