Oskar Fernandez Garcia

La esperpéntica agitación de la derecha

Si las campañas electorales sirven para algo, sin lugar a dudas, es para conocer en profundidad y en toda su extensión qué es, lo que en realidad, se esconde tras esas fachadas acartonadas, producto de una esmerada campaña de imagen; y tras ellas, y esto es lo más interesante, qué tipo de persona se oculta tras el fatuo resplandor de esas máscaras publicitarias.

En general, y sólo en contadísimas excepciones, el nivel intelectual y de formación (académica, humana, política, económica, laboral, sociológica, histórica…) de la que hacen gala las y los candidatos – así como el dominio que demuestran sobre el ejercicio de la dialéctica, la oratoria, la elocuencia, la riqueza de vocabulario, la fluidez de las ideas y la capacidad de transmitirlas con un mínimo de interés, convencimiento, aportando datos, situaciones, comparaciones… es de una pobreza tan absoluta, ramplona y simplista que produce escalofríos.

La derecha española y la periférica españolista, al igual que en anteriores campañas electorales, han optado de manera definitiva por hacer gala del esperpento, el disparate y el sainete. Cualquier atisbo de lucidez, de razonamiento y argumentación ha desaparecido de las pesadas, grises y ramplonas exposiciones de los partidos pertenecientes a ese amplio arco que forma la derecha. La desertización de las ideas comenzó a fraguarse, y tiene su génesis, en la llamada transición española y alcanzó el punto de inflexión en la elecciones generales de 1982, en las que el PSOE consiguió una amplia mayoría tanto en el Congreso como en el Senado del Estado español. Desde entonces el campo de la confrontación de las ideas y de las diferentes opciones políticas se transformó en páramo árido y baldío.

Y como ocurre habitualmente, la derecha no conoce límites, y en esta ocasión por lo que dicen y manifiestan nos han hecho retroceder un siglo por las esperpénticas, absurdas y obsoletas ideas que transmiten. Y por la forma en que nos tratan, como auténticos iletrados y analfabetos, el retroceso nos lleva a varios siglos anteriores. Para comprender este viaje político en el tiempo, a un pasado desolador, no hay más que comprobar las declaraciones tan necias y surrealistas como las que estos días han sido capaces, de exponer de manera tan irracional y frívola algunas y algunos de los componentes de la obsoleta y caduca derecha.

El señor Jorge Fernández Díaz, ministro del interior y candidato por Barcelona por el PP, en una entrevista realizada por el diario la Vanguardia expone, entre otras opiniones, como si fuesen auténticas verdades contrastadas y científicas, la existencia de seres inmateriales: ángeles, concretamente decía: «Marcelo, llamo al mío - en referencia a su ángel de la guarda o ángel custodio - Me ayuda en pequeñas cosas, como aparcar el coche. Y también en las grandes, siempre ayuda». «Nada de lo que sucede es casual, ¡todo responde al plan de Dios!» «Dios nos ha hecho libres para que actuemos pero Él tiene un plan B y, por eso ‘casualidad’ es sólo un pseudónimo de Dios.»

Estando, al menos en teoría, en un estado laico, desde la Constitución de 1978, estas opiniones, expresadas por un alto cargo institucional, aparte de esperpénticas reflejan, y esto es lo más grave y doloroso, la cruda realidad en la que nos vemos inmersos bajo un manto púrpura de un intransigente, intolerante y nefasto nacional catolicismo, cuyas ideas sibilinamente y subrepticiamente intentan que sean dominantes, modelo y pauta de comportamiento para toda la ciudadanía. Y para más colmo esas creencias que debieran de permanecer en el ámbito y en la esfera de lo personal, no sólo intentan inculcarlas en la población, sino que se han convertido y se convertirán en paradigma para la imposición y desarrollo legal de una extensa normativa jurídica que afecta a amplios campos de la vida social del ser humano. Ideas que tienen el mismo rango científico que las que exponían en sus cuentos Los Hermanos Grimm, Lewis Caroll, Collodi o Charles Perrault.

