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Tres corzos se ceban con Euskaltel-Euskadi: tiran a Juaristi y saltan sobre el coche del equipo

La octava etapa estuvo marcada por el inicio del intento de remontar a Ben O'Connor. Sin embargo, la naturaleza también reclamó su cuota de protagonismo, con tres corzos saltando sobre el pelotón y el coche de Euskaltel-Euskadi. Pello Olaberria, al volante, lo ha contado en NAIZ.

Txomin Juaristi, en el suelo, tras ser golpeado por un ciervo. (RTVE)

El pelotón avanzaba a toda velocidad cuando se acercaban los kilómetros finales de la octava etapa de la Vuelta. «Caída en el pelotón», se escucha en la retransmisión televisiva. La moto que sigue al gran grupo se encuentra en el suelo a Giulio Ciccone y al vizcaino Txomin Juaristi. Nada fuera de lo común, una de las muchas caídas.

Sin embargo, después se supo que no era una más. La caída la provocaron tres corzos que se abalanzaron sobre los ciclistas. Así lo contaba Esteban Peña, mécanico del UAE.

Pello Olaberria, director deportivo de Euskaltel-Euskadi dio más detalles sobre los cinco minutos que vivieron desde dentro del coche. «No me lo podía creer, parecía una broma».

Juaristi fue atendido por coche médico, sin lesiones de gravedad. Pero cuando estaba siendo atendido otro corzo saltó por encima del vehículo de la organización y a punto estuvo de volver a golpear al ciclista vasco.

Sin embargo, el «ataque coordinado» no terminó ahí. Un tercer ciervo saltó por encima del coche del equipo vasco, quedando atrapado entre las bicis y rompiendo mucho material. Así lo ha explicado Olaberria a NAIZ. «Fue un poco increíble. Txomin se cayó, no sabíamos por qué. Se levantó, lo cogió el coche médico y poco a poco fue hacia adelante mientras le hacía las curas. Yo iba detrás y de pronto otro corzo saltó por encima del coche médico, fue un salto impresionante, todavía lo estoy viendo. Pasó a Txomin y al coche por encima. Ahí tuvimos suerte».

Y acto seguido, Olaberria vio un segundo corzo acercándose a la carretera por la izquierda. «Intentó pasarnos por encima, pero nosotros llevamos bicicletas encima y quedó atrapado. Paré el coche y empezó a patadas con las bicicletas, tirando una al suelo y, entonces sí, huyó». Eso sí, dejando como víctimas un cuadro y una maneta.