El Govern nombra a Trapero director de los Mossos y cesa a Sallent para abrir una «nueva etapa»
La titular del Departamento de Interior, Núria Parlon, desvincula el cese de Eduard Sallent como comisario jefe de los Mossos con la crisis abierta en el cuerpo a raíz del operativo con el que buscaban arrestar a Carles Puigdemont tras su fugaz reaparición en Barcelona.
La consellera de Interior, Núria Parlon, ha confirmado el nombramiento de Josep Lluís Trapero como nuevo director general de los Mossos d'Esquadra y ha remodelado la jefatura del cuerpo, con la destitución del hasta ahora comisario jefe, Eduard Sallent, que será sustituido por Miquel Esquius.
En su primera rueda de prensa como consellera, Parlon ha anunciado la destitución de Sallent, cuya imagen quedó tocada a raíz de lo ocurrido tras la fugaz aparición de Carles Puigdemont en Barcelona, y de su número dos, la comisaria Rosa Bosch, que será sustituida como subjefa en la Prefectura por Alicia Moriana.
Como estaba previsto –ya que lo anunció el presidente Salvador Illa en la campaña electoral–, el mayor Josep Lluís Trapero dejará temporalmente el cuerpo policial, mediante una excedencia en comisión de servicios especiales, para asumir el cargo político de director de los Mossos, un cargo para el que será nombrado oficialmente este martes en la reunión semanal del Govern.
Parlon ha desvinculado la destitución de Sallent –un comisario que no tiene una buena sintonía con Trapero–, de los «errores» en el dispositivo para detener a Puigdemont y ha insistido en que es una decisión que ha hablado en los últimos días con el nuevo director de los Mossos con el objetivo de abrir una «nueva etapa» en la Policía catalana.
«Se ha agotado una etapa, se abre un nuevo tiempo», ha destacado Parlon, que ha agradecido la labor de Sallent y Bosch –todavía no se ha decidido su nuevo destino–, y ha insistido en la necesidad de tener «nuevos liderazgos» y «nuevas formas de organizar» la estructura de mando policial para «revertir» la «percepción de inseguridad ciudadana y la inseguridad en el conjunto de Catalunya».
De Miquel Esquius, que ya lideró los Mossos durante un año tras la etapa del 155, entre julio de 2018 y junio de 2019, cuando fue relevado precisamente por Sallent, Parlon ha afirmado que espera que impregne al cuerpo con un liderazgo «conciliador e integrador».
Según Parlon, Esquius es un servidor público con un «alto conocimiento» del cuerpo de los Mossos, y además genera confianza en las instituciones y tiene «muy buena relación» con la judicatura, la Fiscalía, los entes locales y los cuerpos estatales.
Asimismo, Parlon ha indicado que el hecho de que Trapero haya sido policía hasta su nombramiento como director de los Mossos –cargo en el que releva a Pere Ferrer–, no debe «interferir» en «ningún caso» en la «independencia» con la que actuará la nueva jefatura del cuerpo, ya que son los mandos uniformados los encargados de los operativos y de comandar al cuerpo.
En cualquier caso, Parlon ha anunciado que tras el nombramiento de Esquius y Moriana –la comisaria que disputó a Sallent la nueva plaza de mayor, en un proceso que está impugnado en los tribunales–, no prevé hacer más «grandes cambios» en la estructura de mando de los Mossos.
Asimismo, Parlon ha anunciado que el Govern nombrará este martes como secretario general de Interior a Tomàs Carrión, a quien conoce de su etapa como alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), donde ha ejercido como director de servicios, con una trayectoria enfocada en la «gestión pública» y con competencias en el ámbito de la policía local y el medio ambiente.
Tres agentes suspendidos
Por otro lado, la dirección general de la policía catalana ha acordado suspender de empleo y sueldo de forma cautelar a los tres agentes que fueron detenidos por supuestamente ayudar a Puigdemont a escabullirse entre el gentío en Barcelona.
En el informe que remitieron al Tribunal Supremo sobre el dispositivo fallido para arrestar a Puigdemont, los Mossos admiten que la «maniobra de distracción» del expresident catalán, en un movimiento que «escapa a toda lógica racional o política», les sumió en una situación de «confusión» e «incertidumbre» que impidió detenerle.