Alazne Pascua y Leire Murguialday

Aborto legal, seguro y gratuito

Mujeres que, tras una emergencia obstétrica, débiles y muchas gravemente heridas, se despiertan en el hospital entre policías y médicos, entre palabras sucias e interrogatorios que las culpabilizan, con las manos atadas

Y también llega a Euskal Herria. Es por eso que diferentes colectivos feministas de Euskal Herria llaman a la movilización, porque nosotras también abortamos. Desde Euskal Herria, este año, queremos mandar toda la unión y fuerza a todas las mujeres y personas gestantes del mundo que todavía no tienen derecho a decidir sobre sus propios cuerpos. Porque el aborto no debería de ser una opción, sino un derecho. Y a día de hoy, todavía, hay muchos países en los que no es un derecho, y en otros, como en El Salvador, en los que ni siquiera hay opción.

Evelyn, 30 años; Teresa, 40; Mirna, 12; Carmen, 25; Maira, 15; Marina, 35; Teodora, Alba, Cinthia, María… 30 años.

Estos son los nombres de algunas de «las 17» y más. Mujeres salvadoreñas que han sido condenadas a esa cantidad de años. De 12 a 40 años de condena. Por un parto extrahospitalario. Todas ellas son mujeres de bajos recursos económicos, víctimas de la violencia sexual y sistemática de un Estado heteropatriarcal. Mujeres que, tras una emergencia obstétrica, débiles y muchas gravemente heridas, se despiertan en el hospital entre policías y médicos, entre palabras sucias e interrogatorios que las culpabilizan, con las manos atadas; para después ser criminalizadas ante los y las jueces como homicidas, como asesinas. Juicio, y condena.

El Salvador es uno de los pocos países que tiene totalmente penalizado el aborto de manera absoluta. Incluso en casos de violaciones o malformaciones. Incluso si corre riesgo las vidas y la salud de las personas gestantes. En la actualidad hay más de 17 mujeres privadas de libertad.

Era julio del 2017 cuando fuimos a El Salvador. Allí asistimos al juicio de Evelyn, una joven que, tras ser violada y tener un aborto, fue criminalizada por la ‘in’justicia y condenada, delante nuestra, después de más de un año en prisión, a 30 años de cárcel. A Evelyn, como a las demás, le robaron su libertad y se le vulneraron los derechos humanos. Y los violadores siguen libres.

Otro de los casos muy sonados ha sido el de Imelda. Una joven que, en este caso, era violada por su padrastro de 70 años desde los 12. Imelda sufrió una emergencia obstétrica en 2017 y tras un parto extrahospitalario, se desmayó. En el hospital la acusaron de haberse practicado un aborto, a pesar de que, en este caso, el bebé sobrevivió. Imelda, con tan sólo 20 años, ha estado en prisión y se enfrentaba a una pena de hasta 20 años por homicidio agravado en grado de tentativa.

Marina, 11 años; Kenia, 6 años; Sara, 7 años; Glenda, 7 años; Karen, 2 años; Ana, 6 años; Elsy, 7 años; Jackeline, 7 años; Liliana, 3 años; Silvia, 6 años; Maritza, 11 años; Cindy, 4 años; María del Rosario, 9 años.

Estos son los nombres de las mujeres que aún quedan en prisión junto a los años de condena que todavía les queda. No podemos permitir que se siga criminalizando y se sigan vulnerando los derechos de las mujeres*, sean del país que sean. Por eso hoy, mañana y cada día pedimos justicia. Mientras las instituciones del Estado heteropatriarcal y de la Iglesia siguen violando nuestros derechos y robándonos nuestras vidas, gracias a la lucha del movimiento feminista y a la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador, tanto Evelyn como muchas otras mujeres, Imelda, Teodora, Verónica, Maira… están actualmente en libertad. Aunque la ‘in’justicia salvadoreña sigue vulnerando los derechos y las sigue criminalizando, ahí está la fuerza, y van para delante, y vamos con ellas. Por eso hoy, mañana y cada día seguiremos unidas, uniendo nuestras fuerzas y luchas con el movimiento feminista de El Salvador, Latinoamérica y de todo el mundo, hasta que todas y cada una de ellas recupere su libertad.

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