El condenado por el «caso Gaztelueta» vuelve a tratar de sabotear el proceso canónico sin éxito
La última maniobra del condenado por el «caso Gaztelueta», en un juzgado civil de Iruñea, no logra frenar la inminente resolución del proceso canónico que acarrearía que el Vaticano otorgase la condición de víctima a Juan Cuatrecasas Cuevas y obligaría al Opus Dei a pagar una indemnización.
José María Martínez Sanz, el exprofesor de Gaztelueta condenado por la justicia ordinaria por abusos al alumno Juan Cuatrecasas Cuevas, ha presentado una demanda civil en un juzgado de Iruñea contra el obispo de Teruel y Albarracín, José Antonio Satué, instructor del proceso canónico abierto en agosto de 2022 a instancia del Papa contra este supernumerario del Opus Dei, al objeto de sabotearlo.
Fuentes jurídicas le auguran poco recorrido a la iniciativa que deja al descubierto el «nerviosismo» que cunde en la asociación pública clerical que ha perdido los privilegios que ostentó como prelatura personal por decisión de Jorge Bergoglio tras sucesivos escándalos y asuntos turbios.
Se trata de una nueva maniobra que no ha logrado su objetivo ya que, a pesar de que la denuncia fue admitida por el juez en un auto fechado el 2 de mayo, se ha rechazado la suspensión cautelar del procedimiento que sigue la Iglesia católica para revisar el que realizó en 2014 y fuentes eclesiales apuntan a que el veredicto podría conocerse próximamente. Una condena acarrearía, avanzan, la expulsión del pederasta del Opus Dei y la indemnización a la víctima, que correría a cargo del colegio Gaztelueta.
Martínez Sanz y todos aquellos que han defendido a capa y espada su «honorabilidad» no han dejado de maniobrar en estos años para que la denuncia de la familia Cuatrecasas Cuevas contra el exdocente de Gaztelueta no llegase a buen puerto. Sí lograron hace una década que la investigación dirigida por la Congregación para la Doctrina de la Fe se cerrase al concluir que los delitos no habían sido probados, pero en 2018 el pederasta fue condenado por la Audiencia de Bizkaia a once años de cárcel como autor de un delito de abusos continuados, si bien el Tribunal Supremo rebajó la pena a dos años y no entró en prisión.
La familia de la víctima, optimista
En ese escenario, una entrevista personal entre Jorge Bergoglio y Juan Cuatrecasas Cuevas llevó al Papa a ordenar la apertura de una nueva investigación canónica que tiene como instructor al obispo de Teruel y Albarracín. La familia Cuatrecasas Cuevas aguarda con interés el veredicto con el que buscan que se revoque el anterior pronunciamiento del tribunal eclesiástico aún en vigor. Por las informaciones que han transcendido, son optimistas respecto a que Juan Cuatrecasas Cuevas sea declarado víctima por el Vaticano y se muestran «tranquilos» ante el paso dado por el exprofesor de Gaztelueta.
En la demanda interpuesta el 17 de abril en Iruñea, al ser en su seminario donde se vienen desarrollando la mayoría de las diligencias, la abogada de Martínez Sanz reclama que el prelado turolense sea condenado por una intromisión contra el derecho fundamental a su honor, se paralice el proceso canónico y se obligue a José Antonio Satué a «abstenerse de promover cualquier otra actuación» relativa a esta causa. Ha sido admitida pero se ha desestimado la suspensión del procedimiento eclesiástico.
El carácter dilatorio de la actuación ante la justicia civil queda en evidencia después de que la defensa del miembro del Opus Dei aceptó en noviembre de 2023 el proceso canónico después de otras maniobras tendentes a frenarlo que llevaron a cabo los anteriores letrados de Martínez Sanz. En junio de 2023, el prefecto de la Signatura Apostólica envió una resolución a la prelatura de la Obra en la que le ordenaba la destitución de esos abogados al no tener acreditada titulación académica en Derecho Canónico ni experiencia forense, lo que entendía que no les otorgaba «capacidad» para representar a su cliente.
Esos letrados son lo que anteriormente habían recusado a Satué «por falta de imparcialidad» después de que el instructor considerase inadmisible que se declarase nulo del decreto papal que ordenó abrir el procedimiento canónico contra José María Martínez Sanz, ya que el Papa nunca puede ser recusado. El rechazo a sus alegaciones supuso un espaldarazo para la labor del instructor, a quien desde diferentes foros se ha atacado. La virulencia de esas campañas en medios ultras han salpicado hasta al propio Francisco, especialmente al tratar de meter en cintura al Opus.
El pederasta ha intentado en tres ocasiones que el Papa le recibiese pero Francisco no accedió. «Me cuesta comprender por qué –hasta donde yo sé– soy el único fiel laico del mundo al que la Iglesia juzga retroactivamente por un caso de abusos», manifestó en la última misiva a Bergoglio.