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El electorado castiga al gobierno irlandés tumbando su reforma constitucional

Las enmiendas constitucionales propuestas por la coalición de gobierno irlandés han sido derrotadas en referéndum por un amplio margen. Las reformas se referían a la definición de familia y al rol de la mujer en el hogar.

El referéndum celebrado en Irlanda ha estado marcado por la controversia. (Niyi FOTE | EUROPA PRESS)

El referéndum celebrado en Irlanda ha estado marcado por la controversia. Para empezar, se criticó la elección del Día de la Mujer, el 8 de marzo, para celebrar dos referendos que realmente pretendían modificar la definición del papel de la mujer en la constitución irlandesa.

El descontento se incrementó al conocerse los textos que el gobierno proponía enmendar la constitución, y que distaban de los recomendados por la Asamblea de Ciudadanos (un grupo de ciudadanos elegidos al azar que debaten legislación y políticas existente y sugieren cambios al gobierno).

En la definición de la familia, la Asamblea de Ciudadanos recomendó que esta no debe implicar un matrimonio, como lo hace, y seguirá haciendo, la Constitución irlandesa. Un cambio constitucional conferiría a las parejas no casadas los mismos derechos que a los matrimonios. El gobierno propuso que esta definición se ampliara a «otras familias duraderas». Los oponentes a este texto cuestionaban que la definición de que se considera «una relación duradera» no podía recaer en la jurisprudencia, y que el texto resultaba demasiado conservador.

La segunda reforma constitucional se refería a la sección específica dedicada a las mujeres y su «vida dentro del hogar», que la constitución mantiene es beneficiosa para la sociedad. La Constitución añade que el estado debe asegurarse de que las mujeres no sean obligadas a realizar ningún trabajo «en detrimento de sus deberes en el hogar».

Mientras que la Asamblea de Ciudadanos propuso que se sustituyera las referencias a la mujer con un lenguaje neutro, la propuesta del gobierno introdujo por primera vez la palabra «cuidado» y en la redacción del texto se leía un deseo del gobierno en abdicar su responsabilidad en el cuidado de los ciudadanos para hacerlo responsabilidad exclusiva de las familias, en contradicción con las propuestas de la Asamblea de Ciudadanos, que «obliga al Estado a tomar medidas razonables para apoyar el cuidado dentro del hogar y la comunidad en general». El texto propuesto en el referéndum dice que el Estado «se esforzará por apoyar» la prestación de cuidados mutuos por parte de los miembros de la familia, una expresión que no tiene ningún peso legal.

La decisión de la coalición de gobierno de no permitir una discusión parlamentaria del texto de las enmiendas constitucionales fue un nuevo tropezón del ejecutivo de Dublin, acusado de debilitar el proceso democrático.

La cadena de despropósitos concluyó con una campaña decepcionante por parte del gobierno, que se coronó con una interview del primer ministro irlandés Leo Varadkar a una semana del referéndum, en la que afirmo que no cree que el estado debe tener ninguna responsabilidad en el cuidado de las personas. La campaña electoral se ha visto también afectada por la desinformación de la extrema derecha, que intento vincular las reformas constitucionales con la migración.

El apoyo social y político a las enmiendas propuestas por el gobierno irlandés se debió mas al deseo de un cambio en un texto arcaico que a la satisfacción con el texto propuesto. Sinn Fein ya advirtió que si la propuesta gubernamental era derrotada en el referéndum y el partido republicano alcanzaba el gobierno, volverían a replantear la reforma constitucional con un texto más progresivo y claro.

La presidenta de Sinn Fein, MaryLou McDonald, afirmo que el Sinn Féin siempre ha estado a favor de «eliminar el lenguaje sexista de la Constitución» pero «sabía que el Gobierno se había quedado corto en cuanto a la redacción de los cuidados» y desoyó las recomendaciones de la Asamblea de Ciudadanos.

En la oposición a la reforma constitucional se sitúa un amplio espectro de organizaciones sociales que consideran las enmiendas no llegan lo suficientemente lejos, grupos ultra-católicas, negacionistas, transfobos y extrema derecha.

Las elecciones locales y europeas despejaran la duda de si el resultado del referéndum refleja un castigo al gobierno o al crecimiento de la extrema derecha en Irlanda.