Grossi ve «extremadamente grave» que haya combates «tan cerca» de la central nuclear de Kursk
«Una central nuclear de este tipo tan cerca de un punto de contacto o frente militar es algo extremadamente grave», ha señalado el jede de la AIEA en su visita a la planta nuclear de Kursk, cercana a los combates entre Rusia y Ucrania.
El director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el argentino Rafael Grossi, ha advertido este martes, durante una visita a la central nuclear de Kursk, del riesgo que supone que los combates entre Ucrania y Rusia estén «tan cerca» de la planta.
«Una central nuclear de este tipo tan cerca de un punto de contacto o frente militar es algo extremadamente grave», ha señalado, durante un viaje a la región fronteriza rusa de Kursk, donde las tropas ucranianas lanzaron una sorpresiva incursión hace tres semanas.
El funcionario argentino ha llamado la atención de la comunidad internacional tras inspeccionar el reactor –del que ha dicho que está muy expuesto a un posible ataque– y la sala de control de la planta, situada a unos 70 kilómetros de la frontera con Ucrania y a apenas medio centenar de kilómetros de los combates.
«Bajo ninguna circunstancia debe ser atacada una central nuclear», ha subrayado, y ha llamado a todas las partes a tomar las necesarias medidas de prevención.
Ha considerado una exageración comparar las centrales de Kursk con la de Chernobil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia, pero sí ha admitido que sus reactores son de la misma clase.
Al respecto, ha destacado que la central no cuenta con «las estructuras de defensa y contención de otras plantas más modernas» y que «el núcleo del reactor está protegido por un tejado normal», lo que le convierte en «frágil» y «extremadamente expuesto» a un posible ataque.
«Efectivamente, en caso de impacto, de acción externa sobre la zona activa de ese reactor, ocurrirá un incidente nuclear, posiblemente, con fuga radiactiva», ha señalado.
Grossi se ha negado a señalar culpables de la actual situación, pero ha subrayado que los combates están «a unos pocos kilómetros» y que las consecuencias de un ataque contra la planta sería «extremadamente graves».
El jefe de la AIEA ha llegado a la central justo tres semanas después del inicio de la incursión fronteriza ucraniana en la región de Kursk, que, según el Kremlin y la agencia nuclear rusa, Rosatom, amenaza la planta.
La AIEA informó el pasado jueves de que fragmentos de un dron fueron hallados a unos cien metros del almacén de combustible nuclear usado de la planta, sin precisar la procedencia de la aeronave, algo que Grossi ha podido comprobar in situ durante su visita.
Clave para Zelenski
Las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan con sus intentos de avanzar en la región de Kursk, según ha informado este martes el Ministerio de Defensa de Rusia, que destaca que en la pasada jornada fueron rechazados al menos once ataques en ese sector del frente.
Según el parte castrense ruso, publicado en Telegram, en esos ataques las fuerzas ucranianas sufrieron hasta 65 bajas, entre muertos y heridos, y ocho vehículos blindados de combate fueron destruidos.
Defensa añade que siguen las operaciones de reconocimiento y búsqueda para identificar y destruir grupos de sabotaje enemigos en los bosques de la región de Kursk.
Por otro lado, el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, ha afirmado este martes que Estados Unidos ha perdido «lo que le quedaba de sentido común» al apoyar la ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk.
«El curso de la escalada de Washington se está volviendo cada vez más provocativo. Da la impresión de que nuestros colegas han perdido lo que les quedaba de sentido común y creen que todo está permitido. Su clientela en Kiev tiene un punto de vista similar», ha afirmado el diplomático, citado por la agencia TASS.
Riabkov ha advertido de que las consecuencias para Washington pueden ser «mucho más graves».
Y es que la operación ucraniana en la región de Kursk es uno de los pilares de un plan para el fin de la guerra. El llamado «plan para la victoria» delineará, según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, las medidas de presión diplomática contra Rusia y el papel que desempeñaría Ucrania en la arquitectura de seguridad internacional, además de incluir un componente económico.
La iniciativa podría ser abordada en la cumbre internacional para poner fin a la guerra, que Kiev espera celebrar antes de final de año con la presencia de Rusia.
«¿Está la operación de Kursk relacionada con la segunda cumbre de paz? Sí, porque la operación de Kursk es uno de los puntos del plan de Ucrania para la victoria», ha dicho Zelenski sin dar más detalles durante una rueda de prensa con decenas de periodistas ucranianos y extranjeros celebrada este martes en Kiev.