Algunos apuntes sobre el llamado «laborismo azul»
Sirva de ejemplo, David Goodhart, muy crítico siempre con la inmigración y que en 2017 publicó su libro: "The Road to Somewhere", base del pensamiento laborista azul posterior al Brexit.
Desde el referéndum del Brexit, los seguidores del laborismo azul (blue labour), un grupo de defensa asociado con el Partido Laborista que promueve ideas conservadoras, han aceptado gran parte del análisis de la extrema derecha. Representados por personas como Paul Embery y Adrian Pabst, han adoptado el lenguaje y la terminología de la ultraderecha a un ritmo alarmante.
Es importante destacar que los seguidores de este movimiento han construido a lo largo del tiempo una idea fundamentada en la siguiente división binaria absolutamente maniquea: la hiperglobalización neoliberal o un nacionalismo patriótico supuestamente defensor de lo que consideran como valores británicos. Negando con ello la posibilidad de diferentes tipos de organización a nivel nacional e internacional.
La crisis financiera de 2007-2008 mostró que el laborismo y sus seguidores europeos de la tercera vía se habían equivocado tanto en la economía como en la sostenibilidad del capitalismo moderno. De esta forma se puso en duda su aceptación incondicional de la globalización neoliberal por ciertos sectores de la sociedad.
Desde entonces, la derecha nacionalista se ha reforzado y crecido en distintos países, dando forma a políticas en torno a cuestiones como la nación, cultura e identidad contra la globalización desenfrenada. Claro ejemplo de ellos son Donald Trump, Nigel Farage, Viktor Orban o Marine Le Pen, por citar algunos. Lo sorprendente es que miembros destacados de la izquierda hayan moldeado sus críticas dentro de este marco nacionalista.
A partir de 2010, el movimiento laborista azul iniciado por Maurice Glasman y con integrantes destacados como el pensador John Milbank, ideólogo a su vez del grupo Ortodoxia Radical, corriente filosófica, teológica y política de carácter antimoderno, afirmó que las comunidades tradicionales de la clase trabajadora habían sido ignoradas por el cosmopolitismo de moda del nuevo laborismo y que este había prestado demasiada atención al feminismo y al multiculturalismo pisoteando con ello las supuestas sensibilidades culturales conservadoras de la clase trabajadora tradicional.
La oleada de interés inicial dentro del laborismo se desvaneció. Sin embargo, el debate sobre el Brexit, con su enfoque en la soberanía nacional, dio un renovado atractivo a los laboristas azules mucho más allá del Partido Laborista.
Sirva de ejemplo, David Goodhart, muy crítico siempre con la inmigración y que en 2017 publicó su libro: "The Road to Somewhere", base del pensamiento laborista azul posterior al Brexit. Entre otras cosas, en este libro Goodhart defiende que la falta de trabajo para la clase trabajadora blanca y el declive de un sentido compartido de comunidad es causado por la inmigración.
Finalmente, podemos citar a autores como Matthew Goodwin, crítico inicial de la derecha del UKIP, hoy en día miembro destacado de esta corriente ultranacionalista o Eric Kaufmann, quien con sus argumentos supuestamente demográficos y culturales justifica las políticas de inmigración basadas en criterios raciales.
Todos ellos, más allá de sus discursos grandilocuentes y reaccionarios basados en el miedo al y a lo diferente, ignoran conscientemente e intentan minimizar distintas realidades como la ecología y cambio climático, terrorismo y seguridad, la revolución digital y la economía.