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La ultraderecha vence en el Estado francés y la izquierda emerge como único antídoto posible

La llamada de emergencia de Macron y el aumento de la participación no han frenado a la ultraderecha; RN ha ganado con suficiencia la primera vuelta de las legislativas en el Estado francés y solo la alianza de izquierdas del Nuevo Frente Popular podría desbancarle en siete días.


La primera vuelta de las decisivas elecciones a la Asamblea Nacional francesa han confirmado los temores de una clara victoria de la ultraderecha: la Agrupación Nacional de Le Pen (RN) ha continuado la tendencia de las europeas alcanzando cotas cercanas al 33,15% con el escrutinio ya muy avanzado. Ello supone duplicar casi el porcentaje que tuvo en la primera vuelta de 2022.

La única opción de evitar que Jordan Bardella se convierta en el primer jefe de gobierno de extrema derecha pasa por la alianza de izquierdas. El Nuevo Frente Popular aflora como único antídoto posible tras haber alcanzado porcentajes de en torno al 28% en esta primera fase. Son cinco puntos más de los que tuvo Nupes hace dos años.

El hundimiento de las candidaturas nucleadas en torno al presidente de la República es la tercera noticia de la jornada, aunque en realidad bastante prevista de antemano. La apuesta de Macron por este adelanto se ha traducido en altos índices de participación pero no ha servido ni para frenar a la ultraderecha ni para revitalizarle a él mismo, que queda muy tocado en El Eliseo. Queda en cotas del 21%. Ensemble partía de un 25,8% en la anterior elección a la Asamblea Nacional.

Todo ello ha ocurrido con una participación histórica del 67,5%, casi veinte puntos más que hace dos años, lo que da más contundencia al resultado y menos opciones de vuelco el próximo 7 de julio.

Le Pen pisa el acelerador

Marine Le Pen no ha esperado ni unos minutos después de las 20.00 para reclamar otro empujón en la segunda vuelta del próximo domingo, desde unas sedes ultras en las que se había posado con champán ya antes de cerrar las urnas.

«No hay nada más normal que la alternancia política. Para ello necesitamos una mayoría absoluta», ha declarado Le Pen, eelegida diputada en su circunscripción de Pas de Calais (aunque no vive allí) en el primer turno gracias a su amplia mayoría.

«Nada está ganado de antemano. El segundo turno será determinante para evitar que el país no caiga en las manos de la Nupes [en alusión al Nuevo Frente Popular], que es de extrema izquierda y tiene tendencias violentas», ha afirmado.

Una mayoría absoluta de Bardella, afirma Le Pen, contribuirá al «restablecimiento de la unidad y de la concordia nacional», lejos de «amedrentar y asustar». Para ello ha intentado aseverar que «los derechos de las personas están garantizados y, en cuanto esa posible, otros derechos nuevos se crearán».

LFI y PS, dispuestos a ceder donde sean terceros

Los líderes de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, y del Partido Socialista, Olivier Faure, han anunciado por su parte que retirarán sus candidaturas en la segunda vuelta en las circunscripciones en los que haya riesgo de una victoria de RN y las listas del Nuevo Frente Popular sean terceras.

«Nuestras instrucciones son sencillas: ni un puesto más para Agrupación Nacional», ha afirmado Mélenchon en una comparecencia ante sus simpatizantes.

Faure, por su parte, ha asegurado que «retiraremos a nuestros candidatos si existe riesgo de victoria de la Agrupación Nacional». «Estamos ante un resultado histórico que nos obliga. Por primera vez, la extrema derecha puede gobernar», ha advertido en declaraciones a TF1.

Macron, más ambiguo

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha reaccionado al resultado pidiendo «una unión amplia claramente democrática y republicana» frente a la extrema derecha en la segunda vuelta.

«Frente a la Agrupación Nacional (RN, siglas en francés), es hora de una amplia unión claramente democrática y republicana para la segunda vuelta», ha dicho el inquilino de El Eliseo en una declaración enviada a la agencia AFP.

Las palabras de Macron se interpretan como una consigna para que los candidatos que se hayan clasificado en tercera posición en las diferentes circunscripciones pidan el voto para evitar el triunfo de la ultraderecha, aunque no sea tan explícita como la de Mélenchon y Faure.

«La participación elevada en la primera vuelta muestra la importancia de esta elección para todos nuestros compatriotas y la voluntad de clarificar la situación política. La democracia nos compromete a ello», ha dicho el presidente francés.

Por su parte, Los Republicanos, heredero del sector conservador gaullista francés que ha obtenido el 10,2%, ha publicado un comunicado en el que no da instrucciones de voto para la segunda vuelta. «La próxima semana es crucial. Invitamos solemnemente a todos aquellos que se niegan a ser los rehenes de una elección obligada a dar su voto a los candidatos de Los Republicanos presentes en la segunda vuelta. Donde no estamos presentes en la segunda vuelta, considerando que los electores son libres en su elección, no damos instrucciones nacionales y dejamos que los franceses se expresen en conciencia», ha expuesto.

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