Antxon Lafont Mendizabal
Peatón

Miedos y contradicciones

Nos conciernen la próximas elecciones estatales? ¿Cambiará algo el que ganen unos u otros? Se suceden sin pausa, los atentados y Cumbre de París, el drama de los inmigrantes y refugiados, las consecuencias de la falta de solución al problema de la falta de equidad de géneros, la gravísima agonía de la cultura, raíz de tantos desastres, el grave crecimiento de insoportables desigualdades, la posición dudosa de los miembros de la UE que se niegan, en algunos casos, a intercambiar información.

A este propósito, los atentados yihadistas han puesto en evidencia una vez más la virtualidad de la noción «Europa». Cuando Hollande pidió a sus compatriotas que colgasen la bandera tricolor en sus balcones hubiera estado más inspirado pidiendo la exposición de la bandera de la UE.

Vivimos en medio de contradicciones y de disensiones sobre el cuidado de la Naturaleza, visible o no. Hasta los intentos de conocimiento del mundo físico nos conducen, por ahora, a dos conceptos curiosamente contradictorios: la continuidad del modelo según la relatividad general y su discontinuidad según la mecánica cuántica. Conocemos situaciones análogas cuando la mayoría del mundo occidental vive, sin problemas, la contradicción entre su modelo de desarrollo, del que se alimenta, y la continua agresión al medio ambiente disimulada por los que saben que contaminar hace crecer el PNB. Todas las mañanas nos informan en radio, papel y TV sobre indicadores que muestran la plástica de «nuestros pectorales, bíceps, etc…», nuestra fachada. Nos describen nuestro modelo económico a través de datos como PNB, demanda estatal de saldo exterior, formación bruta de capital fijo, consumo de energía, población activa, tasa de paro según el concepto interesado, coste laboral, déficit del Estado, euríbor, rendimiento de la deuda pública a diez años, cotización de acciones y muchos más. ¿Quién de nuestros electos en función es capaz de analizar el detalle de esos datos y de ofrecer conclusiones e hipótesis diversas de prevención del futuro cercano?

El guión está escrito para el partido hegemonista local que llama a filas blandiendo su mantra de campaña, el miedo a la pérdida del Concierto Económico, aunque esté convencido que el Gobierno «central», el que sea, no lo suprimirá. En Madrid saben poco de política pero más de lo que creemos. Los gobernantes españoles han sabido seducir a los de la CAV para que se sumen a sus innegociables condiciones sobre la estructura política de Euskal Herria. Idem de la actitud española sobre Catalunya: comunicar el miedo a la ruina transmitido por los medios de comunicación y otros.

Antes de otorgar nuestro voto pensemos que la evolución de la sociedad, que hemos contribuido a parir, precisa de electos, capaces de comprender la complejidad de los retos que se presentan. De los «políticos» que discursean sobre las empresas, ¿cuántos han ganado su manutención trabajando en una empresa? ¿Cuántos son capaces de leer y analizar un balance? ¿Cuántos han conocido la gestión directa de trabajadores? No se exigen conocimientos de base a todos los candidatos, pero sí a los que se atreven a perorar sobre el tema. Los aptos a esa función, que reserven su talento a capítulos de gestión política en su aspecto cuantitativo y cualitativo. ¿Qué colectivo político será capaz de crear, propagar y defender un indicador del bienestar sin limitarse al PNB o al parvo Indice de Desarrollo Humano establecido por la ONU? La definición de un Indice de Bienestar favorecería la determinación de políticas a medio y largo plazo según las variaciones de datos cualitativos y cuantitativos, interiores y exteriores. Solo así sería posible una cultura preventiva que reservaría la gestión pública a políticos competentes dejando ocuparse de asuntos con escasa repercusión social a los candidatos y consejeros que los partidos designan a dedo según sus relaciones familiares o amistosas.

El año 2015 ha revelado incoherencias en un mundo caótico y disparatado donde se emiten más leyes de castigo que leyes que contribuyan a la generalización de la Paz. La gestión pública estatal favorece el embrollo. Partidos que dicen oponerse proponen opciones análogas. ¡Qué trasnochada queda la afirmación de Paul Valery para quien «la realidad siempre está en la oposición»!

Los atentados de París de enero y noviembre han llegado a sensibilizar conciencias que atribuyen los dramáticos desórdenes a ideologías precisas. Las ideologías constituyen una superestructura que organiza ideas y confiere a sus representantes una autonomía, pero esta situación no es el resultado de una generación espontánea. Las religiones monoteístas, todas, han generado barbaries conveniente y tenazmente organizadas y orquestadas. Sus líderes comprenden que «la aventura puede ser loca pero el aventurero, para llevarla a cabo, ha de ser cuerdo» (G.K. Chesterton). Tan nocivos son los ateísmos organizados como los deísmos estructurados. La creencia embebida de superstición así como la irreligiosidad y la incredulidad provocadoras son, en algunos casos, manifestaciones de la ética individual, pero en todos los casos se han transformado en etiquetas de la moral colectiva que se ha atribuido el derecho de juzgar lo bueno y lo malo, inventando explicaciones fundamentales definitivas.

En este mismo año tiene lugar, en París, la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático que reúne a más de 150 jefes de Estado o de Gobierno, acompañados por algunos ministros de economía y de finanzas que, en principio, están directamente concernidos por las decisiones, si las hay, que se tomen en la cumbre después de encuentros preparados por los sherpas de turno.

Los efectos de los tiroteos de Daesh se medirán a corto y medio plazo pero las decisiones de la Cumbre COP21 de París se considerarán a medio y largo plazo según las medidas que se tomen sobre el riesgo de una catástrofe ya anunciada.

La intervención en los calamitosos cambios climáticos generados por excesos de CO2 debidos a la utilización de energías de origen fósil, constituyen un problema más cultural que económico ¿Qué candidatos estarán técnica y económicamente preparados para actuar sobre el desarrollo de energías renovables, no nucleares frente a las de origen fósil? Ya en algunos países el costo de las energías renovables es inferior a las de origen fósil; la diferencia es debida a opciones políticas de orientación de las subvenciones.
 
El ser humano se ha convertido en una de las especies más amenazadas de extinción; o nos protegemos o nos suicidamos por apatía y codicia. En otro ámbito deseamos políticos que defiendan a ultranza la laicidad, obstáculo esencial a la prepotencia de las ideologías.

La preminencia de lo cuantitativo nos edifica como seres binarios sin matices. Tenemos algo en más o menos medida y si no tenemos nada no existimos. Los candidatos a las elecciones lo saben y en el mejor de los casos intentan ayudar a los que tienen poco pero ¿qué hacer del que no tiene nada, si no existe?

¿Qué políticos designaremos para tratar con seriedad temas estructurantes como los citados?

Actuamos impulsados por el valor de hijas e hijos culturales de la Ilustración tales como Rafa Diez, Herrero de Miñón, Laura Mintegi, Jesús Egiguren, Juan José Ibarretxe, Vicente Zaragüeta y algunos más que nos han devuelto a la convivencia holística sin perder de vista nuestras esperanzas personales.

Hemos sabido reaccionar en los casos graves que la Historia nos ha deparado. Si sabemos elegir representantes competentes sobreviviremos al futuro cercano. La sociedad civil tendrá que espolearse y saber renunciar a lo que nos impide vivir, con la esperanza puesta en aquellos que nos siguen.

«Contempla las gotas de agua que caen sobre la piedra: ¿Acaso no la horadan día tras día?». (Lucrecio) Es la labor de los agresores de la Humanidad pero también la de sus defensores.

Eguberri on eta urte berri itxaropentsua!

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