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Pradales, elegido lehendakari con campo abierto para romper corsés

Pradales fue elegido lehendakari con los 39 votos de PNV y PSE. Otxandiano sumó los 27 de EH Bildu. Llega con un programa de Gobierno cerrado con el PSE, pero tiene por delante un terreno con incógnitas a las que se suman las de Madrid y las de Sabin Etxea, que pueden favorecerle romper corsés.

El recién elegido lehendakari, Imanol Pradales, recibió el aplauso de sus bancadas y también de grupos de la oposición. (Endika PORTILLO | FOKU)

Un pleno de investidura tiene un lado ritual y formal. Desde ese punto de vista, Imanol Pradales fue elegido lehendakari con los 39 votos de PNV y PSE. Hizo un discurso en el que alabó el acuerdo alcanzado con sus socios, mostró el retrato más favorable de la situación de la CAV y, después, lanzó un largo catálogo de soluciones –habló de hasta «mil medidas»– para deficiencias que no había explicitado. Fue un discurso difícil de diferenciar del que podría haber pronunciado Iñigo Urkullu si su partido le hubiera dejado presentarse a la reelección. Y, como no podía ser de otra manera, los partidos que pasarán a la oposición le recordaron que «las prioridades que ahora exponen son los problemas que ustedes han creado» en las últimas tres legislaturas en las que PNV y PSE han gobernado con diversos tipos de asociación.

El pleno de ayer –que NAIZ contó en directo– tuvo en este aspecto ritual-formal, otra característica que ya se ha conocido en investiduras anteriores, la presentación de una alternativa por parte de EH Bildu, con la novedad, en este caso, de que la izquierda independentista tiene 27 escaños, los mismos que el PNV. Y también por esta parte la respuesta fue la esperable, aunque quizá demasiado beligerante por parte de Eneko Andueza, que parece querer elevar el tono para disimular lo que ocurre en el Congreso de los Diputados y en Nafarroa.

Lo intangible

Pero más allá de los formalismos, atendiendo a las réplicas que intercambiaron Pello Otxandiano e Imanol Pradales, queda en el aire la posibilidad de que en los próximos cuatro años se puedan romper moldes en las férreas estructuras de la política autonómica.

Imanol Pradales ha estado silente desde el 22 de abril. No se sabe si por respeto a Iñigo Urkullu o si por otra causa. Desde ayer ya es lehendakari electo y mañana tomará posesión del cargo en la Casa de Juntas de Gernika. Tras formar Gobierno, empezará a encabezar las políticas autonómicas.

Imanol Pradales no dio ayer pistas sobre la estructura de su nuevo Gobierno. Los nombres de los consejeros y consejeras se conocerán después de que el nuevo lehendakari recoja la makila de manos de su antecesor, Iñigo Urkullu

Todas menos una. El nuevo lehendakari y su Gobierno han renunciado expresamente a liderar la búsqueda de un nuevo pacto estatutario.

El acuerdo cerrado entre PNV y PSE recoge textualmente que «ambas partes somos conscientes de que, en los trabajos desarrollados en anteriores legislaturas, EAJ-PNV y PSE-EE (PSOE) hemos constatado numerosas coincidencias, pero también discrepancias. En este sentido, ambos partidos nos ratificamos en los acuerdos firmados en 2016, 2020 y 2023 y, en base a ello, seguimos considerando que los debates al respecto corresponderán a los partidos políticos y no al Gobierno, reconociendo que la iniciativa legislativa y política en esta materia corresponderá a los partidos políticos y no al Gobierno».

Pero esto, en sí mismo, no tiene por qué ser negativo. Ya que cada partido va a poder hacer sus propias propuestas y el Ejecutivo «se sentirá vinculado, como no puede ser de otra manera, a los acuerdos que en tal sentido pueda adoptar el Parlamento Vasco».

Veremos qué ocurre. Porque además hay dos variables de momento no controladas. Por un lado, cómo evoluciona la legislatura en el Estado español, puesto que el futuro del Gobierno de Pedro Sánchez y la convocatoria de un nuevo proceso electoral en Catalunya o en el Estado podría tener consecuencias ahora insospechadas, también quizá para la relación del PNV con el PSE.

Además está por delante el proceso de reelección de los órganos internos del PNV, que lo quieran o no tiene una dirección cuestionada y, en ese contexto, habrá que ver cuál es el papel que juega el nuevo lehendakari. Si su función es la de ser el pararrayos del EBB o asume algún liderazgo aunque respetando la bicefalia.

Cuatro años son muy largos. Más allá del pegamento que indudablemente supone lo que algunos han definido como «gobierno de salvación laboral», da la impresión de que la química entre los dos líderes del Gobierno –uno dentro y otro fuera– no es todavía inquebrantable.

