Iulen Lizaso Aldalur

¿Quién es causa y quienes somos consecuencia?

¿A qué viene arrogarse el PNV el gran logro de haber arrancado al Gobierno de Sanchez la subida hasta el IPC en 2018, si ya estaba aprobado en el Pacto de Toledo? ¿A qué viene su silencio sobre la pérdida de poder adquisitivo por subidas de 0,25% en 4 años y 0% en otro? Seguimos eternamente en la calle.

Los hoy pensionistas y antes trabajadores, somos eternos paganos cuando no hemos hecho mas que inundar las arcas de la Seguridad Social durante 40 años con cotizaciones elevadas. ¿Que han hecho de ese dinero quienes no están pagando ninguna consecuencia de todo este expolio?

La ministra de Trabajo y Seguridad Social Magdalena Valerio aprovechó la visita en el Foro Internacional de Economía Social, para recibir a una comisión de pensionistas de Bizkaia. Manifestar a la salida: «No se puede aprobar una pensión mínima de 1.080 euros, ya que las prestaciones contributivas se financian sobre todo con cotizaciones y hay que adoptar otras medidas que controlen el déficit del que hoy día adolece»... es muestra de fracaso político.

El artículo 50 de la Constitución establece: «Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad». Estando la CAPV a la cabeza en gasto social, se da que las personas que están debajo del umbral de la pobreza alcanza el 19% siendo mujeres 3 de cada 5, y otro 20% con dificultades para llegar a final de mes; que solo el 35% de familias bajo ese umbral cobran la RGI, siendo pensionista nativos uno de cada cuatro, con pensiones irrisorias de hasta 625 euros; que en 2018 el 57,1% de dependientes reconocidos no recibe ningún servicio público, tampoco sus cuidadoras. A pesar de ello la ministra Valerio remarca el techo de pensiones en  del Pacto de Toledo; un techo alejado de lo recomendado en el Tratado de Lisboa que marcó un «suelo» de umbral de pobreza rebajado para tiempos de crisis en 1.080 euros, hoy actualizado por la OCDE en el 50% del PIB per cápita, que en la CAPV son 1.392 euros.
¿A qué viene arrogarse el PNV el gran logro de haber arrancado al Gobierno de Sanchez la subida hasta el IPC en 2018, si ya estaba aprobado en el Pacto de Toledo? ¿A qué viene su silencio sobre la pérdida de poder adquisitivo por subidas de 0,25% en 4 años y 0% en otro? Seguimos eternamente en la calle.

La síntesis del diagnóstico sobre la cruda realidad del país, la hace un afamado analista: «Poco empleo para cotizar y mucha longevidad para cobrar; salarios bajos de los entrantes al sistema y pensiones altas para los salientes del sistema laboral». Salarios bajos y paro estructural y temporalidad elevados; precariedad impuesta, en el origen del gran déficit de cotizaciones que imposibilita ¡hoy! la autofinanciación de unas pensiones dignas. Los tres mismos factores que hoy reducen el consumo familiar, como principal factor de bienestar social y fuente de ingresos por IVA... los dos motores de progreso. 

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