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Líbano: un ataque sin precedentes

Una nueva oleada de explosiones ha sacudido Líbano este miércoles. Si hay un mensaje político, es para Estados Unidos: que se olviden de las negociaciones de paz. Lamentablemente, esta situación se puede convertir en una escalada masiva.

Funerales este miércoles en Beirut por los fallecidos en la oleada de explosiones del martes. (EUROPA PRESS)

Eran las 3.40 de la tarde cuando estaba en el café Rossa, en la calle Hamra, finalizando un artículo sobre el 42 aniversario de la masacre en los campos de refugiados de Sabra y Shatila contra los palestinos.

De pronto, la avenida comenzó a inundarse de ambulancias y las sirenas replicaban fuertemente la urgencia que requería.

A unos metros, el Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut se transformó en uno de los hospitales que recibió a centenares de heridos.

Desde ese instante todo el Líbano está en estado de alerta sanitaria y los equipos de respuesta a emergencias de la Defensa Civil libanesa trabajan sin cesar, al igual que el personal sanitario.

Desde el Ministerio de Salud del Líbano han pedido a todas las personas que se deshagan de estas radios.

Los estallidos del terror

Los buscapersonas podrían haber sido manipulados a lo largo de la cadena de suministro y ser «programados para explotar cuando se les ordene».

¿Cómo podría estallar un buscapersonas? Si la batería de litio se sobrecalentara, se desencadenaría un proceso llamado fuga térmica donde se produciría una reacción química en cadena que provocaría un aumento de la temperatura y finalmente, la violenta explosión de la batería.

Sin embargo, desencadenar esa reacción en cadena en múltiples dispositivos que nunca han estado conectados a Internet está lejos de ser sencillo.

Por ello, tendría que haber un error en el propio buscapersonas para que se sobrecaliente como, por ejemplo, a través de un código manipulado.

Las rutas de investigación sobre el ataque se dirigen desde aquí, directamente a Gold Apollo, la compañía taiwanesa que niega responsabilidades y señala que el modelo AR-924 de este aparato es producido y vendido por BAC Consulting KFT con sede en Hungría. La empresa madre se deslinda de toda responsabilidad, pero la clave podría estar en Budapest.

El efecto de la guerra psicológica: cuándo, cómo, dónde y con qué

Esta operación de los servicios secretos israelíes –que carece de antecedentes- se produce en pleno recrudecimiento de la guerra de desgaste con Israel y es una de las mayores brechas de seguridad de Hizbulah en sus cuatro décadas de historia.

Los dispositivos son un modelo reciente y se distribuyeron en los últimos meses. La milicia chií utiliza buscapersonas inalámbricos hace años, ya que los dispositivos de baja tecnología son menos susceptibles a la infiltración.

Los especialistas consideran que las causas de las explosiones pueden ser varias. Los buscapersonas habrían sido manipulados de forma remota hasta que se sobrecalentaron y luego estallaron.

Por su parte, el ex Ministro de Defensa libanés, Yacoub Sarraf, manifestó que no cree que la detonación de los buscapersonas haya sido un «ataque cibernético» –como se informó en un primer momento-, sino que afirmó que este tipo de artefactos tienen un código asignado por el fabricante y para que puedan ser detonados se requiere de la llamada Backdoor o puerta trasera, que permite acceder al dispositivo y dar instrucciones sobre cómo detonarlo. Sarraf llegó a la conclusión de que Israel recibió este código.

Otras fuentes consultadas señalan que los servicios de inteligencia israelíes tuvieron acceso a los dispositivos de comunicación antes de que fueran entregados a los miembros de Hizbulah insertando PETN -un material altamente explosivo- en las baterías de los dispositivos y los detonó a distancia elevando su temperatura. El peso de los explosivos supuestamente colocados en cada artefacto era inferior a 20 gramos.

¿Por qué estallaron en este momento?

Los buscapersonas habrían sido detonados antes de una guerra a gran escala con Hizbulah y la decisión se tomó después que miembros de la organización chií sospecharan que los dispositivos estaban manipulados y tenían trampas explosivas en su interior.

El plan original del Ejército israelí habría sido –según fuentes de inteligencia consultadas- hacer estallar los artefactos en caso de una guerra abierta para obtener una ventaja estratégica. Sin embargo, las sospechas apresuraron una ejecución prematura del plan.
 
Supuestamente la operación se mantuvo en secreto –incluso para Estados Unidos- y se produjo apenas un día después de que altos funcionarios de Washington instaran a los líderes israelíes a no intensificar el conflicto.

El ataque se produce en un momento en que Israel aumentó sus amenazas de intensificar la fuerza militar contra Hizbulah en un intento de detener los ataques transfronterizos en el norte de Israel y que han provocado una ola de ataques letales contra altos funcionarios del movimiento chiíta.

Es probable que Hizbulah, tras este ataque, realice una revisión integral de su aparato de seguridad interna, examinando dónde existen lagunas en su seguridad operativa e intentando reforzar la experiencia de sus miembros. Incluso podría haber una purga interna de infiltrados.

El ataque con los buscapersonas podría ser el inicio de una prolongada campaña militar.

Guerra híbrida, guerra abierta

Hassan Nasrallah, el líder de Hizbulah, afirma que no quiere una guerra total con Israel y ha dado a entender que su grupo sigue comprometido militarmente en nombre de los palestinos en Gaza.

Sin embargo, incluso cuando múltiples partes interesadas afirman que quieren evitar el conflicto armado, se puede repetir la guerra de julio de 2006: Hizbulah se ha vuelto exponencialmente más poderoso dieciocho años después de aquel conflicto de 34 días, posee armamento más avanzado, más hombres en armas y mayor legitimidad política no sólo en Líbano, sino en diferentes partes del mundo árabe.

Su arsenal contiene más de 150.000 cohetes, municiones guiadas de precisión y es uno de los actores no estatales más completos, mejor entrenados y con más recursos de la política global.

Sus combatientes están curtidos en batallas por sus despliegues de combate en Siria, donde trabajaron junto a la Guardia Revolucionaria de Irán y experimentaron con nuevas armas de alta tecnología.

La línea dura de ambos bandos puede considerar que les conviene intensificar la situación, mientras que los esfuerzos diplomáticos en curso resultan insuficientes y llegan demasiado tarde.

Si hay un mensaje político, es para Estados Unidos: que se olviden de las negociaciones de paz. Lamentablemente, esta situación se puede convertir es una escalada masiva, una declaración de guerra, donde la muerte indiscriminada y la mutilación de civiles –utilizando técnicas experimentales- es la regla.