Iñaki Uriarte
Peatón

Los municipales de Bilbao atropellan y matan

La Policía Municipal de Bilbao tiene en su biografía un reciente episodio gravísimo que provocaron con resultado de muerte que a cualquier ciudadano con un mínimo sentimiento de humanidad nos impresionó muy dolorosamente y no podemos olvidar.

En la madrugada del sábado 28 de diciembre de 2019 un joven R.T que volvía del trabajo en su moto fue brutalmente atropellado por un coche patrulla municipal en la intersección de las calles Iparraguirre, por donde descendía, y Rodriguez Arias, ambas de sentido único, que acudían a velocidad considerable, innecesariamente, a resolver una de las numerosísimas peleas que habitualmente se producen por las noches en la villa en el entorno de la discoteca Moma de pésima fama por la continuidad de conflictos de todo tipo que origina y molestias al vecindario. El joven motorista desgraciadamente falleció justo una semana después, el 4 de enero.

El homicidio involuntario no se sabe que se investigase totalmente y una prueba fundamental que es el control de alcohol y drogas del policía conductor por parte del vehículo de atestados, que por imparcialidad y no corporativismo, debería hacerlo la Ertzaintza no se debió hacer porque nada se dijo. Este trámite es obligatorio e imprescindible para todos y en cualquier circunstancia. Gracias a ambas pruebas se han detectado numerosos conductores incluso de servicios públicos de todo tipo que trabajan manejando vehículos y maquinaria bajo la influencia de estas drogodependencias. En Nafarroa los municipales de Iruñea y los policías forales cotidianamente denuncian a números infractores, especialmente los fines de semana, tanto en controles rutinarios como si han tenido el más mínimo percance y además se hacen públicos en la prensa. En esta ocasión se ha producido una evidente de prevaricación que favorece absoluta impunidad de la policía municipal frente a sus frecuentes desmanes.

Este caso reviste muy especial gravedad ya que los policías mintieron miserablemente, algo por cierto habitual en este cuerpo. Basándose en una gratuita, falsa e instaurada presunción de veracidad con banales argucias administrativas para desviar la atención en aspectos irrelevantes, pretendiendo ocultar su irresponsabilidad, diciendo que las luces de emergencia estaban activadas y otras habituales falsedades que quedaron rotundamente al descubierto gracias a un video de una cámara situada en la cercanía.

Es inconcebible que en nueve días de Aste Nagusia donde el alcohol es el hilo conductor de la fiesta, como desgraciadamente en toda Euskal Herria, este lamentable populista alcalde que padecemos presente un balance nada creíble: 459 pruebas de alcoholemia en 39 controles y 9 positivos. Es decir 11,9 pruebas por control en 9 días y un solo positivo al día. Al margen de a qué horas del día y lugares se establecieron los controles la mayoría por lo visto bebió agua, con y sin gas. Un mentira inasumible. Hace años una persona de la DYA me contó algo de la dejación de controles ordenada para que aparentase que nada anómalo ocurre  en las fiestas y sus vísperas, coincidente con esta grave situación.

El alcalde Aburto en lugar de abrir una investigación, al tratarse de policías municipales, por cierto la institución municipal más degradada y desacreditada, encubrió el accidente mortal. responsabilidad que alcanza a más cargos el director de este cuerpo e incluso la concejala de Seguridad. Tampoco hubo concentración de repulsa en la escalinata del Ayuntamiento como por otras muertes violentas. Aburto en su catastrófica gestión no admite ningún reproche ni broma festiva y la oportuna ambientación de la txozna de Hontzak, presentándolo como el doctor Aburtonstein creando en un laboratorio un gigante tipo frankenstein caracterizado como un municipal le ha irritado. Basta recordar su agresividad contra los manteros oportuna y valientemente criticada por la ciudadania como un inadmisible abuso de fuerza e incluso xenofobia.

Recientemente, el 28 de mayo de 2024 se ha celebrado en la Audiencia de Bizkaia el juicio oral con la acusación de la Fiscalía y de la familia del motorista fallecido, pero existen abundantísimos antecedentes de como se sentencian los procesos a policías, por lo que la esperanza de una resolución justa y ejemplar es próxima a cero. Debemos pensar en la situación de la familia ante la impotencia que supone la impunidad de los cuerpos policiales sancionados siempre de un modo ligero y simbólico.

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