Jesús Uzkudun Illarramendi
Activista por la salud laboral, miembro de Asviamie

Obstaculizan reconocer el cáncer profesional

Enfermar de cáncer pulmonar tras haber trabajado expuesto al amianto, a sílice, cadmio, Cromo u otras sustancias cancerígenas, con el agravante de desconocer el riesgo, porque la empresa no adopto las medidas de seguridad que la legislación requería. Es un claro delito contra la salud de personas trabajadoras. Aunque, quienes ocultan el cáncer profesional, adquieren parecida responsabilidad qué el empresario que ahorro la adopción de medidas seguridad. Observando la crueldad con que se expresan, «negacionistas» de diverso pelaje, sus descaradas mentiras, las acusaciones al «hábito de fumar» que el enfermo abandono hace décadas o excusas como: «no se conocía el riesgo», «no existía legislación de seguridad antes 1984», «el cáncer que padeces, no deriva del amianto», todo les vale, para negar el origen laboral de la enfermedad, obstaculizando hasta una pequeña reparación del daño causado.

El 16 de marzo de 2023, el Diario Oficial de la Unión Europea, recogía qué en la UE, anualmente, se producen 90.370 muertes por cáncer por la inhalación de fibras de amianto. La Comisión Europea señala que la exposición a sustancias cancerígenas, causa un 52% de las muertes laborales, con cifras muy superiores a las muertes por accidente de trabajo. Mientras tanto, en el Reino de España no se reconocen, más que un centenar de cánceres profesionales, ni su prevención es una prioridad empresarial e institucional.

Aunque en la CAPV, son cada vez más las reclamaciones, percibo una involución, tratando de frenar el reconocimiento y desmoralizar al demandante. Aunque es cierto, que todavía son muchos los enfermos qué no reclaman las prestaciones de enfermedad profesional, bien por desconocimiento o por la desidia de los Asesores, que prefieren evitar líos con Mutuas y empresas. También, porque la mayoría de los profesionales sanitarios, incumplen el RD 1299/2006, que les obliga a «Comunicar sospecha». Como consecuencia, el origen profesional de la neoplasia queda oculto y tampoco se adoptan medidas preventivas, mientras la epidemia de cáncer seguirá multiplicándose. El cáncer profesional no es un hecho aislado, crece como los champiñones, donde aparece uno, aparecerán más casos si se vigila. Las empresas, servicios de prevención, mutuas, inspección sanitaria, INSS y gobiernos autonómicos callan e ignoran el riesgo, incluida la epidemia de cáncer pulmonar que afecta a quienes trabajaron en la industria siderúrgica. Las insignificantes cifras de cáncer profesional que recoge Cepross, en comparación a otros países europeos, es la mejor muestra del éxito de los «negacionistas», contra la aplicación de la legislación europea de enfermedad profesional. Es lógico, que esas muertes, no generen el mismo impacto social, que la muerte causada por caída de altura, mientras trabaja, aunque tampoco justifique, la débil respuesta social. Qué en los dos últimos años, el 50% del cáncer profesional registrado en Cepross, corresponda a la CAPV, debería ser motivo de reflexión social, sobre todo, motivar a la lucha contra su ocultación.

Obstaculizar a quien reclama. Si tienes cáncer pulmonar y logras acreditar que trabajaste expuesto a cancerígenos, las empresas o sus mutuas, pueden mentir, obstaculizar, pero tienen difícil, negar el derecho a unas prestaciones de enfermedad profesional y posterior reclamación de daños. La práctica de eternizar la resolución de las prestaciones por parte del INSS, busca desanimar al demandante y, sobre todo, que la indemnización por daños a pagar por la empresa, sea sustancialmente inferior, por fallecimiento del enfermo, mientras dilatan el trámite.

Algunos ejemplos de obstaculización: Claudio B nació en 1948, vecino de Arrasate, trabajo en ELMA SAL y Fundiciones Gelma, entre 1987 y el 2008. A inicios de 2023, le diagnostican un Carcinoma pulmonar, es incluido por Osalan en el Listado de trabajadores expuestos al amianto en la fundición. El 20/02/23, registré su solicitud de Incapacidad Permanente en INSS Donostia. Antes, en conversación telefónica con la Oncóloga alavesa que le trataba, negó que el tumor derivase del amianto, expresando su negativa a cumplir el artículo 5 del RD 1299/2006, que les obliga a «Comunicar sospecha» a Osalan o la Inspección Sanitaria, sobre el posible origen laboral de la enfermedad.

Me consta, hace más de un año, el EVI (Equipo de Valoración) del INSS, propuso darle una Incapacidad Absoluta derivada de Enfermedad Profesional, qué supondría mejorar su pensión, incluso de viudedad, tras su fallecimiento, con derecho a reclamar daños a Fundiciones Gelma, por incumplir la legislación destinada a proteger la salud de sus trabajadores. Más tarde, a su dolencia, se ha sumado un cáncer de próstata, que probablemente deriva del humo de Cadmio inhalado en la fundición, es decir, igualmente, de origen profesional.