La Señora Marta Rivera de la Cruz, candidata a diputada, por Ciudadanos, y posible ministra de cultura, exponía, en el famoso y antidemocrático debate a nueve de la TV pública del Estado español, un punto de los recogidos en el programa electoral de la citada formación política, consistente en eliminar el agravante penal por violencia de género. Textualmente se expresaba así: «En cuanto a la actual ley contra la violencia de género, en Ciudadanos pensamos que debe ser modificada para acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo y la ineficacia de la propia ley». Es increíble y dolorosamente preocupante que una persona, que seguramente llegue a ser diputada o algo más, sea incapaz de comprender la inseguridad absoluta, dramática y terrible en la que vive la mitad de la población por el mero hecho de pertenecer al género femenino y hallarse inmersa en una sociedad cruelmente patriarcal.

Según parece esta señora tiene una visión muy particular e increíblemente despectiva y vejatoria sobre algunos seres humanos. En la recepción que el Ayuntamiento de Ferrol ofreció a la corporación municipal, después de las elecciones del 24 de mayo, y tras ver simplemente una fotografía del acto, no tuvo ningún reparo ni consideración en manifestar públicamente, mediante un artículo de prensa, en el diario , El Progreso, lo siguiente, sobre el alcalde de dicho municipio –el señor Jorge Suarez, representante de la segunda fuerza más votada «Ferrol en Común»– «En un primer vistazo creí que se había colado en el sarao un indigente, pero entonces reconocí en el individuo al alcalde de Ferrol, que parece que se reta a sí mismo a aparecer con pintas cada vez más innobles en los actos oficiales… Ya está bien de provocar con el desaseo, ya está bien de entrar en dependencias oficiales presumiendo de tirado… Su futuro jefe, Pablo Iglesias, lleva coleta y se viste regulín, pero le aseguro que va siempre recién duchado, con el pelo limpio y las uñas sin mugre… No confunda ser progre con jugar al marrano.» Sí, absolutamente irreal, esperpéntico y sobrecogedor. Este es el nivel.

Pero curiosamente el Secretario General del Partido de la Oposición, el señor Pedro Sánchez, en una parada ajetreada, de compromiso y fugaz en Gasteiz, incidió nuevamente en el mismo tema despectivo, intolerante e intransigente. Refiriéndose al líder de Podemos, Pablo Iglesias, no se le ocurrió mejor idea – o formaba parte de su campaña – en ambos casos es de una gravedad increíble: «Sabe que no tiene pinta de ser un candidato a la presidencia del gobierno. ¿A qué no? No lo parece». Bien, pues este señor se presenta como posible presidente de gobierno del Estado español. Realmente es de sentir pánico y de echarse a temblar.

Pero, tal vez, una de las mayores boutades oídas y leídas sea la protagonizada en estos lares, por el máximo representante del partido de derechas autonomista por antonomasia, el señor Andoni Ortuzar, que al referirse a las conquistas, económicas, sociales, laborales… alcanzadas en este tercio autonómico, según la cúpula dirigente de su formación, evidentemente, no dudaba a la hora de asegurar que los vascos son «Extraterrestres en España». De esta forma inconscientemente revelaba la falta absoluta y total de confianza que tienen en el Gobierno del Estado español respecto a que algún día se pueda alcanzar, con plenas garantías democráticas, una consulta o referéndum sobre la independencia. Ya que se hace más que evidente que si los terrícolas catalanes no lo han logrado absolutamente imposible será para seres extra planetarios. Tanta declaración absurda, incongruente, infantil y plana no puede esconder otra cosa, que la agitación extrema y desasosegante que han de sentir ante la publicación de libros – que revelan la auténtica gestión que realizan en vascongadas los cuadros dirigentes del PNV - como los del escritor y analista político e histórico Igor Meltxor, «CASO BIDEGI» ¿A dónde ha ido a parar el dinero? y «GESTIÓN A LA VASCA» (Chiringuitos, impunidad y soberbia)

Ante una constatación tan desoladora y amarga –donde la banalidad, la superficialidad, la mentira, la corrupción, la derechización social, que avanza generando la desertización intelectual, la pasividad, la resignación, la desmotivación y la desmovilización en amplias capas sociales– la alternativa reside y se consolida en esas decenas de miles y miles de personas que, todas las mañanas con una alegre ilusión en sus pupilas, una amplia y luminosa sonrisa en su rostro, se calzan decididamente y con convicción absoluta y total, cientos de miles de coloristas, diferentes y variados zapatos de todo tipo, horma, forma, diseño y color. En ellas reside la ilusión y la esperanza por una transformación radical de la sociedad en todos los ámbitos de la vida; terminando definitivamente y para siempre con una sociedad anclada en el obsoleto y despiadado patriarcado y en el cruel y brutal capitalismo.


Search