Un 53,3% de electores desea un cambio político en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa
Cuatro de cada diez encuestados por Aztiker consideran que la gestión del Gobierno de Lakua ha empeorado en los últimos diez años. Al lado contrario, menos de dos creen que ha mejorado. La mayoría sigue creyendo, sin embargo, que será el PNV quien gane.
Un 25% de la población de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa con derecho a voto desea «mucho» que las elecciones del 21 de abril desemboquen en un cambio político, y un 28,3% lo desea «bastante», según la encuesta realizada por Aztiker entre el 11 y el 18 de marzo. Son datos de los que cabe extraer que más de la mitad de los votantes quiere, en diverso grado, un cambio político en la CAV.
Al otro lado, un 20,9% señala que desea «poco» un cambio y solo un 10,5% asegura que no lo quiere «nada». Es decir, solo tres de cada diez electores es, en diferente escala, reacio al cambio.
El trabajo demoscópico elaborado por Aztiker –NAIZ publica mañana una segunda entrega, con estimación de votos y escaños– subraya de este modo que son mayoría quienes prefieren el cambio político al statu quo. Se trata de una tendencia en consonancia con la valoración que la ciudadanía realiza sobre la gestión de Lakua durante la última década.
Pese al mayoritario deseo de cambio, son también más quienes creen que será el PNV quien gane las elecciones. Los sentimientos que generaría este triunfo, sin embargo, son más negativos que en la encuesta de marzo
En términos generales, este sondeo coincide con la mayoría de encuestas al señalar que la valoración que la gente hace de la situación general de la CAV es buena. Un 9,3% cree que es «muy buena» –en diciembre era un 10,1%– y un 73,6% la califica de «buena» –una décima menos que tres meses atrás–.
Por contra, un 12,9% cree que es «mala» y solo un 2,5% considera que es «muy mala». Con todo, el porcentaje de quienes la califican de «mala» ha crecido 1,3 puntos respecto a la encuesta de diciembre y la de quienes responden que «muy mala», un 0,6%. En cualquier caso, y pese a que haya que tomar esta evolución en consideración, más de cuatro de cada cinco votantes considera que la situación es aceptable. No hay, por lo tanto, lugar para catastrofismos.
No puede decirse lo mismo de la valoración sobre la gestión de los últimos diez años, correspondiente a los gobiernos de coalición de PNV y PSE liderados por Iñigo Urkullu. Si en diciembre era el 38,5% el que consideraba que ha empeorado, ahora es el 40,2%. En sentido inverso, quienes responden que ha mejorado bajan del 22,5% al 18,2%. La proporción de quienes creen que se ha mantenido igual ha subido del 39% al 41,6%.
Sanidad, seguridad y educación
La encuesta también pregunta, a quienes creen que la gestión ha empeorado, acerca de qué creen que ha ido a peor. Conviene rascar un poco en las respuestas para asomarse a su complejidad.
En lo que no hay debate es en que el mayor retroceso se ha vivido en el campo de la salud, con el devenir de Osakidetza en primer plano. Todos los partidos, incluido el PNV, han incorporado esta carpeta a su agenda, un claro indicativo de que es uno de los grandes problemas que tendrá que enfrentar el próximo Gobierno. Según Aztiker, el 84,1% de la sociedad cree que la situación sanitaria ha ido a peor.
Pero conviene no quedarse solo en Osakidetza, dado que la preocupación detectada por el sondeo va más allá. Tiene que ver también con la salud mental de la población, con la conciencia misma de la salud propia y con los cuidados que se ofrecen a dependientes y a mayores.
En segundo lugar aparece la seguridad, un ámbito que requiere también de una mirada compleja, pues en este apartado se incluyen tanto preocupaciones sobre la seguridad propia y la seguridad privada –ámbitos que PNV y PP ya han empezado a intentar capitalizar–, como sobre la colectiva. Es decir, en esta carpeta se incluye la situación de la Ertzaintza, fuente de preocupación tras las polémicas y cuestionadas actuaciones registradas las últimas semanas.