Eso sí, las esperanzas que pueden surgir con las palabras de Imanol Pradales, se contrarrestan al escuchar al nuevo portavoz parlamentario del PNV, Joseba Díez Antxustegi, que, entre otras cosas, hace el mismo chiste sobre la posición de Euskal Herritarrok en la votación del llamado Plan Ibarretxe que su antecesor Joseba Egibar: 3 a favor y 3 en contra, igual a 0. Pero eso no es cierto. Los 3 a favor posibilitaron la aprobación de aquel nuevo estatus, mientras que los 3 en contra no lo impidieron para disgusto evidente de Josu Jon Imaz, entonces presidente del EBB. Es más, habría que recordar que EA y varios de los parlamentarios de Ezker Batua que también votaron a favor, están hoy en EH Bildu.

El pleno extraordinario del Parlamento de toma de posesión de Imanol Pradales como lehendakari tendrá lugar hoy, a las 12 del mediodía, en la Casa de Juntas de Gernika

Arranque con anomalía

El pleno de investidura arrancó, como estaba previsto, a las 9.30 con una anomalía que saltaba a la vista. Todos los miembros del actual Gobierno en funciones estaban en sus escaños, en primera fila, pero faltaba el lehendakari Iñigo Urkullu. Llegó con una hora de retraso y todavía esperó otros 35 minutos para entrar en el salón de plenos, cuando el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, había acabado su intervención e iba a tomar la palabra Imanol Pradales. Tampoco estuvo en toda la sesión de la tarde hasta la hora de la votación. Como anécdota cabe señalar que esto le impidió a Urkullu recibir el agradecimiento por el trabajo realizado que quería hacerle Eneko Andueza.

El candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, y la portavoz, Nerea Kortajarena. (Endika PORTILLO/FOKU)
El candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, y la portavoz, Nerea Kortajarena. (Endika PORTILLO/FOKU)

Pero bueno, Urkullu llegó para ser el primero en abrazar a su sucesor, cuando al filo de las siete de la tarde, la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, dio lectura al resultado de la votación. El segundo en cumplimentar a Pradales fue su socio Eneko Andueza. Y el tercero, Pello Otxandiano.

Luego fue abordado por prácticamente todos cuantos estaban en el salón de plenos, mientras Tejeria los convocaba mañana, a las 12 del mediodía, en la Casa de Juntas de Gernika, donde se llevará a cabo la ceremonia de la toma de posesión del cargo como lehendakari de Imanol Pradales.

Debate previsble

El conjunto de la sesión discurrió por cauces previsibles. Tal vez lo único algo distinto fue el discurso de investidura de Pello Otxandiano, que no siguió los esquemas al uso en estos casos, y se adentró en una fórmula más innovadora, que al portavoz del PNV le pareció –negativamente– casi «intelectual». Habló de espacios de encuentro, de acuerdos de país, de los retos difíciles que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa tienen de cara al futuro y de medidas que habría que acordar para encauzarlos.

El candidato de PNV-PSE se circunscribió a un discurso más convencional, aunque quizá en su situación tampoco se le podía pedir otra cosa. Mientras Pradales se dirigía a la Cámara, todavía seguía sin distribuirse entre el resto de grupos parlamentarios el programa de Gobierno, de 125 páginas. Tanto el programa completo, como todas las intervenciones de los candidatos y los portavoces, de una forma más detallada, se pueden encontrar en NAIZ.

Cada cual estuvo en su papel y, una vez más, el portavoz del PSE, Eneko Andueza, destacó por insistir en que si el nuevo lehendakari tiene mayoría absoluta es por los buenos resultados de su partido y por reivindicar que el programa de Gobierno tiene la impronta «socialista». Corrigió a Pradales, que había dicho que quería que la ciudadanía se sintiera orgullosa al entrar en un centro de salud y le dijo que «prefiero que esté mucho más orgullosa cuando salga». Además, el portavoz del PSE se mostró extraordinariamente beligerante con Otxandiano.

La portavoz de EH Bildu, Nerea Kortajarena, criticó aspectos del discurso de Pradales y defendió el de Otxandiano. Y el joven Joseba Díez Antxustegi, que se estrenaba en su portavocía jeltzale, estuvo acorde al estilo que en los últimos años se ha impulsado desde Sabin Etxea.

Jon Hernández, único parlamentario de Sumar, tuvo una intervención clásica de la izquierda que representa, como las que hacía en la legislatura pasada cuando dentro del grupo de Elkarrekin Podemos hablaba en nombre de Ezker Anitza-IU.

Javier de Andrés, del PP, demostró que su partido ha ganado en calidad de portavoz con respecto a su antecesor, Carlos Iturgaiz. Contradijo la idea fijada en el pacto de Gobierno de PNV y PSE, y asumida también por una mayoría de la Cámara, de que más autogobierno es más bienestar, asegurando que las cifras del actual Gobierno de Lakua demuestran que no es así.

Se abrió ayer de esta forma una legislatura que ya puede decirse que no arrancará de verdad hasta bien entrado el mes de septiembre.