Transcurridos diez y seis meses, seguimos esperando la Resolución del INSS, recibiendo mes tras mes, la misma excusa: «Hemos pedido a F. Gelma, los salarios que le corresponden y no lo han aportado». Todo parece indicar, que existe un acuerdo entre la dirección del INSS, el Grupo Atusa y la Mutua, para obstaculizar el reconocimiento del Cáncer Profesional, ante el número creciente de reclamaciones. La dirección del INSS de Gipuzkoa, ha demostrado, que no quiere enfadarse con él Grupo Atusa, aunque no le importe revictimizar a una grave enfermedad, a causa del incumplimiento empresarial de las normas de seguridad. Con voluntad, la obstrucción de F. Gelma, podría resolverse con rapidez, la simple visita de un Inspector de Trabajo, para requerir los datos salariales, levantando Acta de infracción, con propuesta de Recargo de prestaciones del 50%, por obstrucción al INSS y del prolongado incumplimiento de las normas de seguridad.

En parecidas circunstancias, se encuentra la familia de Guillermo B. A, (fallecido en octubre y vecino de Zaldibia) qué trabajó como soldador en Atusa-Agurain, al que, tras diagnosticarle un adenocarcinoma pulmonar, el 18-04-23 registré su solicitud de Incapacidad Permanente. Aunque tiene propuesta favorable del EVI, Guillermo falleció esperando la Resolución, 8 meses más tarde la familia continúa esperando. En similar situación, se encuentra Rafa electricista de Polmetasa, otro enfermo de Luzuriaga y varios afectados con mesotelioma pleural, tras trabajar en CAF, Patricio Echeverria, Orbegozo-Acenor, esperan con angustia que reconozcan la prestación.

No son retrasos anecdóticos, apuntan a una estrategia planificada, que busca desanimar a los que se atreven a reclamar, ayudando a las empresas a que la indemnización por daños, sea sustancialmente inferior. Las mutuas patronales, son las principales obstruccionistas. Por ejemplo, Ana Mª, viuda de Joaquín, fontanero fallecido a causa de un mesotelioma pleural, pese al indiscutible origen laboral de la enfermedad, incumpliendo el Convenio firmado por el INSS, Osalan y Osakidetza para los enfermos del amianto, le conceden viudedad derivada de enfermedad común. Tras reclamar la revisión de la pensión de viudedad, se logra, qué aun habiendo fallecido Joaquín, sea incluido por Osalan, como trabajador expuesto al amianto. El informe favorable del EVI, es recurrido por Mutualia. Un año después, Ana continúa esperando la resolución.

Resulta inhumano dilatar la resolución a enfermos afectados de graves enfermedades, en tanto multiplica su sufrimiento, dada su limitada esperanza de vida. Por otro lado, es necesario insistir, que dichos retrasos, no deben abordarse como un problema individual del enfermo o de su familia, en tanto, son víctimas de una estrategia patronal y sus mutuas, qué tratan de dejar sin efecto, la legislación europea sobre enfermedades profesionales y prestaciones, logradas tras décadas de lucha sindical y social europea. Su real aplicación, dejaría al descubierto, el fraude con decenas de miles de muertes obreras a causa del incumplimiento empresarial, de la obligación de proteger la salud de quienes trabajaron en ellas.

Acabar con la ocultación del cáncer profesional, debe convertirse en un reto sindical y social, pasando a la acción, sin esperar a que otros agentes lo hagan, que se les reconozca sus prestaciones y de reparación por el daño causado, exigiendo paralelamente, rigurosas medidas de prevención, incluida la sustitución de sustancias y procesos, generadores de cáncer. Igualmente, los Ayuntamientos deben extremar las medidas de control frente a los «piratas» en el desamiantado de los edificios, persiguiendo los vertidos incontrolados, para evitar nueva ola de cáncer por exposición ambiental a la fibra cancerígena. Estoy convencido, que, sin una mayor implicación sindical y social, que visualice el cáncer profesional y otras enfermedades laborales, derrotando, por tanto, a los «Negacionistas» que obstaculizan y ocultan. Sin abordar esa batalla, no veo posible, una implicación del grueso de los trabajadores industriales, en la lucha contra el cambio climático y el productivismo, que tanto daño genera a la salud y a la naturaleza.

Creo que ha llegado la hora, para que las fuerzas sindicales, sociales, incluidas las fuerzas parlamentarias reaccionen, ante tanta burla obstruccionista del INSS y la práctica infractora de Osakidetza, Osasunbidea, mutuas, empresas y servicios de prevención, para ocultar y obstaculizar el reconocimiento de las enfermedades profesionales y del cáncer profesional, en particular.

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