En el mismo nivel (55,6%) se sitúa la preocupación por el deterioro de la Educación, mientras que en un escalón secundario están el empleo (48,9%) y la economía (43,8%). En un nivel más bajo se encuentran las políticas sociales (32,1%), la política lingüística (21%), el medio ambiente (16,1%), el autogobierno (14,2%), la cultura (13,7%) y la igualdad (9,9%).
Incertidumbre y esperanza si gana EH Bildu, resignación si es el PNV
La encuesta de Aztiker vuelve a detectar cierta disonancia entre lo que la mayoría de la sociedad quiere que pase y lo que cree que pasará. Es decir, una mayoría desea un cambio político, pero un porcentaje muy parecido, el 55,4%, cree que ganará el PNV. Tres puntos más que en la encuesta de diciembre. En contraste, los que creen que ganará EH Bildu son un 25,9%, un 0,6 más que en el anterior sondeo.
Pero hay que poner estos números en contexto. Hace solo un año, en abril de 2023, un mes antes de las elecciones municipales y a Juntas, nada menos que un 68,7% de la población creía que iba a ganar el PNV, y solo un 5,8% apuntaba a una victoria de EH Bildu. Los resultados de aquellos comicios, junto a los de las estatales de julio, han empezado a cambiar el juego de las expectativas. El dominio del PNV sigue siendo indiscutible, pero quienes confían en una victoria de EH Bildu han crecido 20 puntos en un año.
Por último, cabe mencionar que, pese a la insistencia de su candidato, Eneko Andueza, cada vez son menos los que apuntan al PSE como hipotético ganador. Fueron un 4,7% en diciembre y son un 2,9% ahora.
Mezcla de sentimientos
El cuestionario de Aztiker también indaga en los sentimientos que generaría entre la gente una hipotética victoria de PNV o de EH Bildu. Los resultados son diáfanos en el caso de los jeltzales, y algo más complejos en el caso de la izquierda soberanista.
De forma comprensible, visto el mayoritario deseo de cambio, el sentimiento imperante en caso de victoria de Imanol Pradales sería la resignación, que pasa del 28,9% al 30,1%. Le siguen la indiferencia (22,8%) y el alivio (16,4%). Hay que llegar al cuarto escalón para encontrar un sentimiento genuinamente positivo como la esperanza, citada por un 14,6% de los encuestados –era el 17,3% en diciembre–. En un porcentaje similar se encuentran otros sentimientos negativos como la preocupación (14,4%) y la tristeza (14%), que suben tres y cuatro puntos, respectivamente, respecto al anterior sondeo.
La alegría y la ilusión se mantienen en esta encuesta en torno al 10%, y el miedo, en un testimonial 4,9%.
Hay un cambio sustancial respecto a la encuesta de diciembre: los sentimientos negativos de una victoria de EH Bildu se amortiguan y los positivos aumentan. La evolución es inversa en el caso del PNV
Todo lo contrario ocurre con una hipotética victoria de EH Bildu, que despierta sentimientos encontrados. Dominan la ecuación la incertidumbre (26,8%) y la preocupación (26,1%), aunque registran bajadas respecto a la encuesta de diciembre. Los dos siguientes sentimientos, sin embargo, son claramente positivos y van al alza: un 21,9% cita la esperanza (1,9 puntos más) y un 19,1% la ilusión (3,3 puntos más). El miedo, mencionado por un 16,1%, es el único sentimiento negativo que sube (tres puntos).
La tristeza (13,2%), la resignación (12,4%) y la indiferencia (12%) también bajan, mientras que la alegría (13%) y el alivio (8,2%), crecen.
Lo viejo conocido –la victoria del PNV– invita a la gente a la resignación; no genera ilusión alguna, pero tampoco grandes inquietudes. Lo nuevo, por contra, despierta preocupación e inseguridad en parte de la sociedad, pero también una esperanza y una alegría crecientes.
Ficha técnica
La encuesta se realizó por procedimiento mixto (online y telefónico), con una muestra de 1.800 personas con derecho a voto (600 por herrialde). El error muestral es del 2,4%, con un 95,5% de confianza. El trabajo de campo se realizó entre el 11 y el 18 de marzo.