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Cinco detenidos por incidentes en el Reale Arena en la grada de la afición del Anderlecht

Los ultras del equipo belga han destrozado una de las pantallas de metacrilato de proteción para lanzar objetos, en su mayoría, butacas que han arrancado de su sitio. Hay cinco detenidos; uno ya ha quedado libre.

Los hinchas del Anderlecht, en la grada protegida por una manpara que algunos de ellos agujerearon para arrojar las sillas. (Ander Gillenea | Foku)

El partido de la Liga Europa entre la Real y el Anderlecht belga en Anoeta se ha tenido que detener durante varios minutos en el primer tiempo por culpa de la violencia de la afición visitante, que ha roto una pantalla de seguridad y ha lanzado butacas a los seguidores vascos.

 

Según ha informado el Departamento de Interior de Lakua a Europa Press, como consecuencia de estos incidentes se ha detenido a tres individuos en la misma grada de aficionados belgas, en el interior del estadio, entre las ocho y las ocho y media de la tarde. Uno está acusado de desórdenes públicos, otro de atentado contra agentes de la autoridad, y un tercero por daños y resistencia a agentes de la autoridad.

Las otras dos personas han sido detenidas posteriormente en relación con los incidentes registrados en la grada visitante.

A primera hora de este viernes se ha sabido que ha quedado libre uno de los detenidos; los otros cuatro están a la espera de pasar a disposición judicial.

Los incidentes han ocurrido cerca de la media hora de encuentro, un poco antes del gol del empate de los belgas, y se han alargdo durante varios minutos. Los seguidores radicales del Anderlecht, unos 300 situados en torno a un perímetro de seguridad, han destrozado una de las pantallas de metacrilato para lanzar objetos, en su mayoría, butacas que han arrancado de su sitio.

El árbitro no ha parado el partido

La afición txuri-urdin situada en la grada inferior ha tenido que abandonar sus localidades y solicitar un cambio al club. El resto del estadio ha afeado a los ultras su actuación, con pitos durante esos minutos de tensión, hasta que finalmente ha actuado la Ertzaintza.

Ante la escalada de tensión, el colegiado rumano Barbu ha parado el partido por unos breves instantes, a pesar de que desde el banquillo realista se le ha insistido que no se reanudara el partido hasta que los incidentes cesaran del todo, algo a lo que el árbirto no ha accedido.

Por su parte, la Ertzaintza ha entrado en la grada visitante (lo que no ocurrió el año anterior ante el Benfica), propinando algunos porrazos y quedándose allí de modo disuasorio.

 

Los jugadores del Anderlecht Colin Coosemans y Theo Leoni han acudido a la esquina donde estaban sus seguidores para pedir calma y el encuentro se ha reanudado. Los radicales del Anderlecht ya habían dejado su sello en los aledaños de Anoeta, antes del partido, y por las calles de Donostia, con bengalas y una alta excitación previa al duelo.

Indignación txuri-urdin

La derrota ha resultado doblemente hiriente, por lo deportivo, pero sobre todo, por los incidentes registrados, que han sacado a los de Imanol del partido. Nada más terminar el mismo, Mikel Oyarzabal ha ejercido de capitán aún en caliente se ha mostrado muy molesto por la actuación de la UEFA  y ha considerado que el organismo europeo «tiene que dar un paso adelante» en estos casos.

El eibartarra se ha referido, en declaraciones en la zona mixta, al lanzamiento de objetos, entre ellos asientos, de ultras belgas hacia las localidades inferiores, que corresponden a la grada familiar de Anoeta. Ha lamentado que aficionados que acuden al campo a ver a su equipo se tengan que marchar a casa «porque cuatro imbéciles están lanzando cosas», algo que «no se debe permitir».

El capitán ha explicado que los jugadores llevaban varios minutos pidiendo al director del partido de la UEFA que se detuviera el encuentro, ya que incluso algunos de los objetos arrojados han caído sobre el césped, pero «la UEFA no ha hecho nada».

«Es un mensaje claro a la UEFA», ya que, al, final, «por no dar un paso adelante en una situación tan clara, les han sacado los colores», ha añadido Oyarzabal.

El capitán ha defendido que se tenían que haber tomado decisiones en el momento, porque a la Real y a su afición, las medidas que se adopten tras estos incidentes, ya no les servirán de nada. Tras el partido, Oyarzabal, junto con otros jugadores de la Real, se han dirigido a los jugadores del Anderlecht que estaban aplaudiendo a los ultras para afearles su conducta.

Imanol Alguacil, por su parte, ha denunciado lo vivido, y lo ha tildado de «triste y vergonzoso», además de ser «un tema serio que hay que tratar de alguna manera».

Preguntado en rueda de prensa sobre si el equipo se ha planteado detener el transcurso del encuentro, Alguacil ha sido sincero: «No soy quién para parar el partido, más sin saber lo que ha sucedido. Evidentemente, si corría peligro nuestra afición, entiendo que se debería haber parado».

«Soy consciente de que hoy mucha gente no ha venido a ver el partido por miedo. Estábamos advertidos y no sé quién, pero tienen que cortar y dejar de vender entradas a esta gente», ha subrayado tajante el técnico. Ha anticipado que el club solicitará una reunión a la UEFA para valorar la situación, dado que aún quedan tres partidos en casa en esta primera fase y ante clubes que tienen hinchadas radicales (la del Ajax, sin ir más lejos, está hermanada con la del Anderlecht).

En cuanto al partido, el técnico txuri urdin ha valorado que «el equipo no ha hecho su mejor partido. El gol encajado nos ha hecho mucho daño, y de ahí se han dado varias situaciones en las que nos hemos ido del partido».

Preocupado por la actuación de alguno de sus futbolistas por «no haber disfrutado del todo en el partido», Alguacil ha destacado estar «contento» con la reacción del equipo en el segundo tiempo, aunque ha reconocido que «luego el equipo se ha dejado llevar».

Goia critica las decisiones de Lakua

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, se ha declarado indignado por todo lo ocurrido. Y entre los motivos de disconformidad ha incluido las decisiones del Gobierno de Lakua que condicionaron la vida ciudadana en la tarde del jueves, puesto que se acabó cerrando al tráfico todo el barrio de Amara para permitir el paso de los hinchas que se habían reunido en pleno centro de la ciudad, en Alderdi Eder.

Goia ha dicho que hablará con el Departamento de Seguridad para intentar que no vuelva a ocurrir lo mismo, y ha planteado que estas aficiones «que no pintan nada aquí» sean obligadas a reunirse lejos del casco urbano.