Antonio Alvarez-Solís
Periodista

Modos de leer un informe

Formulación A, que es el literal de la autora: «No sugerimos austeridad. El ajuste puede ser gradual y hacerse con
subidas de impuestos». Interpretación B, que es la del crítico: «La autora no exige más austeridad, pero demanda más ajustes». ¿Qué clase de ajustes, hacia arriba o hacia  abajo y con qué tipo de impuestos? Observación interpretativa C, que es la del ciudadano: «Ya nos han jodido otra vez»

La distinguida señora Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional y una de las mujeres con más estilo para ajustarse los pañuelos de seda en torno al cuello, ha enviado a España a la Sra. Andrea Schaetchter, que es la encargada de vigilar la economía española desde el FMI, a fin de lograr dos objetivos: el mantenimiento de su status personal en el Fondo y un enrevesado apoyo al gobierno del Sr. Rajoy, un caballero que en sus estudios primarios no pudo superar, a lo que se ve, la tabla aritmética de restar y, ya  relativamente adulto, la tabla política de dividir.

Fruto de su viaje a España la Sra. Schaetchter –a la que denominaremos A.S. a fin de evitarnos la penosa comprobación de las letras de su apellido cada vez que la citemos– ha publicado un documento en torno al funcionamiento de la economía según la Moncloa, que nos pone frente al ejercicio exegético posiblemente más difícil de nuestra vida. Es más, ese documento nos ha conducido a falsar un método de lectura de ese tipo de papeles desde tres ángulos distintos que nos garanticen su validez, científicamente señalados con las letras A, B y C, con el resultado que sigue.

Formulación A, que es el literal de la autora. Dice A.S.: «No sugerimos austeridad. El ajuste puede ser gradual y hacerse con subidas de impuestos». Interpretación B, que es la del crítico: «La autora no exige más austeridad, pero demanda más ajustes». ¿Qué clase de ajustes, hacia arriba o hacia abajo y con qué tipo de impuestos? Observación interpretativa C, que es la del ciudadano: «Ya nos han jodido otra vez».

Formulación A, de la Sra. A.S.  –De cara al ajuste es posible retocar el IVA–. «Hay mucho  margen en los tipos reducidos del impuesto sobre el Valor Añadido. Por ejemplo, en el tipo al que tributan los restaurantes».

Interpretación B, que es la del experto en economía española: «La Sra. A.S. no tiene en cuenta evidentemente que España tiene como ingreso fiscal muy destacado todo lo que afecta al turismo y, por tanto, no debe encarecerse la industria de la restauración, ya que restaría clientela».

Interpretación C, que es la del consumidor nacional o extranjero: «Desde mañana regresaré a la tasca de  los hombres de Paco para consumir una tortilla en negro y un  vino agreste en blanco». El tabernero, al enterarse: «Ya se nota la influencia de los socialistas. No hay nada como los pactos con la izquierda».

Formulación A que es de la Sra. A.S.: «España puede permitirse un aumento de los ingresos fiscales. Hay margen para incrementar los impuestos especiales y las tasas medioambientales en estos tiempos de bajos precios de la energía. Con ello la carga tributaria se trasladaría más sobre el consumo que sobre el trabajo, lo que es más favorable para el crecimiento.

Interpretación B, que corresponde al economista español aunque sea tuerto: «Sorprende que una experta del Fondo Monetario Internacional sea incapaz de relacionar, íntimamente además, el consumo y el trabajo, a no ser que se trate de la vaca que ríe. Hasta los analfabetos saben que si se dificulta el consumo el paro subirá a las nubes, ya que si no  hay consumidores propiamente tales, sino usuarios de los comedores parroquiales, hablar del crecimiento mediante la inquisición sobre el consumo exigiría dar a este vocablo un sentido  financiero y no social. La deuda pública o bancaria, preferentemente, hay que extinguirla sin recurrir al atraco por parte de las agencias tributarias. El consumo hay que protegerlo como si fuera un ama de cría».

Observación C, que también en este caso es la del consumidor, rescatado ahora por el SAMUR cuando ya tenía la pistola en la sien: «Y yo qué haré ahora con la camioneta que adquirí con el Plan Renove si mis consumidores de transporte han cerrado para irse a protestar ante el ministro de Hacienda, que había dicho tan cínicamente que él tenía orejas para todos».

Formulación A, correspondiente a la Sra. A.S.: «Se pueden hallar áreas de ahorro con programas bien diseñados y un análisis detallado del gasto. Hay que examinar qué herramientas y gastos dan mejores resultados en educación. En sanidad hay  una presión al alza del gasto. Y precisamente por esta presión es importante que en el futuro se encuentren formas de economizar para asegurarse que este apartado es sostenible».  

Interpretación B, en la que intervienen ahora dos expertos, uno de ellos es profesor y el segundo es médico.  Dice el profesor: «Esta señora pretende recortar el gasto en enseñanza para que los españoles no sepan ni leer los periódicos, lo que en cierta manera podría contribuir a mejorar la instrucción pública, que antes era superior porque se obtenía al salir de misa. Las tertulias callejeras han sustituido en España a los Parlamentos, siempre temerosos de que penetre en ellos la autoridad militar ‘por supuesto’ o provoquen sus miembros unos debates indebidos que sulfuren a la CEOE o a la gran familia bancaria, que han de responder de esos radicalismos verbales ante la Trilateral, por ejemplo.  Pero esta reflexión no priva de decir que la Sra. A.S. es una mal educada. No se puede ir a otro país para ordenar que gaste menos en libros a fin de encarrilar el déficit presupuestario del Estado. En España no hay despilfarro en este sector. Tenemos los libros justos y, además, no los leemos para evitar que se estropeen. De todas formas yo he decidido que en mi clase sólo tendremos la mitad del clásico globo terrestre; la parte que tiene más verde, para animar el progreso. Así se lo he comunicado a Ciudadanos a fin de que lo traslade al Sr. Rajoy antes de que se les adelanten los socialistas».

Y dice el médico: «La sanidad no puede tener límite porque la salud hace a los países fuertes y dinámicos, aparte de que no acierto a saber por qué  hemos de morirnos en un momento de intensa recuperación. Yo creo que el Fondo Monetario hubiera ganado la partida en esta visita si en vez de recomendar al Sr. Rajoy la reducción del gasto en salud hubiera recomendado el recorte del número de ciudadanos, sobre todo de aquellos que se acatarran en la cola del INEM y no pueden luego afrontar el copago en sus tratamientos, que es la aportación que ahora recomienda el Fondo. El resultado parece claro: menos vitaminas, menos deuda. Y si sobra algo, pues a amortizar lo que debemos en armas. Ya lo escribió Bernardo López : «Oigo patria tu aflicción/ y escucho el triste concierto/ que forman/ tocando a muerto/ la campana y el cañón». Ya ven que lo único que funciona normalmente entre nosotros son las cosas que hacen ruido. Esto lo ha entendido perfectamente la progresista alcaldesa de Madrid con su resurrección del pagano Festival de Invierno. Es sabido que si una persona come poco puede aumentar el salutífero calor de su cuerpo rompiendo a bailar».

Por mi parte me pregunto por qué los españoles apoyamos a Gobiernos así. Quizá nos gusten. Somos un país muy raro, tendente al sadismo. Hasta los Toros de Guisando pueden ser antigüedades chinas.

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