Iulen Lizaso Aldalur

Tibiezas jeltzales

Una «buena» noticia para evitar que quienes pretendían lavar su conciencia por la puerta de atrás celebrando un referendo, den la cara con la misma valentía y arrojo con la que instauraron semejante fiesta medieval y con lo que la ciudadanía no tuvo nada que ver… ¿porqué si ahora?

Según el recurso de la Abogacía del Estado contra la consulta, entiendo que el ayuntamiento de Donostia realizó la convocatoria de referendo el 14 de julio, casi a la par que organiza los festejos para torturar y matar 24 toros, 24, en una semana Grande y Libre… ¡Mayor cinismo no cabe!

«Justificado» por coyunturas políticas parecidas a la que vive hoy el país, hace 80 años sufrimos un golpe de estado y la imposición de una cruenta dictadura militar con resultado conocido; ¿que le parece Sr. Goia si hoy lo repitieran y al año nos «regalaran» un referendo para que decidiésemos cívicamente si queremos mantener la dictadura o abolirla? ¿Dónde está la diferencia?

En pleno siglo XXI, en una ciudad cosmopolita, distinguida por su belleza natural y fronteriza con la Europa mas culta, ¿cómo es posible que sus gentes acepten sin mayor reacción que su alcalde colabore favoreciendo la celebración de corridas de toros como espectáculo público con resultado de tortura y muerte? Tratar de llevar a consulta popular en vez de abolir de facto las corridas de toros por mandato legal de quienes se les supone una superioridad moral, resulta políticamente degradante… así percibo al PNV de aquí y ahora.

Aceptar la consulta con naturalidad por la ciudadanía, sin mayor exigencia a quien desde la función pública restauró esa crueldad para promoverla con publicidad, lo estimo una rebaja de la autoestima comunitaria y falta de ambición cívica.

Sr Goia, la parte dulce del agridulce sentimiento que me produce la decisión de la Abogacía del Estado lo aprovecho para ejercer una doble denuncia sobre el irracional hecho político que marcó su primer acto ejecutivo-impositivo, al restaurar sin mediar demanda social alguna, esa «fiesta» cruenta ya borrada de la memoria colectiva mayoritaria de una ciudadanía más dada a participar en eventos culturales de la Capitalidad Europea: «Donostia 2.016»… ¿lo duda?

Sr Egibar, la parte agria de esto es que, después de 40 años de desarrollo del Estatuto de Gernika, la responsabilidad de que aún suframos agravios como este, no es del gobierno central… la debilidad de un PNV más aplicado en labores sectarias y partidistas para ir completando su “katxo” entre pintxo y pintxo y unte y unte en el cocidito madrileño, y no para arrancar la soberanía político-económica y poder de decisión para este sufrido pueblo.  

El año 2.010 el ayuntamiento de Usurbil quiso por su cuenta celebrar una consulta popular en torno a sistema de recogida de basuras… no tenía competencia para ello… la Diputación Foral, tampoco… el Gobierno Vasco, tampoco… para un ámbito de la envergadura de 6.000 ciudadanos y un tema de tal calado político como es un sistema operativo sobre basuras. ¿Cómo es posible 6 años después nos veamos en las mismas y no se levanten en rebeldía hasta desobedecer? Sr. Urkullu, le confieso que históricamente nunca me ha tocado sufrir un PNV tan desmejorado… Vd. entiéndalo como mejor le parezca, por mi parte confío que Juan José Ibarretxe estará bastante próximo a mi comprensión.  

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