Iñaki Uriarte
Arquitecto

Euskararen Eguna

El pasado 3 de diciembre, aniversario del fallecimiento de Francisco de Jasso y Xabier (1505-1552), universalmente reconocido como San Francisco Xabier, en demasiados medios de comunicación y a todas horas, especialmente con la alarmante y absoluta falta de rigor habitual en Radio Euskadi y ETB, un año más y ya son demasiados habiéndolo advertido, se repitió hasta la saciedad que es el Día Internacional del Euskera. Otras veces dirán mundial, que tampoco es lo mismo ni cierto. Desgraciadamente, es una falsedad. Además lo desvirtúan al denominarlo en otro idioma, en español, erderaz, el castellano no es una lengua. Su tratamiento, Euskararen Eguna, debe ser intraducible, como Aberri Eguna, y si alguien no lo entiende es porque no quiere.

Asimismo es más que lamentable, resulta relevante de la precariedad cultural que lo digan reiteradamente quienes ocupan puestos de responsabilidad política y además lo hagan con declaraciones institucionales como la presidenta de Eusko Legebiltzarra Bakartxo Tejería (PNV) y más grave todavía que lo repita el lehendakari que para hablar de la lengua propia del país necesita leer, denotando una falta de convicción, entusiasmo y certeza en sus convencionales palabras. Para acabar la trágica trilogía solo faltaba la Consejera de Cultura Cristina Uriarte (PNV) que hace tiempo viene demostrando alarmantes pronunciamientos y pasividades en material cultural, especialmente en el patrimonio. Ser solvente en el ámbito de la educación universitaria, de donde procede, no es ninguna garantía, ni mucho menos, para tener la máxima responsabilidad política de la cultura de una nación. Así va a la deriva esta parte de Euskal Herria y ya hace muchos años que lo advirtieron renombradas personalidades del espectro artístico y literario. La actitud cultural del PNV, salvo en el gobierno inicial de Garaikoetxea que tanta ilusión creo, ha sido y es ruinosa, se mezcla con el negocio, el espectáculo y el turismo.

Es preciso puntualizar que la declaración de los días internacionales y mundiales los otorga la Asamblea General de Naciones Unidas y en ocasiones UNESCO, y no se conoce de ninguna resolución en tal sentido respecto del euskara. Las referencias, genéricas, más similares son el Día Internacional de la Lengua Materna, 21 de febrero y el Día Europeo de la Diversidad Lingüística, 26 de setiembre. El 3 de diciembre el único día de celebración globalizada es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, adoptado con su resolución 43/3 por la A.G de ONU en 1992. Lo demás es engañar al pueblo vasco y con la lengua no se puede frivolizar, es exigible un absoluto respeto. Se evidencia otro tipo de discapacidad, la del rigor.

Lo cierto, bien intencionado y más parecido es que Eusko Ikaskuntza en su séptimo congreso celebrado en 1949 en Miarritze, propuso que en tal día se conmemorase con énfasis en Euskal Herria con el loable propósito de que trascendiera la importancia del idioma más antiguo de Europa a la vez que reivindicara la persistencia, validez y universalidad de la lengua vasca, Euskararen Nazioarteko Eguna, pero sin un reconocimiento oficial, de ámbito universal.

Esta confusión es algo similar a la triste conmemoración en recuerdo del asesinato el 13 de febrero de 1981 de Joxe Arregi Izagirre (Zizurkil, 1951) en la capital del Reino de España por torturas de la policía, bajo el mando supremo del Jefe de las Fuerzas Armadas del citado país. Tal criminal día es recordado con profunda emoción por el pueblo vasco como Torturaren Aurkako Eguna en un ámbito nacional ya que por resolución de la ONU de 1973 el Día Internacional contra la Tortura se celebra el 26 de junio.

De todas formas tal proclamación oficial respecto al euskera está en evidente contradicción cuando desde diversas instituciones se desprecia la lengua propia del país recurriendo a ridículas y únicas denominaciones alóctonas como, entre otras, la del escandaloso y ruinoso recinto del Bilbao Exhibition Centre en Barakaldo, el Urdaibai Bird Centre, atalaya para observar las aves en Gautegiz Arteaga o el Basque Culinary Center de Donostia, para difundir la cultura gastronómica vasca en inglés y español. Significativos ejemplo de vergonzosa exhibición pública de la total falta de autoestima, agravio lingüístico y ridículo cultural internacional.

El uso y difusión de la lengua vasca precisa sinceridad, presencia y persistencia, incluso presión, para producir una generalización de uso y una inmersión progresiva entre los no euskaldunes. El modelo de Catalunya reiniciado tras la dictadura estará siempre presente.

Se apela, con razón, al poco uso respecto al conocimiento de la lengua en el entorno público cotidiano, pero nada se dice en qué lengua celebra Eusko Jaurlaritza sus reuniones de gobierno, ni los consejeros que son euskoparlantes, tampoco cuántos lo son entre los parlamentarios, ni la proporción del uso en dicha institución de los diversos grupos o de los junteros en las respectivas sedes territoriales, diputaciones, de Euskal Herrria. ¿Por qué no se resalta esta condición de elemental dignidad identitaria lo mismo que se relata su edad, profesión o estado civil o aficiones? Es una referencia fundamental para entender la realidad socio-lingüística de aquellos que se atribuyen la representación de su pueblo en todas sus facetas.

¿Qué piensan la autoproclamadas autoridades culturales, en la mayoría de los casos políticos con poses que aparentan inquietudes, de estos anómalos confusos «homenajes» al euskara? Euskaltzaindia debería ya pronunciarse en sus justos y precisos términos.

Lamentablemente, en este error también han incurrido GARA y "Berria" al citar Euskararen Nazioarteko Eguneko.

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