Josu Imanol Unanue Astoreka
Persona viviendo con el VIH/SIDA

Aún vivimos con VIH/SIDA

Cuando un día pasa sin pena ni gloria y los verdaderos protagonistas callan, algo no funciona. Quienes vivimos con el VIH/SIDA, sabemos que nuestra situación ha cambiado, pero no al ritmo que algunos dicen, ni se han logrado los objetivos que se marcan todos los años, puesto que la visión global de la pandemia y sus efectos sobre todo en los colectivos más discriminados o en países en vías de desarrollo, sigue siendo mala.

Me quedo con los titulares del día, que pensaba superados hace tiempo; uniendo colectivos de personas con Sida con consumo de drogas, las que hablan de comportamientos inadecuados o «corregibles», la futura muerte, las de datos fríos y mapas de colores donde en vez de reflejar la injusticia de padecerlo en uno u otro país o de tener menos recursos, se dan datos como si el ser portador del VIH fuera una opción voluntaria e inconsciente, cuando no, merecida.

Seguimos con errores del pasado y nadie asume su responsabilidad por la situación creada. Los datos solo indican quiénes vivimos con el VIH/SIDA, no citan las campañas contra el uso del preservativo, la carencia de medios para evitar la progresión del VIH y sus consecuencias, las desigualdades sociales que lo impulsaron o el daño que nos hace ser invisibles e individualistas, en esta sociedad cada día más extraña y conservadora.

La supuesta sociedad «sana», esta mas enferma que nunca, puesto que no solo, no nos ha permitido tener protagonismo en un día tan señalado para nosotros, sino que incluso intenta no visibilizar el problema, somos miles en Euskalerria, millones en el resto del mundo, y pocos, muy pocos no habrán tenido NADA que ver con la pandemia.

Aunque evitemos reconocerlo, somos cercanos y vivimos en esta misma sociedad. Muchos cambios actuales en comportamiento, pensamiento, en la solidaridad… son reflejo de lo que supuso luchar intensamente en unos pocos años contra la discriminación, por el derecho a la vida y muerte digna, por los tratamientos, la prevención, las relaciones afectivas, el derecho de todo ciudadano sea de donde sea a tener el mismo trato. Años en los que fuimos muy conocidos por nuestra militancia y compromiso. Muchos de mis compañeros fallecieron sin dar un paso atrás y literalmente luchando.

Nuestro colectivo puso en pocos años a esta sociedad en pie y con la conciencia suficiente para luchar contra un virus, que nos marcó a todos. De ahí, la importancia de recordar lo vivido y andado y no insistir en los errores de ningunear la evidencia. El mismo lazo rojo, hoy en día replicado en mil colores y significados, fue el primer símbolo utilizado como tal contra una pandemia y es un símbolo de lucha que difícilmente será reemplazado.

Escribo este documento el mismo Día Mundial de Lucha contra el Sida, puesto que de no hacerlo me daría vergüenza pasear y perderme en la «normalidad» de una sociedad pasiva y sin memoria. Pese a que a muchos les extrañe, seguimos siendo los mismos que dimos la cara y quisimos humanizar el problema, quienes visitamos Sidatorios y pedimos que desaparecieran, quisimos viajar y traspasar fronteras que nos negaban hacerlo, luchamos contra el tráfico de drogas, denunciamos a los narcotraficantes y pedimos la legalización las mismas, Defendimos sin rubor la libertad sexual, peleamos por la Muerte Digna y quisimos tener hijos e hijas sanos, entramos en cárceles para crear grupos de auto-apoyo, nos organizamos para cuidar a quienes no padecían nuestra situación, organizamos encuentros de personas con VIH/SIDA…

Aun así y todo, me ha tocado ver pocos lazos rojos. Y esta noche, algunos, pondremos como desde hace más de 25 años, flores y la sabana con lazo rojo a Taraska de Bermeo para recordar a los fallecidos, el compromiso con la lucha sigue vigente.

Pero, no quiero terminar sin la denuncia de quienes aún hoy, utilizan el SIDA como venganza, un recuerdo a Ibon Iparragirre, preso político vasco que padece una situación cruel e injustificable.   ¿A quienes corresponde esta decisión y las consecuencias irreversibles en la salud de Ibon? ¿Qué esperan que suceda?…

Lejos de las declaraciones anuales que hablan de los derechos de personas a quienes se ignora, quiero despedirme con el recuerdo a todos los se fueron y a los que vivimos con el VIH/SIDA y a los que lucharon y luchan por nuestros derechos.

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