El próximo domingo 7 de mayo, una vez más, los carlistas subiremos a esta montaña tan querida que tantos recuerdos evoca de la lucha antifranquista por las libertades democráticas, por las libertades de todos y todas sin exclusión alguna.

Recuerdos de un tiempo en el que las diferentes organizaciones políticas y sindicales de la oposición a la dictadura supieron valorar los objetivos comunes por encima de ciertos sectarismos que entonces eran impensables.

Sin embargo, «aquí y ahora», en la Navarra del año 2023, algunas organizaciones con las que colaborábamos los carlistas no solamente se han olvidado de aquellos años de solidaridad y compañerismo compartidos en las fábricas, en las universidades, en las calles e incluso en Montejurra, sino que incluso parece que los quieren negar.

Sin ir más lejos, una portavoz del PSOE afirmó en el Parlamento de Navarra que no se debía de reconocer al Partido Carlista como víctima política de la agresión terrorista de Montejurra 76 por la sencilla razón de que el Partido Carlista no es un partido «democrático». Cuando en 1975, el PSOE, el MC, el Partido Carlista y otros colectivos antifranquistas constituyeron la Plataforma de Convergencia Democrática, ningún portavoz del PSOE protestó por la presencia del Partido Carlista.

Eran otros tiempos, en los que se luchaba por la llamada «ruptura democrática». Pero mientras que algunos fuimos ametrallados en Montejurra 76, y posteriormente, al año siguiente, excluidos con motivo de las pomposamente denominadas «primeras elecciones democráticas»; otros, en cambio, renunciaron a la «ruptura democrática», pactaron con los políticos franquistas que organizaron la barbarie criminal de Montejurra 76, con quiénes bloquearon la legalización de nuestro partido, y cuando finalmente gobernaron no solamente no limpiaron las cloacas del Estado, sino que utilizaron la red terrorista articulada con motivo de Montejurra 76.

Estos y otros muchos «cambios de chaqueta» que todos conocemos en lo referente a la Monarquía impuesta por Franco, a la OTAN, a la cuestión nacional vasca o al Sáhara Occidental, por poner algunos ejemplos, tal vez expliquen porque el PSOE actúa como si no nos conociera ni nunca hubiese tenido ninguna relación de colaboración con nosotros.

Afirman que no somos un partido «democrático», pero en la época de la lucha antifranquista solamente en la comarca de Pamplona se emplearon como mínimo unos 14 pisos y círculos carlistas como lugares de refugio y reunión para todo la oposición democrática sin exclusiones partidistas de ningún tipo. No fueron pocos los militantes del MC que utilizaron aquellos locales, pero «aquí y ahora» algunos destacados militantes de Batzarre (organización heredera del MC) también se encuentran entre quienes cuestionan y discuten la trayectoria del Partido Carlista.

Los carlistas no podemos vivir del recuerdo, tenemos que dar respuesta a los problemas de la sociedad del siglo XXI, pero tampoco podemos permitir que se manipule y se insulte la historia de nuestros mayores.

No vamos a consentir que el PSOE y sus satélites nos intenten pisotear, vamos a seguir luchando hasta el final para demostrar que la Monarquía neoliberal tiene las manos manchadas con la sangre de nuestros compañeros.

A pesar de la oposición del PSOE, el Parlamento de Navarra ha aprobado un documento muy importante. Pero no es suficiente. Lo aprobado en el máximo órgano de representación de la ciudadanía navarra tiene que cumplirse y materializarse en hechos reales, aunque no le guste al PSOE. Cualquier otro escenario sería un fraude democrático, una distorsión del funcionamiento normal de las instituciones.

Concluyendo ya, una pregunta dirigida al conjunto de nuestra sociedad: ¿Hasta cuándo se va a seguir ocultando, en el Museo del Carlismo, la responsabilidad del Estado en el crimen terrorista de Montejurra 76? El Gobierno de Navarra tiene una responsabilidad ineludible en este asunto...

Verdad, justicia, reparación y desclasificación de toda la documentación referente a Montejurra 76.