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Hinchas del Newcastle, en contra del «sportwashing»

El 7 de octubre de 2021, una marabunta de aficionados del Newcastle se arremolinaba entorno al estadio de St. Jame's Park para celebrar la llegada de los nuevos dueños. El príncipe saudí Mohamed bin Salmán y su patrimonio de 350.000 millones de euros convertían al club inglés en «nuevos ricos»...

Manifestantes sostienen fotografías de detenidos saudíes antes del amistoso entre Arabia Saudí y Costa Rica en St. Jame’s Park el pasado 8 de septiembre. (Oli SCARFF | AFP)

Según Amnistía Internacional, el «sportswashing» se basa en organizar grandes eventos deportivos, comprar equipos de fútbol, atraer a grandes estrellas… con una clara intención: blanquear la imagen de ciertos países donde no se respetan los derechos humanos.

Hasta la fecha, estos colonizadores deportivos han organizado carreras de F1, finales de campeonatos relacionados con La Liga y el Calcio italiano, incluso torneos de golf. Para que participen en sus "chiringuitos" privados, también han comprado a numerosas estrellas del deporte (que por supuesto han vendido sus ideales), como Neymar Jr., Cristiano Ronaldo y, más recientemente, el golfista vizcaíno Jon Rahm, que es muy simpático y muy del Athletic, pero que también ha elegido su bolsillo por encima de los derechos humanos.

Todo parece idílico, edulcorado desde algunos medios de comunicación, hasta que se le da la vuelta y se le ven las costuras a sus proyectos. Desde latigazos en pleno estadio por parte del «dueño de un club», a un jugador, al perder una final, hasta el encarcelamiento y ejecución de disidentes del régimen saudí. Lo decían los Narco en una canción: «Aquí hay gente buena y mala, ahora, si nos ven y nos dejan…».

Pero allá donde haya una injusticia siempre habrá personas valientes dispuestas a combatirlas.

Este es el caso de NUFCFAS (Newcastle United Fans Against Sportswashing), un grupo de hinchas del equipo de las «urracas» que se niega a permanecer de brazos cruzados mientras utilizan sus colores para «manchar la pelota», que diría aquel.

Para ahondar un poco más en este interesante, y necesario, proyecto, quedamos con John Andrew Hird, oriundo de Gateshead, Newcastle, que desde hace más de dos décadas se encuentra afincado en Gasteiz.

Hijo de una familia de mineros y sindicalistas, en su casa siempre hubo dos cosas sagradas: el Newcastle y la política. En lo segundo se involucró de tal manera que, cuando rozaba la mayoría de edad, se mudó a Londres para ejercer como presidente de Militant Tendency, un grupo de jóvenes socialistas que luchaba en favor de los derechos de la juventud británica, como presidente nacional de las Juventudes Socialistas del Partido Laborista, dirigidas por la Militant Tendency, grupo trotskista que lideró la oposición a Margaret Thatcher en los años 80, especialmente en Liverpool, donde controlaban el ayuntamiento.

Tras varias décadas aportando a la causa de la «izquierda revolucionaria» encontró, en la llegada de los nuevos dueños, un motivo más por el que luchar, salvar y recuperar otro de sus pilares, el Newcastle United Football Club.

La salida del anterior dueño y la llegada del nuevo

Durante década y media el anterior director de los «magpies», Mike Ashley, multimillonario y dueño de la cadena deportiva Sports Direct, se dedicó a explotar a sus trabajadores, utilizando el propio Newcastle para sus intereses privados, hasta el punto de dejar que se hundiese en varias ocasiones. Esta nefasta gestión hizo que su marcha supusiera, en gran medida, un alivio para la gran mayoría de los hinchas, sobre todo para los que no eran conscientes de las bases en las que se iba a fundamentar el nuevo proyecto.

Según relata John, desde que llegaron los nuevos dueños el club ha cambiado de manera considerable y, como consecuencia, también lo ha hecho la región. Los fans están muy contentos porque, después de varias décadas, han vuelto a jugar en Europa y han puesto el nombre de la ciudad en el «mapa futbolístico», pero también ha influido en el Ayuntamiento de Newcastle, incluso en el Parlamento Británico.

«Además del pacto de silencio por parte de las autoridades y el estado saudí, respecto a la vulneración de derechos básicos de sus ciudadanos, hemos detectado que, el propio ayuntamiento de la ciudad, no solo les ha puesto la alfombra roja para que les entren por los ojos a la afición y a los ciudadanos, sino que también les ha aportado ideas para que su imagen sea más amable entre los "Geordies". Tenemos pruebas de que el Ayuntamiento, en lugar de desarrollar sus propias políticas inclusivas, le ha propuesto a la dirección del club que done 30M de euros para destinarlos a pagar la alimentación de los menores en situación de vulnerabilidad, esto es realmente lamentable. Están lavando la cara a una dictadura que está estableciendo un sistema moderno de esclavitud», explica John Andrew Hird.

Sus objetivos son claros

Para intentar revertir la situación, el grupo NUFAS ha realizado fanzines, protestas en el estadio, han enviado cartas a familiares de presos saudíes, asistido a conferencias, organizado charlas, se han coordinado con políticos, incluso han apoyado a aficionados de otros clubes para resistir contra la adquisición petrolera.

Movimiento Free Salma

«Desde el principio hemos trabajado con grupos en pro de los derechos humanos sauditas, European Saudi Rights Organization y RQST. Intentamos compartir los casos de las personas que están en peligro de ser ejecutadas y los damos a conocer entre la población y los fans del NUFC, como es el caso de Salma. Queremos hacerla visible a través del partido del Sheffield United, que también tiene dueños saudíes», señala John Andrew Hird.

«El objetivo es pedir la liberación de los y las presas en Arabia Saudí y hacer públicos todos estos casos, buscar ayuda y, finalmente, que los actuales dueños abandonen el Newcastle», añade.

La grada

«En la grada hay varias vertientes, los que están encantados de ser nuevos ricos, los indiferentes, los que están en contra del régimen saudita y los que están a favor de los DDHH, pero asumen el nuevo devenir de la Premier League», subraya.

«El fútbol que, como la vida, está llena de contradicciones, tuvo uno de esos momentos surrealistas, entre la hinchada, cuando el Newcastle ganó 1-0 al Arsenal. La gente se puso a corear, orgullosa, un estribillo que decía "uno cero para los chicos saudíes" con la melodía de una famosa canción de The Pet Shop Boys en favor de la comunidad LGTBIQ+, colectivo, precisamente, criminalizado y perseguido en el país árabe», relata.

Como solución a la «pandemia capitalista» que azota el fútbol moderno, el grupo de John defiende un sistema de dirección, para los clubes, como el de la Bundesliga (50+1), que defiende un mínimo del 51% de las acciones para los aficionados, o el de Osasuna, FC Barcelona o Athletic Club, en el que los socios tienen voz y voto en diferentes ámbitos y toma de decisiones.

Otro de los problemas actuales es el egocentrismo, la falta de autoestima y el profundo primer plano en el que vivimos y del que no queremos salir, ni mucho menos interesarnos por el resto.

A todas esas personas que solo van a ver el fútbol, ojo que es muy lícito y respetable, les recalco el poema de Martin Niemöller que decía, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, que fueron a por todos los colectivos y, como no eran el suyo, no dijo nada, hasta que fueron a por él y no quedaba nadie para ayudarle.

Cada uno que decida sobre sus compromisos y causas, pero que a ningún hincha se le olvide que, mañana, el equipo robado puede ser el suyo.