La acción decidida de los ciudadanos de Aperribai, Olabarrieta y Txistulanda
En un momento de la Historia en el que, en occidente al menos, la política y las instituciones que las componen parecen estar entredicho solo la acción decidida de los ciudadanos por ocupar su lugar parece algo real.
Las obras de la Agencia Vasca del Agua (URA) del Gobierno Vasco en el puente de Urbi que une los barrios de Aperribai, Olabarrieta y Txistulanda (los tres pertenecientes a Galdakao) con el barrio de Urbi (perteneciente a Basauri) son desde la lejanía de quien ve el mundo como algo enorme una simple mota de polvo en la lucha de los ciudadanos por exigir ser escuchados.
Comenzaron las obras, el 1 de julio, con la situación pasiva del Ayuntamiento de Galdakao que informaba a los vecinos de Galdakao de los inicios de esta obra a través de su página web, apenas dos días antes, y no por un bando municipal en los portales vecinales. Cuando cuatro días antes Bizkaibus ya nos había informado con sendos carteles anunciando la cancelación de las paradas de sus líneas A-2611, A-3632 y A-3632 (las líneas que necesitan atravesar el puente de Urbi)
Seguimos con la desinformación del Ayuntamiento de Galdakao indicando ese 1 de julio que cinco días después el acceso peatonal alternativo que, debería ser utilizado por los peatones de los barrios galdazkotarras durante el periodo de la obra, estaría operativo. Llegado tal día (el 6 de julio) y la propia URA, a través de su cuenta de Twitter, desmentía esta información al indicar que tal acceso se abriría en los días siguientes pero sin especificar cuándo.
Cabe destacar que URA no ha dado información específica recientemente, en ningún momento, de estas obras. En su web la noticia más cercana y relacionada es del 6 de mayo de 2015 en la que se informa de la apertura del puente próximo de Bridgestone.
La Asociación de Vecinos de Aperribai, Olabarrieta y Txistulanda, con Idoia Teijo a la cabeza, no se cruzaron de brazos y el 4 de julio denunciaron públicamente como esta obra estaba provocando el aislamiento a centenares de vecinos.
El broche lo puso ver con mis propios ojos el 9 de julio, al pasar con mi hija pequeña en su sillita por la estrecha zona habilitada para los peatones en el puente, que URA estaba colocando un tramo de diez escalones que conectaba el acceso peatonal alternativo con Urbi. ¿Cómo iban a pasar entonces los vecinos que tienen alguna discapacidad física y están obligados a utilizar una silla de ruedas? ¿Cómo lo harían los mayores de la residencia de ancianos del barrio de Aperribai? ¿Cómo las personas mayores que van hasta Basauri con un carrito de la compra? ¿Cómo los padres o madres con las sillitas de bebes?
Indignado no pude más que denunciar esto en las redes sociales ante URA y el Ayuntamiento de Galdakao, a lo que ambas instituciones desde sus cuentas de Twitter contestaron informando que hablarían entre ellos para buscar una solución y poco después URA terminó confirmando que «va a acondicionar una pasarela accesible para los peatones y no cortará el puente URBI hasta que esté preparada».
Una pequeña victoria que no puede dejar que nos resignemos y debamos conocer todas las respuestas a esas cuestiones que tanto URA como el Ayuntamiento de Galdakao no han informado aún: ¿cuánto tiempo van a durar las obras del puente de Urbi?; las obras del puente de Bridgestone duraron siete meses. ¿Si duran siete meses significa que el Gobierno Vasco va a tener a los vecinos de los tres barrios sin las líneas de Bizkaibus que les conectaban con Basauri? ¿Tiene previsto acordar con la Diputación de Bizkaia una solución a ese problema? ¿Se es consciente en el Gobierno Vasco que aun así este acceso peatonal provoca que muchos vecinos de edad avanzada se queden sin desplazarse a Basauri ya que dicho acceso provoca duplicar o triplicar la distancia de acceso a Urbi? Provocando molestias para realizar actividades tan sencillas y necesarias como sacar dinero de un cajero que no sea BBK (que es el único que hay en estos barrios). ¿Y qué sin líneas de autobús no tienen alternativa motora? De ahí la importancia de que el Gobierno Vasco se implique junto con la Diputación en buscar una solución.
Dijo Robert Kennedy en su famoso discurso en Sudáfrica en 1966 que uno de los peligros para los y las ciudadanas del mundo es la apatía, la creencia de que no hay nada que un hombre o una mujer puedan hacer en contra los múltiples males que azotan el mundo.
Afirmó: «Pocos cambiarán por si mismos el rumbo de la historia, pero cada uno de nosotros podemos esforzarnos en cambiar una pequeña parte de los acontecimientos, y la suma de todos estos actos será la historia que escriba esta generación (…) Cada vez que un hombre lucha por un ideal, o actúa para ayudar a otros, o sed rebela ante injusticia, está generando una pequeña ola de esperanza, y millones de esas pequeñas olas, cruzándose entre sí y sumando intensidad forman un tsunami capaz de derrumbar los más poderosos muros de resistencia y opresión”.
No queremos tener solo el derecho a que se nos escuche, queremos tener la responsabilidad de participar y asumir las consecuencias de nuestra participación.